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sábado, 8 de octubre de 2016

Volver al Che Guevara



Una fotografía restaurada a color del Che.

Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com 

Cuba está inmersa en un proceso de cambios profundos, no son un barniz para simular el desgaste que por más de cincuenta años funciona con un mismo motor, varias veces golpeado por el tiempo y los permanentes asedios. Se trata, sobre todas las cosas, de retomar el camino de un socialismo a lo Guevara. Por eso quiero llamar la atención  sobre el momento que recoge el actuar del Che Guevara como líder paradigmático. El mismo comprende desde 1959 hasta 1964 y lo tiene como principal artífice de un pensar y hacer propio, sujeto a las vivencias de la construcción del proyecto que vive.

Guevara lee toda la papelería disponible de Marx, Engels, Lenin, proceso que le permite desarrollar una conciencia crítica ante los manuales estalinistas que limitan el rumbo propio.(1) Comprende que el “Socialismo real” tiene máscaras que es necesario quitar. Su visita a la Unión Soviética, en esos años, termina de conformar esa visión y vaticina una caída estrepitosa, por la crisis profunda de los valores sobre los que descansa ese sistema. Comprende que no debe copiarse de un proyecto carcomido en sus principales esencias, lleno de formalidades, donde las masas son vistas como cuestión de estadísticas y no como protagonistas críticos en la construcción del modelo.

Al regresar a Cuba, advierte sobre lo que ha visto y genera una polémica de fondo, poco valorada por sus contemporáneos, incapaces de tomar distancia del, hasta ese momento, único experimento objetivo sobre el camino al socialismo. Señala hacia el factor subjetivo como dinamizador principal de la transición. La movilización de las capacidades del hombre debe tener motivaciones profundas en su conciencia, para que participe creativamente en los cambios y transformaciones gestados.

En cuanto al rumbo económico, desde un primer momento, complejiza cada acción que lleva adelante en las diferentes tareas que le impone el proceso. Crea tres revistas para polemizar sobre el conjunto de preocupaciones presentes en la transición, llega a tocar cuestiones claves al decir: “El socialismo económico  sin la moral  comunista no me interesa. Luchamos contra la miseria, pero al mismo tiempo contra la alienación (…) si el comunismo descuida los hechos de la conciencia puede ser un método de repartición, pero deja de ser una moral revolucionaria”.(2)

Según el ensayista Fernando Martínez Heredia: “…transición significa que el capitalismo está presente de mil modos: hay que tenerlo en cuenta para superarlo, y se debe utilizar  todo logro obtenido bajo el capitalismo que sea conveniente y factible”. (3)

Hacer posible una verdadera transición cultural hacia el socialismo implica, según Guevara, transformaciones de la individualidad en el plano psicológico, por ello señala: “Para cambiar de manera de pensar hay que sufrir profundos cambios interiores y asistir a profundos cambios exteriores, sobre todo sociales”. (4)

Martínez Heredia es puntual al enjuiciar esta fecunda etapa al afirmar: “El Che fue muy lejos: su conducta  rigurosamente acorde con sus ideas, el tipo de relaciones que promovía  entre las prácticas políticas y la actividad teórica y doctrinaria, el contenido de pensamiento social y su concepción del papel de las prácticas al interior de la producción teórica, resultaron cuatro rasgos antitéticos al llamado socialismo real”.(5)

Por lo dicho hasta aquí, todo revolucionario crítico de estos tiempos se hace varias interrogantes: ¿Por qué fue ignorado el pensamiento económico y cultural del Che, luego de su muerte? ¿Por qué se perdió la capacidad de polemizar hacia afuera y hacia adentro que tanto usó en la solución de los problemas de fondo del pensamiento socialista? Guevara decía algo un tanto olvidado por el funcionarismo ideológico: “Opinión que haya que destruirla a palos  es opinión  que nos lleva ventaja a nosotros…No es posible destruir las opiniones a palos y precisamente  es lo que mata todo el desarrollo, el desarrollo libre de la inteligencia”.(6) Sus apreciaciones del socialismo real lo convirtieron en un incómodo centinela que debía ser postergado: ¿por qué permitimos sucediera algo así?

El carácter abierto  de su posición teórica y práctica pudiera ser referente indispensable en la actualización del modelo cubano.  No olvidar un criterio puntual expresado en El socialismo y el hombre en Cuba: “…el Estado se equivoca a veces. Cuando una de esas equivocaciones se produce, se nota una  disminución el entusiasmo colectivo por efectos de una disminución cuantitativa de cada uno de los elementos que la forman, y el trabajo se paraliza  hasta quedar reducido a magnitudes insignificantes;  es el instante de rectificar”.(7)

A propósito de esta última idea del Che, debo decir que si las acciones dirigidas a actualizar el modelo no están acompañadas del propósito de construir cambios culturales de fondo que liberen las energías dormidas de los revolucionarios críticos, y no de los acartonados en privilegios, retóricas y rutinas  incapaces de marchar al ritmo de una dialéctica inteligente, contextualizada en las realidades del pueblo, será muy difícil perfeccionar la herejía de un socialismo con rostro humano y construir el joven rebelde con causa del presente camino al futuro, a 90 millas de la potencia cultural y económica más poderosa del planeta. Por eso vale la pena recordar a ese Che vivo en la memoria de los que creemos en un mundo mejor: “…el socialismo es para satisfacer las necesidades y necesidades siempre crecientes de la gente, si no, no vale la pena ser socialista”.(8) 

Referencias bibliográficas y notas

1. Ver de Ernesto Guevara: Apuntes críticos de la economía política, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2012. P.7-52.

2. Citado en Fernando Martínez Heredia: Las ideas y la batalla del Che, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2012, p. 83.  

3. Fernando Martínez Heredia: Las ideas y la batalla del Che, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2012, p. 288.

4. Citado en Fernando Martínez Heredia: Las ideas y la batalla del Che, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2012, p. 285

5. Fernando Martínez Heredia: Las ideas y la batalla del Che, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2012, p. 283.

6. Citado en Fernando Martínez Heredia: Las ideas y la batalla del Che, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2012, p.178.

7 . Ernesto Guevara: El socialismo y el hombre en Cuba, Casa Editora Abril, La Habana, 2015, p. 24.

8.  Ernesto Guevara: Apuntes críticos  a la economía política, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2012, p. 322.

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