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| ¿La poderosa CULTURA ANLOSAJONA podrá absorbernos y convertirnos en una estrella más de la constelación estadounidense? |
Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeagua@cultstgo.cult.cu
La noticia llegó a la casa de los cubanos
inesperadamente, nadie imaginó escuchar
la Alocución del Presidente Raúl Castro el 17 de diciembre; al terminarse
la misma hubo abrazos, lágrimas, copas
que chocaron brindando por algo que creíamos nunca sucedería mientras
tuviéramos vida. El 17 de diciembre de 2014 los cubanos celebramos San Lázaro,
pero el de este año tuvo energías renovadas: CUBA Y ESTADOS UNIDOS NORMALIZAN
RELACIONES.
La repercusión del acontecimiento llegó como un huracán, al extremo que las personas se volcaron a las calles a celebrar, porque unido a ello se supo del regreso de los tres antiterroristas prisioneros en Estados Unidos. Sin embargo, los criterios se polarizan en torno al hecho de la normalización: unos dicen que tardará mucho en concretarse y otros muy optimistas lo creen posible a corto plazo. ¿Cómo pensamos ese proceso?
Las declaraciones del Departamento de Estado (Estados Unidos de América), anuncian que para la segunda quincena de enero visitará Cuba, una delegación de alto nivel donde estará, entre otros, Roberta Jacobson, subsecretaria de la citada institución para América Latina. ¿Qué ha dicho esta figura a la prensa sobre el tema?: “Todas las medidas anunciadas por el presidente Obama no entrarán en vigor inmediatamente. Todas deben ser implementadas mediante modificaciones en las regulaciones vigentes, tanto en el área del Departamento de Estado como en los departamentos de Comercio y del Tesoro. El proceso tomará semanas y no meses hasta que los cambios regulatorios se publiquen en el Diario Oficial de Estados Unidos”.
Enfocado desde la perspectiva de esta funcionaria, la normalización tendrá que atravesar por un proceso de instrumentación para ser válido. Se infiere, según sus declaraciones, todo ocurrirá según un cronograma acordado entre las partes y no debe reducirse a cuestión de retóricas, promesas, todo dependerá de la cuestiones de fondo y la forma en que acuerden avanzar en la aplicación de lo acordado.
Antes Obama había realizado cambios muy polémicos: “…cuando asumí el cargo de Presidente de Estados Unidos, prometí volver a revisar nuestra política con Cuba. Para comenzar, levantamos restricciones para los estadounidenses de origen cubano para que pudieran viajar y enviar giros a sus familias en Cuba. Estos cambios, aunque fueron polémicos, ahora se ven como obvios. Los estadounidenses de origen cubano se han reunido con sus familias y han sido los mejores embajadores de nuestros valores. Y a través de estos cambios, una nueva generación de estadounidenses de origen cubano ha cuestionado más y más un enfoque que lo que más hace es mantener a Cuba excluida de un mundo interconectado”. Es importante precisar, que se trata de un cambio de estrategia en las formas de enfrentamiento a los valores sembrados por la Revolución cubana, según palabras del Presidente Obama: “Los estadounidenses de origen cubano se han reunido con sus familias y han sido los mejores embajadores de nuestros valores”.
Obama en su alocución asomó partes de esa estrategia con carácter inmediato para los añorados cambios perseguidos por la Casa Blanca en Cuba: “Yo creo en el libre flujo de información. Desafortunadamente, nuestras sanciones sobre Cuba han negado a los cubanos el acceso a tecnología que ha empoderado a individuos en todo el mundo. Por lo tanto, he autorizado el aumento de las conexiones de telecomunicaciones entre Estados Unidos y Cuba. Las empresas podrán vender los productos que les darán a los cubanos la habilidad para comunicarse con Estados Unidos y otros países”. Aquí se percibe claramente la jerarquización de las tecnologías de las comunicaciones como factor estratégico clave, para empoderar a los actores sociales decididos a llevar adelante cambios profundos en la isla. Quizás por eso Obama dice: “Nos agrada la decisión de Cuba de proveer un mayor acceso a internet a sus ciudadanos”.
Y una vez más reitera el propósito fundamental que lo anima a darle un giro de 90 grados a la política de Estados Unidos hacia Cuba, cuando señala: “Con los cambios que estoy anunciando hoy, será más fácil para las personas que viven en Estados Unidos viajar a Cuba. Ellos podrán usar tarjetas de crédito y débito de Estados Unidos en la isla. Nadie representa los valores de Estados Unidos mejor que su gente y yo creo que este contacto, en última instancia, hará más para empoderar a la gente de Cuba”.
Finalmente, creo, luego de analizar las principales ideas del presidente Obama en su alocución del 17 de diciembre de 2014, que el cambio de estrategia de Estados Unidos hacia Cuba pone en condiciones de normalidad las relaciones entre las dos naciones, pero obliga a la isla a fortalecer sus valores morales y cívicos, a construir formatos de diálogo que empoderen al pueblo en sus prácticas culturales cotidianas. No hacerlo será un suicidio, pues la poderosa CULTURA ANGLOSAJONA podrá absorbernos y convertirnos en una estrella más de la constelación estadounidense, o sencillamente en un satélite de sus políticas imperiales, como sucediera en el pasado republicano insular. La HISTORIA TENDRÁ LA ÚLTIMA PALABRA.
