El olor a hierba, el canto del sinsonte, considerado el rey de las aves por estos lares, y los lamentos de una tojosa, me hicieron pensar en la canción “Soy Guajiro”. Y en verdad me siento así al estar entre olores, colores y sabores que pintaron mi infancia.
Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu
Hace tres meses que no llegaba hasta la finca donde nací. Hoy tomé el Camino Real, como le llaman en Cuba al antiguo paso de la corona española durante la colonia, y la visité.
El olor a hierba, el canto del sinsonte, considerado el rey de las aves por estos lares, y los lamentos de una tojosa, me hicieron pensar en la canción “Soy Guajiro”. Y en verdad me siento así al estar entre olores, colores y sabores que pintaron mi infancia.
Observar a mi abuelo de 96 años salir de una plantación de maíz, bajo el tupido sol de Cuba, es una de las alegrías más fértiles para guardar en la memoria. O apreciarlo al desgranar maíz a puño, como lo hicieran nuestros aborígenes, es una dicha que no tiene comparación.
O sencillamente ver a mi mascota Cuquita recorrer el potrero en pleno goce de la libertad negada en la ciudad, donde autos y desconocidos ponen rejas a sus sueños, es otra de las vivencias para atesorar en el recuerdo.
Saborear la guayaba, el anón, la naranja y el mamoncillo, es una invitación a pactar con lo afrodisíaco del campo. Pintar los ojos de verde y azul, es una sensación que sólo se experimenta en la finca del abuelo.
Hacía tres meses que no estaba en la finca del abuelo y hoy la he visitado. Sus olores y la paz, bajo el frondoso tamarindo, me recuerdan que la Cuba sentida está en el campo, su gente. Esos que te dicen compay, y te invitan a un buche de café o te sirven un plato de harina de maíz con leche. Esos que fríen el gordo del puerco y hacen chicharrones para comer con yuca o plátano. Esos que visten sencillo, pero tienen el corazón grande.
Hoy he visitado la finca de abuelo y amo más a Cuba y su gente.
Leyendo "Soy Guajiro" me hizo recordar los momentos, años atrás, en los que disfrutaba de esa calma, de esa naturaleza viva, de ese mundo verde que está tan cerca de nosotros y que a veces, por el ajetreo diario, nos olvidamos de que tiene tantas bondades que brindarnos. Me hizo recordar igual a mi abuelo, que día a día toma en su hombro su azadón y en su costado su alforja y el machete, para transformar lo que sólo algunos vemos como tierra improductiva, y ellos, como el abuelo de Arnoldo de 96 años, transforman en muchos frutos. Dios les de mucha salud a esos que con su esfuerzo diario tranforman nuestras tierras en frutos.
ResponderEliminarZuliran Vinaixa Cuba: Gracias amigo,cuantos recuerdos,y gracias por compartirlo para nosotros que estamos lejos del terruño a través de la pluma que nos describe con tanto amor la finca de tus abuelos.UN ABRAZO CUBANO 100%
ResponderEliminarRudis Quesada Moreno:
ResponderEliminarPues Arnoldo, eso que tú experimentaste en la finca de tu abuelo, es algo único en el mundo, yo también tuve muchas oportunidades de visitar lugares como esos que describes.Esos olores, colores, sabores y sonidos son únicos en el mundo. Yo ...aquí vivo en una ciudad que no es muy grande y está rodeada de bosques lindícimos, con casas de campo, casas de gente muy humilde y pobre, gente que solo habia visto en mi imaginación cuando de pequeño leía aquellas historias y cuentos que nos enviaban los antiguos camaradas soviéticos en su literatura infantil, gente muy arraigada a sus tradiciones que si pudieran viajar a Cuba dirían lo mismo pero en sentido contrario porque aman lo suyo con la misma pasión que nosotros amamos lo nuestro. Te aseguro que quien tiene alma de artista, sensibilidad musical, amor por la naturaleza y tiene… por supuesto… la oportunidad de poder viajar y comparar, se