Por Noel Pantoja
Hermanos, hijos, amigos:
He optado por hacer mensajes colectivos, para ahorrar tiempo, pues temo que en algún momento falle el Internet o nos quedemos sin electricidad.
Hoy han seguido llegando noticias aterradoras de las zonas más cercanas al epicentro del sismo. La Región del Maule, que es la Séptima es la que más daños ha sufrido. Concepción (capital regional) y sus alrededores son un infierno en el sentido más estricto de la palabra. Ruina, desolación, hambre, sed, dolor, imperan en esas zonas. Hoy en la madrugada hubo un tsunami que cobró nuevas víctimas. Los bomberos siguen en sus intentos de encontrar personas con vida bajo los escombros, mientras que por diversos sitios se escuchan gritos de desesperación.
Es tal el grado de desabastecimiento, que las personas poco a poco van perdiendo lo que uno tiene de humano y en hordas asaltan supermercados y otros establecimientos, en busca de artículos de primera necesidad, claro que en la confusión los antisociales e inconscientes roban cosas que no son necesarias para vivir, lo que ha obligado a los carabineros y militares a utilizar la fuerza.
La isla de Juan Fernández ubicada en el Pacífico chileno, también recibió el embate de un tsunami que penetró tres kilómetros hacia adentro y arrasó con todo lo que encontraba a su paso.
En Temuco, capital de la IX Región, ciudad donde yo vivo, los daños han sido menores, pero igual hay derrumbes de casas, desprendimientos de paredes, aleros y techos. Las calles han recibido daños considerables y el tránsito se ha visto interrumpido.
Los semáforos han comenzado a funcionar, pero ayer los carabineros tuvieron que regular el tránsito en las intercepciones. En los servicentros se hacen colas que alcanzan cinco y seis cuadras y hay que esperar horas para echar gasolina.
En los cajeros electrónicos las colas son interminables, así como en los supermercados. Hoy se restableció el agua en la ciudad, pero hasta el medio día la gente tuvo que buscar agua en cubos, latas, botellas, palanganas, en diferentes puntos habilitados.
También se restableció el Internet, el teléfono y la señal de celulares. En fin, que la normalidad va retornando a Temuco, incluyendo las réplicas del sismo que ahora son más espaciadas y menos intensas, pero igual dan un poquito de susto.
Mi casa no sufrió daño alguno en su construcción. Les comenté que durante los dos minutos y medio de terror que duró la sacudida que nos dio la tierra (era como si te tomaran por los hombros y te sacudieran a todos lados con fuerza, eso era lo que sentí en esos 150 segundos que me parecieron horas), los daños fueron de objetos: Un televisor de 21 pulgadas cayó de la mesa y se hizo pedazos, aunque la pantalla milagrosamente, no se rompió, muchas vasijas rodaron por el suelo y se rompieron, floreros, maceteros, espejos, cristales y cosas así. Pero las paredes, el techo, el piso, no recibieron daño alguno.
Esto puede parecer increíble, pero la explicación está dada en que el sur chileno por la cantidad de volcanes que existen, es una zona propensa a que ocurran este tipo de fenómenos. En 1960 un maremoto acabó con la ciudad de Valdivia, al sur de Temuco. En el 85 otro sismo fuerte azotó esta zona, así que la gente está preparada y las construcciones cumplen estrictamente con las normas establecidas de protección antisísmica; he conocido testimonios de amistades que pasaron este terremoto en el piso 16 de un edificio.
Nos cuentan que ellos sentían que el edificio se movía como un árbol cuando le da el viento, pero no sufrió daño alguno. Por otro lado, acá en el sur, debido a las constantes lluvias y el intenso frío, predomina como material de construcción, la madera. Es raro ver acá en el sur una casa de placa. Las paredes de cemento no abundan, excepto en los edificios.
La madera protege más contra el frío y la lluvia y es más flexible ante un sismo. Un sismo de 7,5 grados, en cualquier lugar del mundo provoca mayor destrucción que la ocasionada en Temuco; pienso yo, que por esas causas que les menciono.
Bueno familia, amigos, más adelante les sigo contando de este verdadero infierno que hemos vivido y estamos viviendo en Chile. Afortunadamente, los daños no llegaron a nosotros; sigo "vivito y coleando"...
Siento mucho lo ocurrido en Chile, pero lo que no entiendo es la actitud del Sr. Pantoja, cuando todo lo que él dice y más, ya lo conocemos.- Hay otros problemas, que estos días, por desgracia, están muy latentes relacionados con nuestro pais, y de eso no se habla, cuando tambien es muy lacerante en muchos aspectos....
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