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martes, 12 de abril de 2011

Las complejidades en torno a la toponimia y fundación de Contramaestre. (II parte)

Hermanos Garcés.
Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com   

La Sociedad Comercial Hermanos Garcés tiene un importante papel en el surgimiento del pueblo. La misma nació en 1902 en el término rural de Bijagual y se estableció en el giro de víveres con una cantina para la venta de alimentos. La misma progresó hasta convertirse en Tienda Mixta(1).  A fines de 1910 los propietarios decidieron ensanchar el negocio al comprar cinco caballerías de tierra, las sembraron inmediatamente de café y cacao; la finca fue bautizada con el nombre de “La Caridad”. En 1912 la Sociedad Garcés adquirió 40 mulos que le sirvieron para transportar lo que cosechaban. Bijagual  se convertía así en uno de los poblados principales de todo el término municipal de Jiguaní, gracias a la gestión y prosperidad alcanzada por los Hermanos Garcés.

La Sociedad Garcés en 1916 amplió el negocio y compró una máquina de descascarar café, la instalaron en el naciente asentamiento urbano de Contramaestre, la misma generó significativos ingresos a sus propietarios. En 1917 se dedicó a la venta de materiales de construcción, por lo que instalaron un taller de aserrío, con una producción diaria de 6 mil pies de tabla.  

La Sociedad se disolvió en 1917, pues los hermanos unieron sus capitales a Pedro Morín, Manuel Carnero Morín y Aquilino Fernández, surgiendo así la Casa Comercial Garcés Morín y Cía, que tendría un fuerte empuje en el desarrollo del asentamiento poblacional de Contramaestre(2). Las inversiones fundamentales las centraron en exportación de frutos, maderas preciosas, víveres, café a gran escala y materiales de construcción. Desde el punto de vista técnico contaron con un moderno aserrío, un Acueducto, la Descascaradora de Café y una planta eléctrica para el servicio público. Dos factores ayudaron al despegue de los Hermanos Garcés: el ramal del ferrocarril en 1910(3) y el paso de la Carretera Central en 1929, ellos potenciaron su desarrollo agro-comercial y convirtieron al pueblo en un entronque que articulaba operaciones comerciales de los términos municipales de Jiguaní, Palma Soriano y Alto Songo –los mayores productores de café de la República entre 1940-1954 con Santiago de Cuba y Bayamo. El periódico Oriente publicó una crónica que describió el avance económico logrado por la citada Casa Comercial: 

“En 1934, Contramaestre sólo tenía 200 habitantes y en 1944 contaba con seis mil  almas (4) y cuenta con establecimientos públicos tan pulcros y bien dotados como los de la propia Habana: cafés, hotel, farmacia. Desde el punto de vista económico: sus fincas de café producen un promedio anual de dos millones de pesos; sus negocios de maíz tienen un volumen de un millón, y los de cacao aunque más pequeños no son despreciables”. (5) 

Es evidente, por lo dicho hasta aquí, que todo el conjunto de instituciones que legitiman una conciencia de identidad cultural, fueron creadas por la Sociedad Garcés en un primer momento y luego por la Casa Garcés Morín y Cía. De hecho la gestión de esta empresa comercial desarrolló en las personas que se establecieron en el lugar, la posibilidad de encontrar empleo, casa y las bondades de la electricidad y el acueducto, conquistas que hacían de Contramaestre una ciudad de futuro. La prensa lo acuñaba así en aquellos tiempos: 

El interés de la prensa por el desarrollo del poblado de Contramaestre es visible, destacándose dos medios promotores de suma importancia en cuanto al desarrollo económico de la región oriental de Cuba, la revista Orto de Manzanillo y el periódico Oriente de Santiago de Cuba. Ambos medios tuvieron una significativa colaboración en la promoción del enclave comercial y la vida social de dicho poblado. Con una imagen de modernidad y prosperidad se ponía énfasis en el empresariado de origen español, llegando a crearse un eslabón de gran magnitud simbólica, “Contramaestre: La Ciudad del Futuro”  (…). En los talleres de impresión de la revista Orto se publicaron las Memorias del Casino Hispano-Cubano de Contramaestre. Pero un ejemplo enigmático de fabricación de una imagen de “progreso”  fue la publicada por el periódico Oriente el 24 de febrero de 1924, con el titular “La más progresista y la más civilizada de las poblaciones orientales: Contramaestre.”(6) 

