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jueves, 26 de octubre de 2017

ENSAYOS II: Ciberdemocracia en red es igual a ciberpoder del pueblo

La esencia  futura será: ciberdemocracia es igual a ciberpoder del pueblo.
Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com

El pensamiento analógico en Cuba valora un blog  como extensión del  periodismo tradicional en  radio, televisión o prensa plana; limita su alcance a lo que se llama técnicamente 1.0. Cree al blog mensaje y desde posiciones ideológicas a veces demasiado verticales, conmina a pensar que se comparten informaciones que pueden poner en peligro la estabilidad del sistema instituido. Condiciona autocensura. Se instala en la capacidad crítica del bloguero “dentro de la revolución” y lo obliga a volcar contenidos de las diferentes plataformas mediáticas pasadas por el tamiz de lo oficial. No puede desdoblarse en medios externos, interpretar el personaje de un “sujeto emancipado”, compartir información libremente, ser líder de opinión y filtrar la información de la Web. 

Todo debe quedarse en casa, especie de señorío donde puede ocurrir cualquier cosa, menos publicar lo que no forme parte de la agenda dictada por los poderes hegemónicos. En provincias, tierra adentro, no nos atrevemos a construir narrativas centradas en historias de vida, que permitan visibilizar la realidad con sus matices, sin afeites demasiado “políticamente correctos”, ante los cuales los usuarios de Internet toman distancia, porque no dicen nada cercano al hombre de carne y hueso. Todas esas trabas ideológicas, culturales, limitan el nacimiento de un sujeto activo en la blogosfera, comprometido con la sociedad y sus cambios. Una interrogante  convoca a analizar en toda  la complejidad el asunto: ¿Hay  una auténtica “libertad”, revolucionariamente escribiendo, en este reino”? 

Es normal como práctica, que los directivos de los medios tradicionales de prensa apelen a marcos regulatorios dogmáticos para limitar posturas críticas en los blog y la construcción de audiencias en Facebook y Twitter, desde ellos. Una especie de política de avestruz cercena la pluralidad y da lugar a visiones sesgadas, donde los problemas, si se expresan en la red desde el compromiso con una ética revolucionaria, son considerados “políticamente incorrectos”. Surge así la sospecha, la revisión de los tonos, las frases fuera del contexto narrativo, el malentendido apriorístico, el doble discurso, el llamado a ubicarse en el lugar desde el cual se accede a la condición de conectado, el agradecimiento a los padres tutelares de la Patria, al dios Estado, incluso obligan a definir posturas ideológicas ante blog y autores. Lo personal es viral. No interesa  tanto el escrito, como el creador del mismo. En fin, una madeja bien complicada, donde Ser bloguero no tiene amparo en una legislación jurídica y es atravesado por relaciones de poder, sujetas al campo de las subjetividades, demasiado volubles para analizar las cuestiones de fondo, con sentidos de causa y proyección. 

Una práctica narrativa  que no corra sobre los cauces de la “prensa tradicional” es descalificada desde la supuesta “profesionalización del periodista”, único portador de las habilidades necesarias para construir la información. El bloguero es colocado en ese catalejo, desde ahí se  miran sus sombras; no importa la luz de su etnografía cotidiana y sus valoraciones de las prácticas culturales. Si es un periodista bloguero, entonces los marcos regulatorios de carácter subjetivo terminan imponiéndose; así aparece el “bloguero por encargo”, una cuestión de estadísticas construidas por los directivos de los órganos de prensa, para visualizarse en términos de cantidad ante los que supervisan  las políticas de presencia en Internet. No puede aceptarse un sitio web que no tenga cinco o seis blogueros por encargo, ello crea la ilusión de “libertad” para expresarse, cuando en realidad funcionan como una extensión del columnista habitual de los medios tradicionales.

En medio de todo ese caos jurídico, la mayoría de los directivos están empoderados en posiciones dogmáticas que impiden el nacimiento de una conciencia crítica en la blogosfera cubana dentro de la revolución. Los límites se definen muchas veces sin el conocimiento necesario, ello genera un “encapsulamiento cautivo”,  pues todo se reduce a narrar lo idílico, entonces el ser crítico termina diluido en una neblina densa y no se atreve  a ser comunicador depositario de un activismo cívico y ciudadano en la búsqueda de la verdad y la justicia.

En el contexto señalado debe aspirarse a una comunicación horizontal que permita dialogar con los actores políticos y sociales e incluso con instituciones globales defensoras de perfiles progresistas, cercanos a nuestros propósitos de luchar por la utopía de un mundo mejor. Todo bloguero revolucionario que se respete, compartirá contenidos que ayuden a la emancipación de los seres humanos con propósitos bien concretos:

1. Vigilancia sobre los vacíos informativos de la prensa oficial.
2. Vigilancia del dominio político.
3. Cuestionamiento de silencios, omisiones y  vacíos en la esfera pública.
4. Restauración de la capacidad y fe de dialogar entre cubanos.
5. Promover la tolerancia hacia y con la diversidad.

Alcanzar la 2.0 como bloguero, dentro de la revolución, pudiera ser una posibilidad para no seguir aferrados a la certeza de que el medio es el único depositario del mensaje, sino que podemos convertirnos en facilitadores para que las audiencias sean las portadoras de los mensajes. Entonces aquí llega otro problema objetivo, la autocensura determina actualmente que las audiencias no puedan expresarse libremente, pues,  -en términos regulatorios-,  el bloguero debe ser un censor de las mismas, decidir lo que es políticamente publicable y lo que no (obligado a moderar los comentarios), una especie de extensión de la 1.0. Enfocado así, es prácticamente imposible imaginar una blogosfera activa  dentro de la revolución, con agallas y suficiencia para visibilizar contenidos ignorados por la prensa estatal. Los blog que se arriesgan a construir mediaciones donde las audiencias son el mensaje, sufren una que otra vez la presión de los poderes hegemónicos, dispositivo que se activa ante la más mínima sospecha de que algo no fluye normal y hace falta recordar los límites de la responsabilidad. 

