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viernes, 16 de junio de 2017

Uno de los grandes en mi pueblo




Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com

Hasta faisanes de la india podrán verse mañana en la feria del pueblo, pavos reales, tucanes, gallinas de guinea, toros de ceba, vacas de leche, frutas diversas,  viandas venidas de  campos radiantes.  Las carnes tocarán el cielo. Todo el mundo hoy viernes pinta las fachadas, algunos los interiores;  dicen que viene uno de los grandes. Mi oído una y otra vez se orienta hacia el vocerío. Carteles donde nunca hubo.  Escalones rojos colocados apresuradamente sin un criterio estético. El pueblo en una efervescencia elevada. Las bloqueras particulares congeladas, ¿por qué será? los carretilleros no podrán salir, ¿por qué será? Aparecen jardineras de Persia en la Avenida Rabí, hasta lámparas azules, de esas maravillas que todo pueblo de provincias sueña tener. Los potros corren a uno y otro lado,  llevan mensajes;  el grande llega mañana y la ciudad debe ser otra.  Unos jóvenes extrañados preguntan si hay carnavales;  un ama de casa dice que comprará el cemento  del subsidio, sino lo hace ahora,  nunca logrará tenerlo. La ciudad y sus pintores vivos. La ciudad y su vestido nuevo. La ciudad y su maquillaje apresurado. Alguien que colores cálidos, así somos, temperamentales como el Trópico. Mi pulóver  blanco atacado por el azul; corro a lavarlo, me duele perderlo en esta locura de pueblo pequeño con 104 años; de ciudad con solo 29.  Una locura hermosa. El hombre quisiera que todos los días viniera un grande, de esos que sólo llegan una vez en la vida. Un grande y la ciudad rejuvenece; todo cambia.  Un grande y seremos sol donde ante sólo penumbras. Un grande y el espíritu a caballo cumplirá todo. Seremos una ciudad como Dios manda. Pero después del sábado, ¿qué vendrá?  El Día de los Padres y nada más. Entonces habrá que rogar a todos los poderes de la isla que regrese un grande y  Tomas Campanella reescribirá “Ciudad del sol” y seremos recordados en los anaqueles de historia por acometer una obra faraónica en sólo una semana, cuando alguien filtró la visita de un grande a la  doncella de 29  años.

1 comentario:

  1. Cuando una visita, visita en nuestra casa es eso, UNA VISITA, pero, cuando "un grande visita", es para CONTROLAR cómo se están cumpliendo los ACUERDOS del pensamiento colectivo, y hacer esos adornos es engañar al "visitante": INFLARLE GLOBOS.

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