da cuenta que en el mundo no hay un ambiente natural como el de los campos cubanos, con un clima tropical excelente, donde no existe pradera sin un mensaje audiovisual decorado con palmas reales, algarrobos, ceibas, guásimas, un perro, un caballo, el cantío de un gallo, una que otra vaca en el trillo y adornado por el sonido de los sinsontes; ambiente que siempre invita a tomar un chapuson en un fresco arroyo o río que siempre están presentes en los paisajes cubanos. El que nace y vive en Cuba tiene la dicha de disfrutar de una naturaleza exquisita, naturaleza sana, fresca agradable y hospitalaria como lo son sus habitantes, como lo es tu abuelo, como lo es tu padre y como lo eres tú Arnoldo, Eduard Encina, Rafael Moreno, El Mocho y muchos guajiros más que como yo han hechado raíces en ambientes citadinos, pero saben montar a caballo, asar un puerco en pua, arar la tierra y desgranar maiz a puño. Estos nombres son ejemplos de gente que ahora, son escritores, músicos, rokeros, pintores pero que nunca se olvidan que somos ”GUAJIROS NATURALES” que vivmos conscientes de lo que somos en cualquier lugar del mundo y que moriríamos defendiendo lo que somos si fuera necesario. Nuetros campos son maravillosos, son exclusivos y presumir de sus detalles naturales es lo que nos identifica realmente como verdaderos CUBANOS.
Este es mi pequeño comentario a esta bonita experiecia que has convertido ena exelente crónica, no pares de escribir amigo los cubanos del mundo te lo agradecen. Estoy seguro que tu amigo y maestro Concepción, este donde este, está orguyoso de ti . Mis mas sinceros saludos hermano
Oye tío, te quedaste vacío, me has sacado las lágrimas hombre, qué sensibilidad, cuanta belleza en tus palabras, muy bueno, lo tomé para ponerlo en el blog, es sencillamente genial...se lo enseñaré a todos los socios que mencionas.........
ResponderEliminarRudis Quesada: compadre, te confieso algo, yo también eché mi lagrimita imaginando la finca de tu abuelo y lo que te escribi fue lo que sería una escapada de la casa de tu abuelo a cualquier paraje de sus alrededores,
ResponderEliminarjajajaja, de verdad que así me senti,
me hiciste viajar con tu crónica hermano
Belkis Iglesias: me parece estar disfrutando el campo con sus olores,la tranquilidad y todo lo bello que el encierra
ResponderEliminarMuy bonita redaccion,lo recreas todo muy bien...FELICIDADES. UN BESO Y FELICIDADES NUEVAMENTE,ME GUSTO MUCHO,ESTA MUY LINDO
Lisandra Romeo: Arnoldo, de veras me conmueve la manera en que escribes, por eso te admiro, porque eres un gran conocedor, pero sobre todas las cosas porque eres sencillo y nunca olvidas tus raíces.
ResponderEliminarCuidate, nos veremos algún día
Lorena Traba: me encanta no sabes cuantos recuerdos y como se añoran esas cosas. Tengo muchas ganas de ir por allá a ver si el trabajo y la escuela me lo permiten pronto
ResponderEliminarAlexis Mario Cánovas Fabelo: ¡Bien argumentado, Arnoldo!
ResponderEliminarleyendo tu cronica me traslade a la finca donde naci y me crie y que aveces añoro,de donde tengo muy buenos recuerdos que paso revista a cada rato,ese plato de arina con leche que yo todavia por muy lejos que este de vez en cuando me deleito con ella;para mi los campos de cuba son incomparables,son unicos con ese olor a lluvia,ese verdor que creo no lo encontrare en mas ningun lugar
ResponderEliminarMaleidy García: Hola Arnoldo, me encanto el escrito sobre el campo de mi Cuba bella, yo soy guajira tambien y para colmo me hice ingeniera Forestal, jajaja, mi correo personal es un abrazo de su siempre amiga Maleidy.
ResponderEliminarArnoldo. Me gustò mucho tu crònica. Es una perspectiva muy sana. es que hay muchos como tu, que desde su posiciòn de Guajiros lo dan todo, son muy patriotas. Creo que aqui en Guamà los hay bastante.
