Por Arnoldo Fernández Verdecia.
Solo
me queda un papiro sobre la mesa
y
una mujer imaginada que parece un mastín
de ceniza
los
guardo en mi biblioteca mordida
por
las sombras y la luz.
En
mis pensamientos
me
veo recorrer las calles de Chicago
los
viejos pedestales que vio nuestro Martí.
Me
veo junto a ella tomado de la mano
catando
vinos franceses
cenando
carnes blancas, vegetales, frutas
pero
esa mujer tiene una libertad exclusiva,
no
quiere ser un mastín de ceniza
atenta
al collar del verso.
Teme
a las falanges del pueblo
donde
vive su poeta de bolsillos vacíos.
Lo
ha visto en sueños
-desde
muy lejos-
recorrer
el mismo trillo día por día.
Siente
el peso de la noche
sobre
sus libros fieros
sus
palabras que no vuelan.
Desde
muy lejos la mujer llora,
quiere
ser algo más que una
canción
de Ricardo Arjona.
Precioso, y te entiendo todas queremos ser, de alguna forma pero ser, como todo ser humano anora, decea, suena y quiere vivir como sono desde nina , como sonamos todos. Que Dios permita que esos suenos se cumplan y deje de ser una cancion de Ricardo Arjona
ResponderEliminarAlejandra Carolina Trechet "besos azules..........tantos como cascada.........te pienso y me sacudes el pecho. te amo y mis razones son pocas para no pedirle a Dios tenerte ahí muy cerquita de donde late mi corazón....te amoooooooooooooooooooooooo" hago mia sus palabras para gritar lo mismo..te amoooooooooooooooooooooooo.
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