A mi abuelo Sulpicio Jesús Fernández Peña que vivió personalmente esta historia.
Por Arnoldo Fernández Verdecia
Si quieres hacerte invisible sólo tienes que ir a la ceiba a las 12 de la noche y poner una obra, dijo Esteban en el mostrador de la tienda. ¿Usted está seguro?, señaló uno de los del grupo.
Yo voy y veré cuál es el pedido. El viejo Esteban quedará como un mentiroso, piensa para sí. Él siempre anda con sus manías de contar historias y los tiempos no están para esas cosas.
Toma un quinqué y llega hasta la ceiba. Espera encontrar al menos una señal. Son casi las doce. Si hay algo, debe estar al salir.
Prende un tabaco y mira al cielo. Está estrellado. No hay rumazones de agua. Un ruido le pone los pelos de punta. ¿Quién anda ahí? Una luz brota en el tronco y se acerca. ¿Quieres ser invisible? ¡Sí!. El viejo Esteban dijo que había que venir para ver lo que usted quería. Debes cazar un gato negro y traerlo el viernes a las doce de la noche. Tienes que asarlo y comértelo bajo mi sombra. La luz desapareció y el hombre regresó a su casa.
Mujer hablé con la ceiba, me dijo lo que tenía que hacer para hacerme invisible. Pero usted es bobo, como va a creer esas cosas. Si fueras conmigo, la gente no dudaría. Te imaginas cuantas cosas puedo lograr. No tendremos más necesidades. Está bien, no se hable más del asunto, precisó la mujer.
Desolla el gato, lo aliña con varios condimentos. Huele bien. Comienza a asarlo. Extraños ruidos se escuchan en el tronco. Vieja, ¿qué será eso? Lo mejor es irnos. El olor a asado se esparce en el campo. ¡Ya está listo!. Cierra los ojos y mastica. Vieja, ¡está sabroso!, ¿prueba una posta? No, eso es un trato tuyo con esa cosa. ¡Viejo!, ¡Viejo!, ¿qué te ha pasado? ¡Viejo…!
Armando G. Muñoz: Gracias por enviarme el enlace, las narraciones cubanas son especialmente ricas en cuentos y anécdotas de este tipo, recuerdo leí hace mucho tiempo un libro del que no recuerdo si el nombre era "cuentos populares cubanos", donde el toca el tema de los Güijes y las charcas de agua donde estos vivían, es bueno se mantenga el interés de revivir estas antiquísimas tradiciones, gracias nuevamente Arnaldo.
ResponderEliminarAlexis Mario Cánovas Fabelo:
ResponderEliminarArnoldo, tuve la dicha de ser compañero de trabajo y amigo del Cuentero Mayor: Onelio Jorge Cardoso, el fue jefe de redacción de Pionero.