Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu
Durante muchos años me obsesioné con el estudio de las imágenes construidas por el poder, durante las revoluciones francesas y cubana, para crear un reino simbólico que legitimara cada una de sus acciones públicas.
A propósito no olvido un texto paradigmático de Carlos Marx “El 18 Brumario de Luis Bonaparte: “La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuantos éstos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal”.(1)
Los héroes y partidos políticos de la Revolución Francesa cumplieron su papel utilizando el recurso simbólico a la Roma antigua, ello explica la continua mención a los Gracos, los Publícolas, los tribunos, los senadores y hasta al mismo Julio César, para barrer con todos los vestigios de la sociedad feudal e instaurar la moderna.
Durante la Revolución Cubana se gestó un reinó simbólico que perpetuó el recurso a imágenes de libre pensadores y guerreros para legitimar los cambios revolucionarios; se consideró a José Martí el autor intelectual del asalto al cuartel Moncada en Santiago de Cuba; a Antonio Maceo y Máximo Gómez como los artífices de la Invasión a Occidente, en fin, la épica del 1ro de Enero se concibió sobre la base del uso de un lenguaje martiano contextualizado en los diferentes momentos de cambios y desviaciones. Martí es el brazo intelectual de la Revolución Cubana y Antonio Maceo es el brazo armado. El recurso a imágenes de cada uno para legitimar una ética revolucionaria, es una constante desde 1959 hasta nuestros días.
Pero algunos se preguntarán ¿eso es anormal? Y sencillamente le respondo que no, pues es normal en toda sociedad construir un reino simbólico que perpetúe el poder y coaccione a los más jóvenes para que acepten el legado diseñado para ellos.
Decía Marx “… la resurrección de los muertos servía, pues, para glorificar las nuevas luchas y no para parodiar las antiguas, para exagerar en la fantasía la misión trazada y no para retroceder ante su cumplimiento de la realidad, para encontrar de nuevo el espíritu de la revolución y no para hacer vagar otra vez su espectro”.(2)
La Revolución Cubana se hizo con frases e imágenes de José Martí. Los héroes que poblaron el panteón mítico fueron los de las luchas emancipatorias contra el colonialismo y el neocolonialismo. Sin embargo, ese universo simbólico se fue enriqueciendo con nuevas imágenes, entre las que aparecen Camilo Cienfuegos, como representación de los humildes, y Ernesto Guevara, el intelectual latinoamericano que simboliza el Ariel de Rodó y se une a Caliban, una representación que alude a la épica del 1ro de Enero de 1959.
Los diferentes momentos atravesados por la Revolución Cubana, en su devenir, han condicionado un uso de los héroes y la historia, ajustado a las diferentes circunstancias nacionales e internacionales.
En la actualidad, los cubanos tienen colocados sus ojos sobre las reformas del modelo económico socialista, es una preocupación lo que sucederá con muchos de ellos en el futuro; ante el dramatismo de tal situación, es hora de pensar con qué imágenes y usos de la historia se iniciará el camino. Del reino simbólico que se construya, dependerá el futuro de la nación y la irreversibilidad de la Revolución, de eso no me cabe la menor duda.
Notas:
1.Carlos Marx. El 18 Brumario de Luis Bonaparte, en Obras Escogidas, Tomo I, p. 408.
2.Carlos Marx. El 18 Brumario de Luis Bonaparte, en Obras Escogidas, Tomo I, p. 410.
...Soy un 'eslabon' entre los guerrilleros y ustedes... Y a lo cubano, mas claro ni el agua... Exite un Programa, el del Maestro, 'Jose Marti', asumemolos... No existen otras alternativas, y Fidel lo proclamo asi en su propia defensa... No obstante, existieron circunstancias que aprobe y apruebo, soy parte de lo malo y lo bueno... Pero no podemos dejarla ir, es nuestra y unica, esa es nuestra historia, un poco amarga, pero nuestra, legitima y original es nuestra Revolucion... Gracias Arnoldo...
ResponderEliminarSin dudas la revolución cubana dirigida por Fidel supo aprovechar las coincidencias históricas para su provecho, algo muy normal en cualquier proceso histórico, desde adjudicar a Martí como el autor intelectual del asalto al Moncada, al igual que en el inicio revolucionario se proclamara Martiano, fueron burdas maniobras de un genio maquiavélico, nunca se ha dicho en Cuba es de donde surge la famosa frase de “Condenarme, no importa, la historia me absolverá”, que es el título de su testamento político, al igual fuera el de Hitler “Mi lucha” y dicho libro fue por mucho tiempo el libro de cabecera de Fidel.
ResponderEliminarLa raíz de esta frase está en la similar dicha por Hitler y es la oración final de su última declaración, hecha ante los tribunales de Leipzig, en el gran proceso de la primavera de 1924:
“Los jueces de este Estado pueden condenarnos tranquilamente por nuestras acciones; más, la Historia, que es encarnación de una verdad superior y de un mejor derecho, despreciará un día esta sentencia, para absolvernos de toda culpa.”
Sin dudas el parecido no se puede negar.
Si de comparaciones se trata tenemos la del general Henry Revee, “el inglesito” con el fusilado William Morgan, el comandante yanqui”, como lo llamara Fidel, muchos combatientes de todo el mundo apoyaron y dieron su vida en la manigua cubana. En fin Fidel ha sido muy astuto en cuanto a la utilización de frase, imágenes y argumentos históricos para apuntalar su macabro sistema.