sábado, 20 de octubre de 2012

Unas palabras necesarias para leer La Generación Saltada


"El país necesita de “los jóvenes menores de 40”, se requiere, al menos en teoría, de la sangre fresca..."


Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Con el licenciado Alexis Cánovas Fabelo tengo intercambio permanente en las redes sociales, y es una de las personas que sigue y comenta los post publicados en Caracol de Agua. Hace varios días me hizo llegar, vía correo electrónico, este interesante debate, a partir de un texto de Wilma Suárez Barcena. Creo oportuno y necesario reproducir esta confrontación de opiniones entre cubanos, con ideas diferentes,  sobre lo que ha significado, en términos generacionales, el  proceso vivido en Cuba a partir de 1959. 

A todos los cubanos en la emigración y la isla, los invito a opinar, sobre estas interesantes ideas, enfocadas desde experiencias diversas, y recogidas bajo el título: “La Generación Saltada”.

La Generación Saltada (Inicio de un debate)
 Wilma Suárez Barcena (Médico de la Familia. Master en Ciencias Médicas)

Las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1979 o 1980 ya tenemos más de 50 años. En más de treinta años de trabajo hemos pasado por dos rectificaciones de errores, un perfeccionamiento empresarial y ahora por el reordenamiento laboral.

Las cubanas y los cubanos que comenzamos a trabajar en 1980, aun  compartimos la vivienda con nuestros padres, incluso con nuestros hermanos y sus hijos, o con mucha suerte tenemos un apartamento que compartimos con nuestros hijos y sus esposas y los hijos de nuestros hijos.

Las cubanas y los cubanos que nos convertimos en trabajadores en 1980, somos ahora destacados científicos, prestigiosos profesores,  experimentados obreros, condecorados militares, campeones olímpicos, artistas de fama mundial, veteranos de guerras a miles de kilómetros de nuestras costas, pero no desembarcamos en el Granma ni estuvimos en La Sierra. Con esa carencia, nuestro papel ha estado bien claro: trabajar duro, demostrar lo aprendido y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes. 

Las cubanas y los cubanos que comenzamos la vida laboral en 1980, crecimos y envejecimos, guiados por la misma generación, una generación que enfrentó responsabilidades y retos que van más allá de nuestra imaginación con menos edad que la que ahora tenemos nosotros, y que aprendió y ganó experiencia ensayando en nuestro pellejo por el método de prueba y error.

En 1980, había pasado Playa Girón, la Lucha contra bandidos, la Ofensiva revolucionaria, la Zafra de los diez millones, la ayuda a los movimientos guerrilleros en América Latina y la Guerra de Viet Nam. 

Las cubanas y los cubanos que en 1980 nos estrenábamos como trabajadores, nos habíamos espantado con la explosión de La Coubre, habíamos cantado “Pionero soy” y el himno de la URSS, en ruso, en el patio de la escuela.

Habíamos llenado bolsitas de tierra en el Cordón de La Habana, protestado frente a la embajada de Suiza por el secuestro de los 11 pescadores, cortado caña en las frías llanuras de Camagüey y tratado de convertir, más de una vez, el revés en victoria. Pero éramos demasiado jóvenes, nos tocaba trabajar duro, demostrar lo aprendido y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes. Nosotros, no habíamos desembarcado en el Granma ni estuvimos en La Sierra Maestra. 

Las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980, alguna vez fuimos niños que comimos fritas en el puesto de Pancho, tomamos batidos en el quiosquito de Manolín o llevamos a arreglar nuestros “colegiales” al viejo remendón de la esquina, con sus espejuelos sujetos con un cordón de zapatos, su busto de Martí en la repisa y su buen trato y mejor servicio. Fuimos alguna vez, niños que llamamos señorita a la maestra, señor al vecino de enfrente y señora a la mamá de nuestro mejor amiguito, pero ello no nos contaminó con las pestilentes miasmas imperialistas, ni nos salieron pústulas en la piel.

Las cubanas y los cubanos que integramos las plantillas en 1980, cantamos “Somos comunistas palante y palante” contagiados con la euforia de los mayores. Asistimos a la inauguración de Coppelia, vimos el Salón de Mayo en La Rampa, escuchamos por primera vez al Grupo de experimentación sonora del ICAIC, no entendimos nada de la Primavera de Praga, y nos grabamos con letras de fuego Hasta la victoria siempre. Aunque, no habíamos desembarcado en el Granma ni estado en La Sierra. 

