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domingo, 19 de diciembre de 2010

Redefinir el hombre interior desde la Cuba real

"...la poesía nunca se escribe desde un lugar sino a partir de lo que tiene que decir una persona y no son las demarcaciones geográficas las que signan un discurso”.

Ingrid González Fajardo

Metáforas de la existencia encontró el autor de Fuera de foco, Eduard Encina, para connotar con la palabra los destinos humanos de la soledad. La obra, una secuencia descriptiva, bien pudiera ser su Contramaestre querido o sencillamente otro de los lugares que tejen nuestro imaginario popular. Eduard ha marcado un sello palpable de su inspiración, al decir de Edel Morales, director del centro Dulce María Loinaz.

No se ven, te juro que no se ven las palmas, los naranjales
que estaban allá en el fondo;
eran bustos o pedazos de la lluvia, iluminando el parque,
el aire que vi en los álamos, en la lengua del zorzal.
En esta parte, la sombra crece y los amigos ya no retornan para refugiarse en sus casitas de dolor.
Nada al lado mío, apenas un sol muerto, la palabra almácigo contaminándome.
Nada, te juro que no hay nada, de este lado del paisaje.

Desde la resistencia, este joven santiaguero ha logrado que florezca la posibilidad de un diálogo inteligente.

Eduard ha dicho que “la poesía nunca se escribe desde un lugar sino a partir de lo que tiene que decir una persona y no son las demarcaciones geográficas las que signan un discurso”.

Agregó luego que “hay muchas circunstancias que favorecen y pueden venir del interior de Baire o Macondo; desde donde es un poco difícil establecer el diálogo con el otro y existe una limitante que significan libros y centros de poder cultural, que evidentemente enriquecen la vida de un creador. Resulta muy importante tener relación con el mundo de tu tiempo literario, estés en Contramaestre o en La Habana, si no vives en sintonía, en diálogo permanente con las estéticas, con la concepción más contemporánea, se hace arduo el intercambio”.

Lo otro es la persistencia y el grito de resistencia –dijo el poeta- en esos espacios tiene que ser mayor porque o te mueres de hambre y te metes a poeta o dejas la poesía y empiezas a vivir.”

La promoción o generación, a la que pertenece Eduard no parece buscar la otredad, o un discurso sociológico que interese mucho. Según sus propias palabras tratan de redefinir el hombre interior, dentro de sí, no la isla virtual sino la real que cada quien tiene dentro. Y hurgan en el autorreferencialismo que permite un tono diferente en la poesía.

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