ResponderEliminarJuan Carlos Travieso: ya veo que la página tuya se ha convertido en un punto de encuentro para toda la gente que añora esos rincones de la isla que no se encuentran repetidos en ningun sitio. Cuba es de esas cosas que no se pueden imitar, por eso se extraña tanto cuando se esta lejos. muchas cosas buenas para ti, y espero que siga siendo un espacio para el debate, para la difusion de lo mas autoctono de nuestra cultura y nuestra cotidianidad.
ResponderEliminarAyer hablaba yo en la parada del Omnibus que esta en plaza de marte para coger la cinco, y conversaba con los colegas Raul Lopez Alvarado y Romero Chang, le decia que la felicidad es un concepto personal. Nosotros en el campo somos felices porque hemos creado ese vinculo estrecho con la naturaleza y recreamos nuestra estancia. No tenemos tantos agentes agresivos como el que vivi ayer con ellos dos que para subir al Omnibus, habia que ver aquello. Tienes mucha razon.
ResponderEliminarArnoldo, ayer asistì a una experiencia muy singular que de seguro has estado alguna vez. Sucede que aunque soy profesional y la Revoluciòn me diò la oportunidad de asistir a una Universidad y lograrme como periodista, nunca he dejado de ser de la parte de los Guajiros. Ayer estuve yo en espera del omnibus ruta cinco para Versalles en la ciudad de Santiago de Cuba y me encontrè en la cola, imaginate seis y cuarenta de la tarde, a los colegas Raul Lopez Alvarado y el chino Romero Chang. Ya te imaginas cuando vieron a este guajiro. Tu conoces al chino, me dijo en su ironia que si yo estaba cumpliendo una misiòn de Clandestinaje en Chivirico, me echè a reir y le dije que la felicidad es un concepto personal de cada quien. Hay quienes mirando alcanzar la felicidad de otros viven su vida inquietos. Los hay como los Guajiros que con pocas cosas la disfrutan a plenitud. Es asi hermano.
ResponderEliminarJosé L. Guía: Yo también lo soy!!!!!!!!!!!.
ResponderEliminarCarmen Rosa Martinez Corria: ARNOLDO COINCIDO CONTIGO ES BELLA NUESTRA NATURALEZA Y NUESTRA GENTE TAN ESPONTANEA TAN LINDA ,QUE DIOS LAS BENDIGA ,SALUDOS
ResponderEliminarFranklin Prats: a la verdad me impresiona su facilidad de palabras yo como tengo tanto tiempo de haber salido de Santiago no disfrute eso y cuando fui en el 93 no conoci a nadie que me llevara a esos lugares tan lindo y me hizo la boca agua con los chicharrones y platano ud me a enfermado la mente pues yo con la comida pero me gusta mucho hoir a personas que se expresan tan lindo y perdone mi español no es el mejor saludos desde costa rica
ResponderEliminarAlina Perera Robbio: no puede ser ,ahora mismo estoy leyendo tu caracol, tu paso por la finca del abuelo, es precioso...
ResponderEliminares sencillamente conmovedor. Qué bien escribes...
Alina Perera Robbio: Soy del Cerro Habanero, pero siempre que atravieso Cuba me quedo colgada de las casitas del campo, de la tierra parda, la rojiza, la seca, la generosa. He subido montañas, me he adentrado en mundos guajiros, y siempre me entra una extraña nostalgia por vidas que no tuve, por esa inocencia y sabiduría de la que habla Arnoldo en su preciosa crónica...
ResponderEliminarCuantas cosas unen a la perla del Caribe con las islas Canarias!!!, aquí el maíz, millo para nosotros lo sacamos de la mazorca, piña o caroso para nosotros a puño como tu dices o con las manos, eso lo hacíamos antiguamente y aun hoy aunque los dedos se nos desgasten.
