Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com
A todos los que me leyeron siempre
Un día lo eché a nadar.
Tenía un miedo del carajo. Escondí su verdadero nombre. Lo vi alejarse río
abajo. No podía creer que aquello navegara. Se lo dije a muy poca gente, por
eso de que en pueblos chiquitos, infierno grande. Se veía hermoso, cargué un
Leonardo Padura como primer tributo, después monté varios José Martí, el
Matarile de Guillermo Vidal y había gente que lo seguía y se montaron. Un viejo
amigo lo llamó granada sin espoleta, por eso de que en castillos feudales, las
palabras estallan en cualquier momento y te hacen añicos. Las aguas lo
recibieron, golfos, océanos y aquello iba bien, tan bien, que empecé a creérmelo,
de tan bueno, monté con las crónicas del día a día de mi pueblo, como mismo lo
hacían Jorge Mañach con su Habana republicana y Pedro Juan Gutiérrez con La
Habana de la década de los 90 y a las crónicas les nacieron alas, llegaron a Torino, Nueva
York, Barcelona, Florida, Valencia y de tan creíbles, una muchacha de mi barrio, que ahora vive lejos, se montó
también y me escribía correos que yo no respondía con mi obsesión de empujar
aquello, lo más lejos que fuese. Un tipo, color de ébano me dijo: -cómo haces
para que eso pase sobre una cuchilla afilada y no lo corten en pedacitos-, le
respondí, dejándolo contar su verdad, las de otros, las de pueblos escondidos
en palmas reales, boniatos, yucas, plátanos y maíz; sonrió y sentenció: -men,
con el viento que te acompaña no llegarás lejos, te hundirás o te convertirás
en un mártir. No quise oír aquellas palabras, de alguna manera eran
sinceras, tal vez lúcidas, pues cuando intentas mover molinos, si la energía eólica
no es buena, es por gusto; pero aquello creció y llegó a 5, 10, 11 años y una tormenta llamada Laura lo hundió en sus vientos, como al viejo pino
donde supo de amores y bailó tarareando al gitano Peret y dio el
primer beso. “Ay, borriquito como tú (Tururú) / Que no sabes ni la U (Tururú) / Ay,
borriquito como tú (Tururú) / Yo sé más que tú”; parece que Peret tenía razón,
porque año por año muchas Lauras llegaron y el agua entrando por todas partes y
el fondo llamando, muy pocos momentos de paz y Peret soplando esa canción,
llamándolo borriquito; Juan Ramón
Jiménez, bravo, por eso de emular con Platero, pero en su planicie no había
flores, abejitas, ni hierbas para masticar, solo Lauras sedientas por mandarlo
al fondo del mar, como sucedió al Corsario Negro. Lauras pasaron, aún siente
sus vientos, el agua entrando por todas partes, pero otra muchacha, con nombre
guerrero, lo arrastró e hizo un libro inolvidable con las últimas
palabras, esas que en algún lugar del tiempo cualquier persona podrá leer.
Genial. Como siempre. Un fuerte abrazo y ...habrá más Lauras..
ResponderEliminarQuerido Arnoldo:la vida rs un constante navegar entre tormentas. Uno no las pude, vienen solas: a veces Bienaventurados y otras por la vocación de algunos de ensombrecer. Habrá muchas Lauras, es cierto y habrá muchos que como tú, sobrevivirán para co tarro con amor y lucidez. Me ha encantado este texto con que celebras tu blog. Te admiro mucho. Un abrazo
ResponderEliminarLa muchacha con un nombre querrero, tengo el orgullo de ser yo...Mi Caracol amado, poeta de bolsillos vacios y grandes sueños, y esta es mi casa, este es mi Caracol. Nuestro Caracol.
ResponderEliminarMatilde Oliva Real: Felicidades Arnoldo!!!, gran labor que ha unido a los nativos de nuestro pueblo y, enriquecido el conocimiento de dónde venimos, quienes hemos sido y somos!!!, agradecida por tu hermosa y, extraordinaria labor histórica y , vigente. Dios te bendiga y nuestra Señora de la Caridad , te proteja siempre!!!����
ResponderEliminarJuan Carlos Roque: Feliz aniversario. Todo un empeño profesional que deja su huella cada día. Es un honor leerte, hermano
ResponderEliminarSahili Cristia: Felicidades. Que el caracol siga en el río que flote y esparza su mágico sonido entre canciones y tradiciones de un pueblo, entre eso que somos aún cuando a veces se anhela otros matices. Felicidades Arnoldo, la magia habita en ti. Saludos
ResponderEliminarRené Fidel González García: Es apenas, lo que leemos, un jirón de la tenacidad, de la decencia y el civismo en el Oriente, del valor de la posibilidad y el empeño útil. No es poco. Felicidades a un pionero de la blogosfera auténticamente cubana.
ResponderEliminarOlivia Rubio: Felicidades querido amigo del alma, que sigas cosechando muchos exitos...
ResponderEliminarAlexey Aliaga Cabrera: Me encanto esa crónica hermanazó mio.
ResponderEliminarMi querido Caracol, una bellisima cronica que lo dice todo . Muchas veces vi pasar el filo por tu garganta , las verdades siempre hacen dano y si es a los de alguna manera los pone mal y tienen cierto poder peor . Te felicito por todo lo que has checho y haces, habla todo de ti . Estas naveando en aguas turbulentas tratando de salvar un barco cargado termitas que destruyen todo lo que ven lindo a su alrededor por el solo hecho de hacer dano porque no puedes ni siquiera que los vean . Sigue haciendo lo que tu corazon te dicte siempre cuidandote de esas termitas peligrosas . Mi abrazo como siempre y mi carino .
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