El hecho de que los hermanos Garcés y los Morín fueran españoles tiene un simbolismo especial, pues unido a las entidades económicas creadas por ellos, se sumaron las de carácter cultural, entre las que sobresalen la celebración todos los 24 de Junio del San Juan, la creación del Círculo Hispano Cubano en 1919, el Casino en 1926  y los clubes Leones y Rotario en la década de 1920. Todas esas instituciones crearían una autoconciencia histórica y cultural en los pobladores; de su gestión nacerían la construcción de las primeras escuelas públicas, los parques de recreo, las esculturas, los espacios de sociabilidad, las sociedades de beneficencia, el cine-teatro Isabel, la Iglesia Católica, los restaurantes y  la red de tiendas y almacenes que se establecieron en la Avenida Jesús Rabí, primero, y a la orilla de la Carretera Central que atravesó la Rabí después, así como la celebración de los carnavales (se hacían coincidir con el San Juan). Así que se puede aceptar como definitivo el hecho de que en la conformación de Contramaestre como pueblo, intervino un contingente migratorio hispano: gallegos y canarios. Los mismos, como parte del proceso de etnicidad y adaptación sociocultural, recrean parte de la cultura de sus lugares de origen, en el nuevo espacio sociocultural compartido, actuando la fiesta de San Juan como factor de reforzamiento de dicho proceso.(7)
Virgen de la Caridad utilizada  por Juan Ríos y  familia durante la Procesión.
Un referente ineludible que no se puede obviar en ningún análisis sobre el San Juan de Contramaestre tiene que ver con el factor canario, pues Juan Ríos Rodríguez, -canario de nacimiento-, es considerado el precursor de esta celebración al adquirir en 1909 una finca de 20 caballerías de tierra para la cría de ganado.(8)

Unido al argumento anterior se suma otro de gran peso simbólico: En Contramaestre se da la especificidad de que en el mismo espacio geográfico, -río Contramaestre-, el referente más significativo es el de la procesión de la Virgen de la Caridad (8 de septiembre), asociada ésta con una promesa hecha por la familia Ríos a la misma.

Así que se puede concluir afirmando que el 24 de junio y el ocho de septiembre de 1909 nacen dos tradiciones que se celebran como parte de la catolicidad practicante de los emigrantes procedentes de España y Canarias, entendidas como sistemas adaptables de usos y costumbres dignas de conservarse, respetarse y practicarse por los miembros de la sociedad, recreadas y fundamentadas por la descendencia de la familia Ríos y vecinos:

“La fiesta de San Juan era el marco propicio para romper el estricto orden de las familias canarias y la vecindad en general. Se producía después de concluidas las duras faenas de la zafra, y ¿qué mejor oportunidad para vestir las guayaberas y trajes de ocasión, que aquel ambiente de feria popular gigante?”(9)

El San Juan y la Procesión de la Virgen se convirtieron en marcadores culturales creados y recreados  continuamente, hasta formar parte del capital simbólico de los emigrantes e hijos naturales de esta tierra, algo que nadie puede ignorar, ni soslayar en el presente. 

Citas bibliográficas y notas 

1.  Ver Juan Carlos Rosario: Contramaestre, un pueblo entre jurisdicciones territoriales y fronteras  culturales, Batey: Revista Cubana de Antropología Sociocultural. Vol. II Número 2. Año (2011, p. 17-18.

2.  Ver Carlos Carnero: Memoria de la Directiva del Círculo de Contramaestre. Manzanillo, Editorial “Arte”; 1924 y  Memoria del Casino Hispano-Cubano de Contramaestre (1926 - 1934). Manzanillo, Editorial ‘El Arte’, 1934.

3. Ver de Pura Real Cobo su tesis de grado: Organización escolar  de Contramaestre  y mejoras  de que esta necesitada, Universidad de La Habana, 1952, donde afirma: “Contramaestre nace a la vida pública el día 4 de octubre de 1910, en que pasó por el lugar el primer tren  que inauguraba  el ramal que habían tendido los Ferrocarriles.

4. Los datos del censo de 1952 registran la población de Maffo en 11 388, de esta población, 7, 834 correspondían al pueblo de Contramaestre, y representaba 68 % de la población total, que era la sumatoria total de los núcleos poblacionales de América, Contramaestre y Maffo.

5. Ver Diario Oriente, Santiago de Cuba, 1944, p. 4

6.  Juan Carlos Rosario: Almacenistas, viajantes y bodegueros en Contramaestre: instaladores de tiendas, enganchadores de cosechas y fabricantes de clientes. En: La alimentación. El dominio invisible de las mujeres canarias en Cuba. Santa Cruz de Tenerife. Ediciones Ideas. Letras de Cuba, 2007, p.84-85.

7. Juan Carlos Rosario y Guillermo Sierra: Estudio económico y sociocultural de la inmigración canaria en Contramaestre (1913-1950), publicado en Revista Guize. Vol. 2,  1995. Ver también: “El patronato festivo y la evocación ritual de San Juan en Contramaestre”, en A. Galván (ed.) Canarios en Cuba: una mirada desde la Antropología. Santa Cruz, 1997, p. 126.

8.  Ver de Juan Carlos Rosario y Guillermo Sierra: Estudio económico y sociocultural de la inmigración canaria en Contramaestre (1913-1950), publicado en Revista Guize. Vol. 2,  1995. Ver también: “El patronato festivo y la evocación ritual de San Juan en Contramaestre”, en A. Galván (ed.) Canarios en Cuba: una mirada desde la Antropología. Santa Cruz, 1997.

9.  Guillermo Sierra y Juan Carlos Rosario: Estudio económico y sociocultural de la inmigración canaria en Contramaestre (1913-1950), publicado en Revista Guize, 1995. Vol. 2, p. 133.

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