ResponderEliminarEso de llegar a lugar de amigos o conocidos y lo primero que hacen es poner la cafetera al fuego echarle azúcar y servir a todos los presentes, chicharrones con gofio escaldado, en la matanza del cochino, y tantas cosas mas que unen este archipiélago con la bella Cuba pues nuestros familiares allí se quedaron fundando tantas familias, de las cuales ya muchos están en nuestra compañía.
es bello, regresar a los lugares donde de pequeños correteábamos y tan felices éramos, que bueno que ustedes aun tienen campos y bellos lugares donde no llegan los grandes automóviles, aquí ya pocos sitios tenemos así, pues el turismo ha hecho que fabriquemos, quizás demasiado, que bonito lo que escribes amigo, siempre nos haces feliz con tus bonitos relatos, saludos mai
Yovanis Acuña Montero: Volver a las raíces es reconfortante, es un acto de sinceridad, humildad. El olor del campo cubano, sus leyendas, su cultura es deleitable siempre.
ResponderEliminarLeonardo Díaz Castañeda
ResponderEliminarArnoldo es una crónica bastante interesante y que nos acerca a ese mundo terrenal del que escapamos en las ciudades, tambien comparto tus ideas en ese sentido, pues no vivo en zonas urbanas alguna en Mella, me fui tambien en busca de los origenes en el campo, aunque cerca del pueblo
Mi abuelo materno, Enrique, salió de España con destino a Cuba en busca de "fortuna" económica para luego regresar. En su andar llegó a Oriente y después de bregar y bregar, y andar y andar, ya con algunos años encima, se apoderó de un tesoro llamado Micaela, la negra abuela mía.Juntos se fueron a vivir y crear, y a procrear en un lugar llamado Arroyo del Medio; por fin encontró su más grande "fortuna": nueve hijos dentro de los cuales está mi mamá Reina: mi abuelo Enrique no tuvo otro capital. Arroyo del Medio está en una zona intrincada de Mayarí Arriba...por ellos, mis abuelos, yo también soy guajiro, y a mucha honra.
ResponderEliminarArnoldo estuve leyendo este emotivo escrito adonde narras qué sentiste al regresar a tu tierra, por la cual corrías descalzo cuando niño en compañía de los animales domésticos que andan sueltos por los grandes patios del campo.
ResponderEliminarTu trabajo me hizo recordar a mi querido Tercer Frente, especialmente a la localidad de Matías donde crecí, allí junto a mi abuela Blanca, en una casa de tablas y tejas de cinc viví mi ninez y parte de la adolescencia. Aunque ya no estoy allá tengo muy buenos recuerdos y cada vez que tengo tiempo visito mi tierra.
En esta noche a través de tu escrito regresé yo también a Matías, allí con mi abuela Blanca, quien se caracteriza por colar el buen café cubano en el antiguo, pero insustituible colador a la vez que el gallo anuncia la llegada del día. Un abrazo.
Alfredo Ballestero.
José Luis Guía: me gustó lo que publicaste sobre el abuelo y la transparencia del campo, yo viví en una finca hasta hace 6 años hermano, el olor a tierra húmeda y a lomerío no se despreden nunca. Me encanta estar sin camisa y dar riendas sueltas a la vista en el verdor, me gusta sentarme en medio de una vegetación bien tupida a conversar con un amigo y escucchar sólo el gemido de los árboles.
ResponderEliminarMarcos Marquez: me ha gustado mucho lo que escribes tu como siempre no olvidas tus raices y eso es muy bueno. Sigo comiendo congris y lechon asado , ahhh y YUCA con mojo jajaaaa
ResponderEliminarArturo Frometa: Tienes mucha razòn,eso lo sentimos los cubanos,pero no deja de ser relativo y depende del sentido de pertenencia de cada quien.Aqui en Venezuela,ellos añoran visitar el campo,sea boscoso o los famosos llanos,sentarse en un taburete y acostarse en un chinchorro,colar cafè y decirte,dandote palmaditas en la espalda,-Mi pana-calzar alpargatas de cuero de chivo y un camisòn de algodòn,comer arepas de maiz con carne molida y tomar nestì con papelòn.Y es lo mismo mi querido hermano.