La repercusión del acontecimiento llegó como un huracán, al extremo que las personas se volcaron a las calles a celebrar, porque unido a ello se supo del regreso de los tres antiterroristas prisioneros en Estados Unidos. Sin embargo, los criterios se polarizan en torno al hecho de la normalización: unos dicen que tardará mucho en concretarse y otros muy optimistas lo creen posible a corto plazo. ¿Cómo pensamos ese proceso?
Las declaraciones del Departamento de Estado (Estados Unidos de América), anuncian que para la segunda quincena de enero visitará Cuba, una delegación de alto nivel donde estará, entre otros, Roberta Jacobson, subsecretaria de la citada institución para América Latina. ¿Qué ha dicho esta figura a la prensa sobre el tema?: “Todas las medidas anunciadas por el presidente Obama no entrarán en vigor inmediatamente. Todas deben ser implementadas mediante modificaciones en las regulaciones vigentes, tanto en el área del Departamento de Estado como en los departamentos de Comercio y del Tesoro. El proceso tomará semanas y no meses hasta que los cambios regulatorios se publiquen en el Diario Oficial de Estados Unidos”.
Enfocado desde la perspectiva de esta funcionaria, la normalización tendrá que atravesar por un proceso de instrumentación para ser válido. Se infiere, según sus declaraciones, todo ocurrirá según un cronograma acordado entre las partes y no debe reducirse a cuestión de retóricas, promesas, todo dependerá de la cuestiones de fondo y la forma en que acuerden avanzar en la aplicación de lo acordado.
Antes Obama había realizado cambios muy polémicos: “…cuando asumí el cargo de Presidente de Estados Unidos, prometí volver a revisar nuestra política con Cuba. Para comenzar, levantamos restricciones para los estadounidenses de origen cubano para que pudieran viajar y enviar giros a sus familias en Cuba. Estos cambios, aunque fueron polémicos, ahora se ven como obvios. Los estadounidenses de origen cubano se han reunido con sus familias y han sido los mejores embajadores de nuestros valores. Y a través de estos cambios, una nueva generación de estadounidenses de origen cubano ha cuestionado más y más un enfoque que lo que más hace es mantener a Cuba excluida de un mundo interconectado”. Es importante precisar, que se trata de un cambio de estrategia en las formas de enfrentamiento a los valores sembrados por la Revolución cubana, según palabras del Presidente Obama: “Los estadounidenses de origen cubano se han reunido con sus familias y han sido los mejores embajadores de nuestros valores”.
Obama en su alocución asomó partes de esa estrategia con carácter inmediato para los añorados cambios perseguidos por la Casa Blanca en Cuba: “Yo creo en el libre flujo de información. Desafortunadamente, nuestras sanciones sobre Cuba han negado a los cubanos el acceso a tecnología que ha empoderado a individuos en todo el mundo. Por lo tanto, he autorizado el aumento de las conexiones de telecomunicaciones entre Estados Unidos y Cuba. Las empresas podrán vender los productos que les darán a los cubanos la habilidad para comunicarse con Estados Unidos y otros países”. Aquí se percibe claramente la jerarquización de las tecnologías de las comunicaciones como factor estratégico clave, para empoderar a los actores sociales decididos a llevar adelante cambios profundos en la isla. Quizás por eso Obama dice: “Nos agrada la decisión de Cuba de proveer un mayor acceso a internet a sus ciudadanos”.
Y una vez más reitera el propósito fundamental que lo anima a darle un giro de 90 grados a la política de Estados Unidos hacia Cuba, cuando señala: “Con los cambios que estoy anunciando hoy, será más fácil para las personas que viven en Estados Unidos viajar a Cuba. Ellos podrán usar tarjetas de crédito y débito de Estados Unidos en la isla. Nadie representa los valores de Estados Unidos mejor que su gente y yo creo que este contacto, en última instancia, hará más para empoderar a la gente de Cuba”.
Finalmente, creo, luego de analizar las principales ideas del presidente Obama en su alocución del 17 de diciembre de 2014, que el cambio de estrategia de Estados Unidos hacia Cuba pone en condiciones de normalidad las relaciones entre las dos naciones, pero obliga a la isla a fortalecer sus valores morales y cívicos, a construir formatos de diálogo que empoderen al pueblo en sus prácticas culturales cotidianas. No hacerlo será un suicidio, pues la poderosa CULTURA ANGLOSAJONA podrá absorbernos y convertirnos en una estrella más de la constelación estadounidense, o sencillamente en un satélite de sus políticas imperiales, como sucediera en el pasado republicano insular. La HISTORIA TENDRÁ LA ÚLTIMA PALABRA.
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