Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeaguaoriente@gmail.com
El calor me sacude el alma,
intento el globo de Matías Pérez, pero la noche allí, tan sencilla. Es un
cocuyo de amplio vuelo. Siempre asusta verla llegar, porque uno no sabe si
cerrar los ojos es vivir o sencillamente morir. Dicen los psicoanalistas que
uno sigue despierto cuando duerme. Uno sueña lo que no consigue en lo real,
pues los centinelas se relajan y las realizaciones lúdicas, imposibles durante
el día, salen a sus danzas y uno cree que está viviendo; al despertarnos, la sensación de que algo ha
sucedido, pero todo afuera, igual, la misma penumbra, el sol ardiendo al
mediodía, la humedad haciendo de las suyas; uno creyendo que se irá por los
enormes mares de sudor que van al océano de la nada. Entonces uno no sabe si es
mejor estar dormido, que despierto; al menos el sueño permite lo imposible, lo
necesario; lo real me es ingrato, porque
vivo hoy y mañana veré cómo será la cosa. En el reino de los sueños uno come lo
deseado; durante el día lo que pueda
encontrar. A veces uno no sabe si es mejor estar dormido para siempre, que vivo
en toda una eternidad. Al menos dormir es la posible realización de los
sueños; uno quiere estar cerca de la
mujer amada y lo consigue; estar a la cabecera de su cama durante la enfermedad
y también es posible; al despertar, estás
fijado a la nada, allí clavos enormes toman tus alas y las necesidades terminan
venciendo esas dosis de imaginación que nos hacen tan humanos, donde se espera
una epidemia de zombis. El calor apostado; mi cuerpo busca el agua del tanque
alto, pero de tan caliente, escapó de la ducha;
quiero frijoles colorados con
trozos de tocino, acompañados con malanga, arroz blanco, yuca con mojo y quizás
un bistec de lo que fue una vez
Mariposa, la vaca amada de mi padre viejo;
pero estoy soñando, lo real me atornilla las ideas y siento la caída. Ayúdame
Freud. En mi resurrección, tal vez no arrastre la cruz de los sueños, porque quizás
viva en la taiga y conduzca un trineo
tirado por palomas junto al mismísimo Santa Claus.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
MUY IMPORTANTE: No se publicarán comentarios anónimos en este blog, es necesario consignar siempre la identidad de la persona. No se admiten ofensas, insultos, propagandas de ningún tipo. Cada persona tiene la libertad de expresar lo que piensa, pero con respeto al otro diferente. d