ResponderEliminarMagdalenis Cordovi Santisteban:
ResponderEliminarMUCHO GUSTO Y NOSTALGIA, ME DIO CONOCER TODO LO QUE SIENTES EN LAS VISITAS A LA CASA DE TU ABUELO, YO AHORO LEJOS CUMPLIENDO MISION EN VENEZUELA, TAMBIEN SIENTO NOSTALGIA POR MI PEDACITO DE TIERRA EN LA PATRIA, VIVIA EN LOS NEGROS, Y ESOS PAISAJES HACEN MUCHA FALTA, LAS GOLONDRINAS, LA CHORRERA DEL RIO CONTRAMAESTRE, Y TODO LO DEMAS, SOBRE TODO LA HOSPITADLIDAD DEL CONTRAMAESTRENSE SEGUIMOS EN CONTACTO
Ana María Gorina: seguro que todo el que lea esto le gustará porque todo lo que estas diciendo es verdad y además te digo que ese olor del campo debajo de los arboles es muy bueno y saludable quien pudiera estar en ese campo con un puerguito hasando en puas jaaa disfrutalo Arnoldo un beso grande muaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarMaleidy Garcia: Hola Arnoldo, igual cuentas con m i amistad donde quiera que yo este, y si!!! Me encanto su cronica, un abrazo de su siempre amiga, Maleidy.
ResponderEliminarHe leído con detenimiento lo que haz escrito y nuevamente me enorgullezco de tí, no porque seas mi amigo, lo cuál, sabes, constituye un honor, no por tu intelectualidad, sino por la sensibilidad que desprendes en tus letras, como sabes comparto esa dicha de contar con mis raíces en el campo: ese, que por mucho tiempo ha sido lugar de luchas para algunos, de habitat para otros o simplemente ha sido despreciado por aquellos que se dejan engañar por artefactos y tecnología. Entiendo todo cuánto describes, se, el regocijo que sentimos cuando al estar en este regalo de la madre naturaleza, admiramos sus bellezas, cuando vemos los frutos del trabajo en la tierra, cuando saboreamos un buen café o una exquisita fruta, conocí además muchos de los secretos para lograr buenas cosechas, para mejorar la productividad o para saborear una buena comida criolla.
ResponderEliminarTe doy gracias, ha sido un verdadero homenaje a los más bello que tenemos, lo que se forjó desde estos surcos: eso es CUBA
Mira "guajiro " y a mucha honra. soy un cubano que vive en Brasil hace casi 20 años, que para Gardel pueden no haber sido nada , para mí -han sido mucho, pero que requetemuchísmo-imagínate la trascendencia y la envidia que me ha provocado tu crónica.Mira mi email es rigopichs@hotmail.com, a partir de ahora te voy a leer siempre , pues me ha hecho un bien al alma cubana, la mía es casi bayamesa allí viví tal vez los años más felices de mi vida haciendo el servicio social. Un abrazo rellollo cubano.
ResponderEliminarNada, que volver a las raices de la tierra es el deber sagrado de cada hombre y mujer que sienta de vwerdad por su patria. Con esto no quiero decir que un físico nuclear tenga que ensuciarse las manos de fango para decir que es patriota y ama a Cuba, sino que todo lo que se haga objetiva y subjetivamente lleve el amor a la tierra que lo vió nacer a uno, al terruño mas estrecho, el sentinmiento de no renunciar a lo vivido sino comprometerse con quienes nos dieron la vida cultivando nuestros primeros alimentos ... entonces se lleva con honor la condición de guajiro
ResponderEliminarAmar el trtabajo es sedr HOMBRE NUEVO. Dijo August Rodin: "Cuando al obero le enseñen a amar su trabajo como el artista ama a su obra este mendo será mejor."
ResponderEliminarSer guajiro es el privilegio mas grande que puede tener un cubano , solo asi conoce la verdadera cubania .Felicidadez , eres privilejiado
ResponderEliminarEso es autenticidad mi amigo, eso es vida real a esoo yo llamo ser verdaderamente millonario,
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