Por
Arnoldo Fernández Verdecia.arnoldo@gritodebaire.icrt.cu
Viernes 15 de
junio. Inicia el carnaval en Contramaestre, uno de los municipios de Santiago,
aquí en Cuba. Formidable impedimenta llegó al lugar desde todo el país.
La isla se muda
de un lugar a otro. Juegos, comidas, dulces, helados, rifas, productos de artesanía
y cerveza a granel, invaden cada rincón. Compran corredores, patios, salas, avenidas
y calles para exhibir mercancías y venderlas. Orquestas de primer nivel, junto a
otras de menor convocatoria, se unen a la impedimenta y, con el oído atento, escogen
al mejor postor.
En el carnaval
surge una especie de maridaje entre servicios gastronómicos estatales y redes grupales por cuenta propia. De
los primeros, desaparecen ofertas, siempre necesarias, en las fiestas, y del
segundo, las encuentras por cantidades, pero a un precio inalcanzable. El
problema tiene una respuesta, pero prefiero hacer dos preguntas, para que cada
cual saque sus propias conclusiones: ¿Por qué la red de restaurantes y
cafeterías, del servicio gastronómico estatal, no cubre la demanda en cuanto a
diversidad de ofertas se refiere? ¿Qué hacen con los surtidos provenientes de
los almacenes centrales?
El sábado
acudí a uno de los restaurantes estatales, de mucha tradición culinaria antes
de 1959: el Carnero; hoy rebautizado con
el nombre: Caribeño. Imaginé trato excelente, comida diversa y bien elaborada,
bebida suficiente, y sobre todo, mejores
precios que los del mercado privado o por cuenta propia, como se dice por estos
lares.
Como cubano tradicional
pedí una ración de cerdo asado, por $24,
moros y cristinos, ensalada de pepino y una cerveza cacique. Creía
llenar mi gusto con el pedido. Al revisar la Carta, era la única oferta. Suspiré. La duda se instaló en mi mente. A
los quince minutos llegó el asado. ¡Sorpresa! Hueso, pellejo y gordo cubrían todo
el plato. Ofendido me levanté de la mesa y llamé a la capitana. Me llevó junto
al cocinero. Le pedí que separara gordo, pellejo, huesos y los pesara, garantizaba
el pago del servicio. De 8 onzas, 5 eran
de hueso, una de gordo y pellejo; y sólo una: carne.
Pregunté si
era justo recibir un servicio como ese en una nación que se precia de conquistar
toda la justicia. El administrador, un señor grueso, muy bien vestido, dijo que
debía haber reclamado sin desmenuzar la ración. Le reiteré la pregunta: ¿Es
justo recibir un servicio como este? El señor dio un respingo. “Claro que no”,
precisó. “A otros clientes les ha pasado
y no crean un problema”, dijo. Cocinero se sacude. Es responsable de que el
gramaje no esté en regla. Ha sido descubierto. ¿A cuántas personas les harán lo
mismo?, interrogué. Por respuesta, silencio.
Una prieta
salió detrás de un cajero y dijo que era la del sindicato. Anunció que finanzas
y precios, en el gobierno municipal, eran los culpables. Mandaban la lista así
y había que obedecer. “Nos interesa vender, sea gordo, huesos y pellejo. En la
lista no se específica qué tipo de cerdo asado deberá ofertarse”. Una guapería,
propia de la “gastronomía socialista”, para la que siempre lo malo tiene
justificación, cayó sobre mis oídos. ¿Cómo era posible decir tantas estupideces?,
pensé.
En el
intercambio descubro que el asado tenía varios días de elaborado. Me
comunicaron que no podían trabajar al pedido: “¿cómo era posible una idea así?,
¿a quién se le ocurre?” Pago un servicio y exijo calidad por el mismo, riposté,
casi derrotado. “Usted nos disculpa compañero, pero no debía haber desmenuzado
el cerdo”. Volvían sobre lo mismo para autoafirmarse. Convencido de que estaba
en presencia de un círculo vicioso, del que nunca lograría salirme, opté por la
variante de pagar la ración, y dejarles una propina en reconocimiento al mal
trabajo.
