PORTADA

sábado, 30 de junio de 2012

Ataque sónico en Contramaestre, mi pueblo



Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com 

Los fines de semana aquí en Contramaestre, uno de los municipios de Santiago, es intolerable la música difundida frente al parque Jesús Rabí. Centros laborales cercanos han elevado quejas, pero reciben silencio por respuesta. Aquí va mi experiencia sufrida.

Sobre las 9 y 25 de la mañana inicia el maldito bullicio, canciones con unos decibeles intolerables: el Chupi chupi, a Miami en balsa, una y otra vez. No se si irritarme o maldecirlas. 

Busqué paz en mis reservas espirituales. Luego de una breve meditación encontré algunas razones, que hoy comparto con personas sensibles. Partí de un supuesto esencial: agredir el oído y promover el mal gusto es condenable. Reiterarlo todos los fines de semana es abusivo.

El hombre como regla general acude a los parques para estabilizar el espíritu, descansar y socializar experiencias con amigos, o sencillamente enamorarse o llevar a sus pequeños para que jueguen.  ¿Cómo es posible entonces que el Jesús Rabí reciba esa agresión?

La institución que difunde la música es una galería: la René Portocarrero. ¡Qué dislate si pensamos sus verdaderas funcionalidades!. Nunca pensó el daño que provoca en la biblioteca Luz Berta Sánchez, Radio Grito de Baire y la librería Daniel Readigos.

La selección musical no responde a un patrón estético  que promueva la defensa de la identidad nacional. Canciones vulgares, sin un mínimo de realización,  son reiteradas por esos dandys que alguien llama,  por equivocación, diyeis.

El estudio master de Radio Grito de Baire debe hacer malabares para evitar que se filtre la música. Casi nunca lo consigue y su programación es invadida  por este anacronismo, que algún ilustre funcionario, detrás de un buró, por supuesto, llama: “recreación sana”.

Muchas interrogantes pueden formularse:

¿Qué hacer ante esta invasión?

¿Qué hacer con los responsables?

Invito a las instituciones denunciadas aquí  a ubicar audios y diyeis, en lugares que reúnan condiciones para tenerlos y no abusar más del oído y el mal gusto. Contramaestre merece respeto, sobre todo ahora,  que se organizan los festejos por sus 100 años de fundado.

3 comentarios:

  1. Juan Cervantes del Toro: Muy de acuerdo contigo,nuestra música no es esa que difunden estas instituciones,que lejos de alegrar agreden con sus bullicios de música barata,que por desgracia hoy se impone de alguna manera. aquí en EU,existen reglas muchas veces violadas por nosotros los cubanos,claro,era de esperar,si nos acostumbram a este tipo de eventos,pues que mas,no coincibimos una fiesta sin esta música y bien alta,el policía llega,mide los desibeles y manda a bajar la música,si llega 3 veces,multa,y se acabó,tan es asi,que al comprar,dividimos barrios buenos,donde se permita el bullicio,barrios malos,donde no,los considero,soy stguero,y me gusta la música,pero la buena música,lo de hoy desordena,incomoda,frustra,son entre 80 y 100 los desibeles permitidos por la ciencia,por encima,daña,produce sordera,y eso,lo saben aquellos que dirigen,o por lo menos debieran conocerlo,ojala,y asistan a tu llamado.Feliz fin de ano,y prospero ano nuevo.

    ResponderEliminar
  2. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu10/1/13 6:43 a. m.

    Juan en declaraciones al periódico Granma Orlando Vistel, presidente del Instituto Cubano de la Música dijo: "Será de gran ayuda la instrumentación de una norma jurídica, en la que ya estamos trabajando, que deberá regir los usos públicos de la música, en un espectro que cubra los medios de difusión, las programaciones recreativas, las fiestas populares, y la ambientación sonora de lugares públicos. Obviamente, cada quien es libre de escuchar en su privacidad la música que desee, pero esa libertad no incluye el derecho de reproducirla y difundirla en restoranes y cafeterías estatales o particulares, ómnibus para el transporte de pasajeros y espacios públicos en general.

    "Las instituciones culturales y los Consejos de la Administración en las provincias y los municipios cuentan con la autoridad y el deber de velar por la correcta aplicación de la política cultural. Pero insisto: las medidas administrativas y jurídicas no son efectivas por sí mismas si no van acompañadas por una labor de orientación, esclarecimiento y convencimiento acerca de los valores que debemos promover". Veremos si se logra, es muy necesario.

    ResponderEliminar
  3. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu10/1/13 7:13 a. m.

    Acabo de recorrer la llamada calle Boulevar y los desibeles de un kiosko de gastronomía aquí en Contramaestre son intolerables......

    ResponderEliminar

MUY IMPORTANTE: No se publicarán comentarios anónimos en este blog, es necesario consignar siempre la identidad de la persona. No se admiten ofensas, insultos, propagandas de ningún tipo. Cada persona tiene la libertad de expresar lo que piensa, pero con respeto al otro diferente. d