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miércoles, 16 de mayo de 2012

Muerte de José Martí en Dos Ríos: ¿Por qué no tenía escolta? IV



¿Por qué no tenía la protección que su estatura política y militar reclamaba? ¿Su carácter temerario lo condujo a la muerte?
Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Un testimonio importante que corrobora la tesis de Máximo Gómez sobre la muerte de José Martí el 19 de mayo en Dos Ríos, lugar de confluencias del Cauto y el Contramaestre,  es el de Ximénez de Sandoval, coronel que iba al frente de la columna española que le dio muerte. Según Sandoval, la muerte fue provocada por el “arrojo, la valentía y el entusiasmo de los ideales de Martí que lo colocaron frente a sus soldados.” 1

Otro criterio que debe sumarse a la tesis señalada es el relacionado con el nombramiento militar que recibe Martí el 15 de abril en Vega Batea: “(…) los jefes militares presentes en la zona, en acuerdo unánime, deciden otorgar a José Martí el grado de Mayor General del Ejército Libertador, con los que se evitaban posibles dudas acerca de la validez de la dirección del Delegado no ya en la emigración, sino en el teatro de operaciones .” 2

Si partimos del supuesto de que Martí es una importante figura militar que ha alcanzado los grados de Mayor General y la figura civil más importante de la guerra, ¿cómo es posible que Máximo Gómez le ordenara quedarse en la retaguardia acompañado de un bisoño soldado como Ángel de la Guardia y lo dejara sin ayudante? ¿Por qué no tenía la protección que su estatura política y militar reclamaba? ¿Su carácter temerario lo condujo a la muerte? 

¿Solo o acompañado? Su ayudante, el joven Ramón Garriga, fue relevado de esas responsabilidades para servir como enlace directo entre los generales Máximo Gómez y Bartolomé Masó, por lo que Martí, ya en medio del combate, conminó a Ángel de la Guardia para que le siguiera. Cotejos de varias versiones hacen suponer, no obstante, que por las características del terreno, con pastizales altos, De la Guardia no estuvo a su lado en los instantes en que recibiera los disparos mortales que pusieron fin a su vida.

Notas: 

1 Veáse Enrique Ubieta. Efemérides de la Revolución cubana. Librería e imprenta. La Moderna Poesía, La Habana, 1920 T. 4. Pág. 200.

2 Colectivo de Autores. Historia de Cuba 1492-1898. Editorial Pueblo y Educación. Ciudad Habana. 2001. Pág. 351.

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