Salí a la
calle. El espíritu de Carlos Carnero, otrora dueño del restaurante, me
perseguía. “52 años de gastronomía socialista y esto es lo que han conseguido”,
eran sus palabras, una y otra vez acariciaban mis oídos hasta sangrarlos. La
impedimenta cubría la vista. Fui hasta ella. Compré un pollo frito. No tenía
opción. Sueño inquieto en la noche. Domingo nublado al amanecer.
Invitación a opinar
Lamentable la situación vivida mi amigo Arnoldo, pero triste saber que eso es lo que ocurre a diario, no solo en ese establecimiento gastronómico, sino en casi el 100% de ellos, por no ser absoluto en mi afirmación.
ResponderEliminarLa calidad de los servicios administrados por el gobierno en Cuba no gozan de tal nivel de calidad, y los afectados, como suele ocurrir, es el pueblo común, no los de la clase "élite" que, sabiendo lo que tienen implementado, disfrutan de ricos manjares y platos que jamás el cubano común ha probado.
Como a usted, amigo periodista, me viene a la mente otra pregunta sobre este tema de la gastronomía: ¿cómo Cuba siendo una Isla rodeada por mar, y bañada por caudalosos ríos, el servicio de mariscos sea casi nulo, a no ser que quieras pagar con la moneda "fuerte" (CUC)?
¿Sería absurdo pensar que esos 53 años de la gastronomía socialista no son suficientes para ver que está basada en un modelo incontrolado, de poca calidad, y no orientada al cliente? No creo que 53 años no basten para darse cuenta de tan triste realidad.
Tienes mucha razón amigo Alieski. Un dato, fijo el tiempo en 52 años, porque todavía en 1960, Carlos Carnero era propietario del restaurante. Luego ocurrió lo que sabemos. Alieski, lo narrado, como bien dices, es lo cotidiano en la gastronomía socialista cubana; se disfraza de tonta, para ver si los clientes son tontos y no protestan el servicio...cobra muy caro y lo que vende es muy malo y el trato es horrible....Nelsón Gudín (El humorista, por más señas Flor de Anis, El Bacán) estuvo dos días aquí, en una ocasión le sirvieron un pollo crudo. Dijo que no volvería más y comería en cualquier otro lugar en los días de contrato que le quedaban. Candido Fabré dijo, muy molesto, que si lo único que se ofertaba en este glorioso hotel Caribeño era pollo. El pollo ausente del resto de los restauranes, y en este, todo el del mundo. Nada amigo mio, comer en Cuba, o mejor aquí en Contramaestre, en uno de esos restauranes regidos por rufianes, es un peligro para la salud y para el bolsillo.
ResponderEliminarRudis Quesada Moreno:
ResponderEliminarMi hermano acabo de leer tu publicación, pero ahora mi comentario es para preguntarte... no solo a ti, sino también a tus colegas... tu eres el único periodista comprometido con su profesión que hay en la Radio contramaestrense?
Me consta ...que ahí hay exelentes periodistas pero solo están ejerciendo como portavoces del gobierno. Esta lucha es de todos mi hermano y hazle llegar mi mensaje a todos. ustedes tienen en la mano la herramienta con que se desentierra la verdad. Cuantos problemas y discuciones tube yo por eso pero por suerte y desgracia no era el jefe... Te felicito mi hermano exelente trabajo y si investigas más, saldrán mejores trabajos y posibles soluciones.
Arazos para todos.
Carlos Rodríguez Almaguer: El post sobre carne, pellejo y hueso, está buenísimo! tremenda lección de que lo que nos pasa es culpa de nuestra pasividad, y cuando tú exiges tus derechos aisladamente, puedes resultar una cosa "rara", pero cuando cada vez somos más los que no nos dejamos robar, entonces otro gallo canta con esas personas que, siendo como nosotros, nos atracan y además quieren que les sonríamos. Muy bueno el trabajo.
ResponderEliminarVale hermano......siempre recuerdo la narración de Chavarría en sus Memorias: invitó a su amigos a degustar el famoso congró oriental, llegó a tierra santiaguera en una avioneta robada, al probarlo, perdonó los errores de la gastronomía socialista, a una joven revolución había que perdonarle esas cosas, pero a tantos años....
