Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeagua@cultstgo.cult.cu
La
historia de las relaciones Cuba-Estados Unidos entra en una nueva fase, a
partir de los cambios anunciados por el presidente Barak Obama y las
negociaciones de alto nivel que ambos
gobiernos llevan adelante para conseguir propósitos que beneficien a ambas
naciones a nivel estratégico.
Ha
trascendido a los medios las diferencias entre ambos gobiernos en el tema de
los derechos humanos. Estados Unidos tiene sus maneras muy propias de enfocar
el fenómeno, Cuba defiende y fundamenta las suyas, incluso hace propuestas que
bien pudieran considerarse en el momento actual que vive la sociedad
estadounidense. En materia de atención primaria de salud, La Habana puede
ayudar con los programas de colaboración médica en el mundo y las estrategias
desarrolladas para enfrentar y prevenir enfermedades epidémicas. Hay que decir,
según numerosas fuentes consultadas, que el sistema de salud pública en Estados
Unidos está bien deteriorado y existen muchas familias desprotegidas, por eso
uno de los puntos principales de la agenda de Obama fue reformar este estado de cosas.
También
era de esperar que la delegación encabezada por Roberta Jacobson escuchara a la
disidencia cubana, incluso dialogara con ella, un hecho que también evidencia
algo que Raúl Castro dijo en su Alocución del 17 de diciembre de 2014: “Tenemos
que aprender a convivir con nuestras diferencias”.
Una
conversación con los principales voceros de la oposición en Cuba anuncia
también que Estados Unidos quiere diagnosticar de cerca su composición y
alcance. Lo cierto es que la misma no representa a sectores
mayoritarios de la sociedad cubana y generalmente son pagados por la Agencia
Central de Inteligencia y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAI).
En lo personal, aprecio que ponerse de acuerdo en formas de enfocar el
tema de los derechos humanos llevará tiempo e inteligencia; conseguir acuerdos
beneficiosos para ambas naciones no será fácil. No olvidar que Estados Unidos
nunca renunciará a su condición de país árbitro del mundo. Cuba ha lidiado con
eso por muchas décadas, pero ahora cambian los escenarios y las mieles de su
diplomacia buscarán los lados vulnerables por donde entrar y servir zanahorias para
que ojos golosos se vayan con las más suculentas. Ojo con estas últimas, nunca
serán servidas por amor al pueblo de Cuba.
Con todo respeto, la salud pública de Cuba está enfrentando serios problemas:no hay suficientes médicos,las condiciones higiénicas de los hospitales no son las mejores y actualmente es un gran dolor de cabeza hacerse pruebas y análisis con equipos de alta tecnología.El programa materno infantil,sí es un sevicio de excelencia pero nuestra política de medicina preventiva no tanto.
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