Las cubanas y los cubanos que empezamos a trabajar en el 80, teníamos 30 años cuando Carlos Varela proponía probar habilidad con la ballesta y estuvimos de acuerdo, pero una edición dominical de Juventud Rebelde nos recordó que “los niños hablan cuando la gallina mea”. Se nos olvidaba que no desembarcamos en el Granma ni estuvimos en La Sierra, lo que teníamos que hacer era trabajar duro, demostrar lo aprendido y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes. 

Cuando al campo socialista europeo le sucedió lo único que le podía suceder al campo socialista europeo, las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980 teníamos más de 30 años y estábamos  listos para reaccionar, y sabíamos que la única salida no era la “opción cero” pero no estábamos políticamente maduros, nos faltaba la experiencia del Granma y de La Sierra. Nuestra misión seguía siendo trabajar duro, demostrar lo aprendido y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes. 

Las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980 ya tenemos 50 años y más de 50 también, y hemos vivido lo suficiente para ver al administrador estatal del “quiosquito” que fue de Manolín, hacerse indecentemente rico, como nunca hubiera podido ser Manolín. Hemos visto llenarse los campos de marabú mientras los noticieros nos enseñan postales idílicas de la abundancia. Hemos obtenido una amplia cultura de las desgracias del universo, sin podernos enterar de lo que pasa en nuestro propio municipio. Hemos visto a Hanoi levantarse de las cenizas de la guerra mientras La Habana se cae a pedazos sin necesidad de un bombardeo masivo. Hemos visto como se convierte el guajiro en una especie en peligro de extinción como las vacas o la caña de azúcar, y como el cine convierte a nuestro padre en el personaje ridículo del filme, con su vieja boina verde olivo y sus consignas machaconas en el raído pulóver. 

Los nietos de las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida  laboral en 1980, tienen ahora maestros que escriben Habana sin “H” y  campiña con “n” y que declaran sin pudor no saber donde nació Antonio Maceo, porque eso no es materia de su grado.

Las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980, hemos visto proliferar pícaros y farsantes de toda laya en todos los niveles y hacer de la consigna un método y de la apariencia un culto: “Tenemos la mayor micropresa del mundo”. Por eso las cubanas y los cubanos que tenemos 50 años, recibimos regaños en la televisión a través de un anónimo calvito que nos sermonea con fondo musical de La Guantanamera.

Cargamos con el Sambenito de las malas decisiones, los caprichos y la megalomanía, y la prensa nos pide ser austeros, comprensivos y desde luego, seguir trabajando duro, demostrar lo aprendido y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes.

A las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980, nos toca desde luego, rescatar los albañiles perdidos, los maestros perdidos, la eficiencia perdida, el quiosquito perdido, incluso el respeto al prójimo también perdido cuando la palabra “compañero” igualó al trabajador y al vago, al adulto y al niño, al genio y al bruto, y sembró en la mente de mucha gente la cómoda fórmula de que todos merecemos lo mismo y no que todos tenemos iguales oportunidades. Y otra vez se nos recuerda que nos toca seguir trabajando duro, demostrar lo aprendido y confiar en la Revolución y en sus dirigentes, porque nosotros no desembarcamos en el Granma ni estuvimos en La Sierra.

Las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980, ahora somos viejos pero somos de “mala raza” porque no hemos sabido asimilar las enseñanzas recibidas, hemos engavetado los buenos consejos y no hemos dado un solo líder, además de la propensión que tenemos todos a la corrupción y al delito. El país necesita de “los jóvenes menores de 40”, se requiere, al menos en teoría, de la sangre fresca, pero a nuestra generación, con sesenta años y un poco más y con unos cuantos años de trabajo todavía por delante, nos tocará seguir trabajando duro, demostrar lo aprendido y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes.

Las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980 somos ahora niños viejos, que necesitan una vez más ser regañados y aleccionados por las mismas personas que desde hace más de medio siglo nos regañan y aleccionan, porque hay que tener en cuenta que nosotros no desembarcamos en el Granma ni estuvimos en La Sierra Maestra.