ResponderEliminarCarlos Rodríguez Almaguer: así es... pero piensa: Qué es la revoñución? Nosomos nosotros mismos? No era esa la reflexión del Che cuando en las meriendas de su consejo de dirección les hacía beber a determinados directores de su Ministerio el refresco agrio y terrible que producían sus propias fábricas? No fue él mismo quien estableció el principio, desgraciadamente devenido en slogan, de que la calidad es el respeto al pueblo? Esa es la pelea, pienso yo, de nuestra generación. La Revolución, para mí, es un sistema de ideas muy nobles y muy elevadas, que comenzaron amadurar hace dos siglos y que en el último medio siglo ha encontrado asidero en la construcción de una sociedad que se empeña en ser distinta, mejor. los errores los cometemos los hombres que, representando a esas ideas, las negamos, las prostituimos con nuestra ignorancia, y sobre todo con nuestras pequeñeces y miserias.
ResponderEliminarPerdona la "lata", solo quería darte mi punto de vista sobre lo que para mí es esa cosa aveces abstracta, aveces terriblemente distorcionada por los oportunistas.
por eso me alegro mucho cuando sale algo como tu texto, que en nombre de lo que debe ser la revoluución, ataca a aquello que la niega. Esa es para mí la pelea a muerte que tenemos hoy, y que está fundamentalmente dirigida contra la burocracia, porque a los enemigos les pagan sus amos, pero a los burócratas los pagamos nosotros.
Para mí la revolución es más ética que ideológica, de eso casi no se ha hablado nunca. Nos hemos basado sobre todo en la parte ideológica de la revolución, y aún más, en su parte política, que es la forma en que se llevan a cabo las ideas, y de alguna manera hemos obviado que la fortaleza de la revolución cubana está en su ética, porque esa tiene más de dos siglos de cimentación, nombres ilustres e impecables, memoria larga y decorosa.
Vale, siempre es una suerte tener amigos así. Celebro con las ideas martianas y fidelistas en alto, por haberte encontrado hermano. Abrazos....
ResponderEliminarCarlos Rodríguez Almaguer: Hoy, como lo fue al principio, se reafirma como una gran verdad aquella expresión lapidaria del Santo Cubano: "No hay Patria sin virtud".
ResponderEliminarno se preocupen dentro de muy poco sera Maranga lo que encuentren en los platos
ResponderEliminarJosé Julio Rodríguez: La Culpa de eso la tiene el cocinero, quien sirvio el plato, y si el administrador lo apoya, entonces es culpa del administrador... pero hay que empezar con alguien... No creo que el gobierno haya creado una empresa con cientos de personas para decidir que ese es un plato de Cerdo Azado y es asi como se sirve... La culpa es del desgraciao que se robo la carne que supuestamente estaba destinada al cliente... el de la cocina...
ResponderEliminarLa culpa siempre la tiene el toti... pero en este caso la culpa es del cocinero o el representante de la cocina que sirvio un plato no como deberia ser, donde esta la carne? alguien se la comio, o sirvieron otros platos con mucha carne... si meten preso a ese cocinero, el proximo lo pensara dos veces antes de hacerlo...pero si dicen que la culpa es del bloqueo, o del gobierno, esos malechores seguiran robando y jamas habra una solucion para el pobre cliente.
ResponderEliminarMi felicitación a quien escribió este episodio, aunque me sorprende, por lo que dudo de la libertad con que lo hizo. No obstante, amigo Arnoldo, ¿ qué diferencia hay entre mi critica ácida y esto? ¿ Se dan cuenta ahora de lo que había y volverá y lo que hay después de sufrir en el silencio impuesto ?.-
ResponderEliminarY con la moneda fuerte te lo sirven bien, entonces si saben como va el plato, se lo roban los de el hotel, el administrador deja que el cocinero robe, siempre y cuando se haga el de la vista gorda con el, y terminan haciendo las mismas porciones pero mas pequenas o de menos calidad... es muy dificil amarrar al perro con la longaniza decia mi abuelo cuando se referia al carnicero que robaba... eso nadie lo puede evitar... si tengo hambre y me dan dos huevos a vender, vendo solo uno y el otro me lo como,,, y yo que bola.