En esa suerte de laberinto,  donde unos dictaminan lo correcto y otros están obligados  a aceptar lo que una élite de funcionarios, protectores de la ideología política decide, sin referentes regulatorios concretos, se necesita audacia e inteligencia para asumir como algo estratégico la 2.0 y democratizar el proceso de socialización de mensajes, al extremo de permitir al usuario con cuales quedarse, o escribir el suyo en caso de no estar de acuerdo. 

El analfabetismo digital que caracteriza el panorama cubano actual, en términos culturales, limita en gran medida el surgimiento de una sociedad futura donde el macro-relato y el micro-relato mediático sean lo motivante para la real poli. Algunas interrogantes pueden ayudar a pensarnos en medio de esa complejidad: ¿Es posible imaginar un  ciudadano expresivo en la blogosfera dentro de la revolución, que sea sugestionado por nuestras maneras de narrar la realidad? ¿Es políticamente probable imaginar una comunicación horizontal futura entre gobierno y ciudadanos? ¿La condición de plaza  sitiada seguirá siendo barrera para pensarnos y expresarnos en la blogosfera? ¿Conectarse desde una institución del Estado creará condicionamientos ideológicos de carácter político que limitan la aplicación de la 2.0 en la blogosfera cubana dentro de la revolución? Hay que responder esas  preguntas con cambios profundos de carácter cultural y jurídico, que empoderen a los sujetos críticos dentro de la revolución, llamados a construir un futuro, donde la mentalidad analógica no pueda dictaminar prácticas a seguir, como fiscal instalado en un pedestal intocable.  En ese tiempo futuro, la verticalidad debe ser una figura de museo. 

Mientras eso llega, los blog y sus formas de activismo en las redes sociales; representan una nueva forma de cultura política, interacción social, de movilización y creación de espacios para activar la toma de decisiones expresadas en la transformación ciudadana continua. Dentro de la revolución se necesita un cibercivismo comprometido, sobre la base de la creación, “y la crítica de la información como base del conocimiento, comprendido este último como el más valioso y poderoso articulador de la vida social”.(1) 

Con ello la blogosfera se convierte en otro espacio de construcción de la democracia, no solo como expresión de lo virtual, sino como puente de diálogos cada vez más horizontales, donde se difuminen las jerarquías sociales, profesionales, culturales, políticas, económicas y jurídicas,  en la búsqueda de consensos para la construcción del país deseado. Desaparecerán así los estancos culturales, informativos, y las voces no podrán ser silenciadas. La esencia  futura será: ciberdemocracia es igual a ciberpoder del pueblo.

La 3.0 se impone en el mundo globalizado. Crear las bases para que la misma pueda concretarse en la blogosfera dentro de la revolución, debe ayudar a políticos, funcionarios, decisores, líderes locales, a decidir mejor aspectos relacionados con la gestión pública, la revocación de un dirigente por no cumplir sus funciones administrativas, los mecanismos de consulta a los ciudadanos serían más ágiles. En ese escenario, la comunicación horizontal  jugará un rol dialéctico en las dinámicas políticas, sociales y culturales, donde la red será el mensaje y el pueblo en ciberdemocracia se valdrá de ella para empoderarse en la agenda pública.

Lo dicho hasta aquí lleva a una  conclusión medular: “la sociedad cubana no podrá dar ninguno de los saltos que pretende (…) si no lo hace promoviendo sujetos activos en el uso de las tecnologías digitales y sus contenidos”.(2) En otras palabras, conquistar una nueva dimensión de la libertad, entendida como el derecho que tiene una ciberdemocracia en red, para deliberar y decidir lo mejor para sus ciudadanos. 

Notas 
1. Milena Recio. La hora de los desconectados, la Jiribilla, n. 512, 26 de febrero de 2011.
2. Milena Recio. Infoutopía: poner en cubano el periodismo digital en Cuba, periódico Cubarte, 28 de noviembre de 2012. 

Bibliografía
ESPIRITUSANTO OSCAR Y GONZÁLEZ RODRÍGUEZ PAULA: Periodismo ciudadano. Evolución positiva de la comunicación, Fundación Telefónica, Madrid, España, 2013.
GARCÍA LUIZ, JULIO. Revolución, Socialismo, Periodismo. La prensa y los periodistas cubanos ante el siglo XXI, Editorial Pablo de la Torriente, La Habana, 2013.
¿Sociedad de la información? ¿Sociedad del conocimiento? ¿Sociedad red?, en TEMAS. Cultura, ideología  sociedad, abril-junio 2013, n. 74.
RECIO, MILENA. Periodismo digital, el límite de lo posible, Editorial Pablo de la Torriente, La Habana, 2016. 
LÓPEZ GARCÍA, GUILLERMO: Comunicación local y nuevos formatos de periodismo en Internet: cibermedios, confidenciales y weblogs, Servei de publicacions de la Universitad, Valencia, 2008.

2 comentarios:

  1. Refrendo cada palabra y cada frase que expones Arnoldo. Sencillamente magistral y profundamente revolucionario y fresco...

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  2. sssssssssi: la revolución tiene a Cuba, que da gusto verla despues de 58 años. Pepi

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