ResponderEliminarSería muy inteligente arrendar los restauranes estatales y pagarle a los empleados el 10 o el 15% según lo que vendieran y la calidad de las ofertas. Si no venden, no cobran. El pago diario por conceptos de venta, cuando eso se haga aquí en Cuba, los ladrones tendrán que irse a otro lado, pues no tendrán cómo vivir. No logro explicarme porque no cambian los conceptos económicos y se ajustan a una realidad que ha creado una plaga infernal de mercachifles devenidos burocracia acomodada que todo lo retarda y lo hace imposible.
ResponderEliminarTambién sería inteligente, venderle a la gerencia de los restauranes las mercancías que consumen, y la misma estaría obligada a sacar lo invertido y ganancias por supuesto, con estas últimas, pagaría el 10 o el 15% a los empleados y tendría para nuevas inversiones que generen una expansión positiva del servicio.
ResponderEliminarHasta que no desaten las trabas de una economía que no funciona, difícilmente el cubano pueda ver mejoras en los servicios gastronómicos. Lo que no es de nadie, nadie se siente obligado a defenderlo como suyo. Así que la economía socialista estatal está ante un gran dilema, reconocido hasta por los Lineamientos del Congreso del Partido Comunista. La cuestió está en desatar esos nudos sin dar lugar a un capitalismo salvaje. Hay muchos temores, pero el tiempo pasa y es necesario replantearse el tema de los servicios gastronómicos estatales, son una gran farsa y sirven de escudo para los nuevos ricos que surgen en Cuba: ciudadanos con viarias casas, varios automóviles, celulares, etc.
ResponderEliminarAcabo de salir a merendar. Bocadito de jamonada. $1.80 el precio. Pan viejo, jamonada cortada a ojo de buen cubero. Empleado desconoce el precio y si está en la tablilla de ventas. Administrador de cafetería y empleado discuten sobre horario. Hora: 10:00 de la mañana aquí en Contramaestre, Cuba.
ResponderEliminarRecorro varias cafeterías. Trabajadores sentados en torno a varias mesas, otros chacharean fuera, algunos sacan cuentas. Nadie trabaja. Almacenes cerrados. Mercancías con mala calidad. Calles sucias en torno a las cafeterías. Hora: 10:00 de la mañana aquí en Cuba
ResponderEliminarRamon Castro: Muy buen trabajo en una direccion correcta, hay un viejo refran que dice:" El ojo del amo engorda el caballo" y esto es aplicable para todo en la vida.
ResponderEliminarRamon Castro: Tres cosas fundamentales estaban entrando a Cuba en los ultimos años , que creaban un espejismo de progreso interno y servian de motor para el desarrollo de una mejor economia familiar ALIMENTOS, MERCANCIA Y DINERO , venian del extrangero de EUA fundamentalmente del satanizado Miami y de toda la diaspora Cubana mas variada ya que la judia, pero se levanto el miedo de la dirigencia castrista al bienestar del pueblo, se levantaron sus sospechas o se levantaron las codicias de esa dirigencia y impusieron de nuevo las restrinciones, los aranceles y el chantaje financiero al desarrollo del cubano de a pie. Se estaba notando una mejoria pero a estos tiranos no les gusta las mejorias, no les gusta que las personas esten ocupadas en algo mas que no sea emborracharse y sobrevivir.
ResponderEliminarA comer ratones y a comer moringa ,parece que ese es el fatidico destino del pueblo cubano.
Cafeterías sin agua. No hay café ni diálogo.
ResponderEliminarContramaestre/ 29 de junio de 2012.
Cafeterías en blanco. Sol raja asfalto. Nadie compra. Cerdos muertos por razones desconocidos se venden en los restauranes....
ResponderEliminarContramaestre/29 de junio de 2012
Coral Vázquez Peña: Es una lástima porque mira que se le ha dado recursos a ese sector, pepro la mente de quienes laboran en él no va al mismo ritmo.No digo que de todos, pero si de muchos
ResponderEliminarMe interesa conocer noticias y datos de otras ciudades ya que me importa mucho viajar. Es por eso que averiguo sobre hoteles baratos en distintas ciudades para alojarme a un buen precio y conocer otros sitios. Ojala que pueda seguir haciéndolo
ResponderEliminar¿Quién era Carlos Carnero, de donde provenía y cuál fue su paradero?
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