La Generación Saltada (Réplica 1)

Alexis Cánovas Fabelo

Mi'ja Malcriá: ¡Qué bien te criamos con ejemplos!  Precisamente, el día 9 de octubre, un amigo y compañero de cuando asesoré en el MINBAS, (cuando tu generación comenzó a trabajar), me sugirió que le escribiera a un periódico digital de Ciego de Ávila, mis vivencias del Che y la creación de la Juventud y los Pioneros.

Cuando lo hice, expliqué la fe y la confianza que depositaba el Che en los jóvenes a los que nos asignó tareas mayores que nosotros mismos, puntualizándonos detalladamente los objetivos a lograr, y dándonos plenas libertades ejecutivas. De cómo nos controlaba cumplimientos, explicándonos las posibles vías para salir de los incumplimientos, y depuraba responsabilidades por los errores y deficiencias, sancionando ejemplarmente a los que los hicieron por falta de actitud.

Y hablé sobre cómo veía en los padres y abuelos que imponían la pañoleta azul, la convicción de formar en esos niños la actitud de mirar a los ojos a la verdad y a la muerte, como lo hizo el Che en La Higuera... ¡Este escrito que me envías lo demuestra!

Existen las verdades relativas, que pueden desaparecer o transformarse en absolutas; las verdades absolutas que la práctica demuestra que pueden convertirse en  relativas; y por encima de ellas, la verdad objetiva que, la conozcas o no, estés de acuerdo con ella o no, si la violas te pasa la cuenta irremisiblemente, creando las crisis y las involuciones.

"La generación saltada" es esa verdad objetiva que tanto admira a nuestra generación de Playa Girón, la Lucha contra bandidos, la Ofensiva revolucionaria, la Zafra de los diez millones, la ayuda a los movimientos guerrilleros en América Latina y la Guerra de Viet Nam, también destacados científicos, prestigiosos profesores,  experimentados obreros, condecorados militares, campeones olímpicos, artistas de fama mundial, veteranos de guerras a miles de kilómetros de nuestras costas que todo lo ha dado, (que motivó a Silvio a componer "Oda a mi generación"), y está frustrada por el futuro que nunca les llega, y por ver el drama de la de ustedes.

Recibe mi gran abrazo, desde Chile, donde defiendo a mi descendencia de sangre, de los ataques de un seudo comunista formado en la KGB. Como demostró el Che: ¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!

La Generación Saltada (Réplica 2)

Antonio Gómez Sotolongo

¿Y es que a eso le podemos llamar vida? ¿Es que a esa disfuncional sociedad se le puede agradecer algo? ¿Es que podemos agradecerle algo a esos que experimentaron en nuestro pellejo como si fuéramos conejillos de indias, mientras ellos se daban la vida que todos hemos querido para nosotros y se nos ha estado prohibido?

No, no hay nada que agradecer a quienes se enriquecieron y fueron libres para hacer con nuestro país y con nosotros lo que les pasó por sus aventureros e insólitos "cojones". No tenemos nada que agradecer y sí mucho que deplorar, y botar a la basura de la historia.

Ninguna filosofía, ninguna religión y ninguna idea valen más que la vida humana, y es deplorable que en nombre de los ideales se haya destruido un país.

Porque si durante más de medio siglo de República, los gobernantes indeseables dejaron en la ruina las arcas del tesoro público, en 1959, comenzaron a dilapidarse esos pocos fondos públicos pero como nunca antes en la Historia de nuestro país, los fondos privados, así se demolieron en aventuras de todo tipo las fortunas, las riquezas, los bienes muebles e inmuebles de una clase adinerada, que llenó la isla de industrias, de empleos, de riquezas y de viviendas, de campos de cultivo capaces de llenar las bodegas, de industrias capaces de llenar las tiendas y de medios de comunicación que convirtieron a nuestra isla, en menos de medio siglo en una tacita de oro. Él, con la única idea clara de permanecer en el poder de manera vitalicia, dilapidó lo poco que había, pero robó, quitó, expropió a todos los que con su trabajo y su talento, erigieron grandes fortunas.

Si hubo que sacar a un tirano del poder, no es cierto que era necesario imponer otro, y otro mucho peor aun, otro que dilapidó todo, hasta el espíritu emprendedor de los cubanos y mató todas las esperanzas. Ya a estas alturas no sé si fue necesario sacarle a Cuba algunos males y estuvo justificada la guerrita de tres años que culminó en 1959 con la huida del tirano de turno, pero de lo que sí estoy convencido es de que los males que ha provocado el castrismo durante más de medio siglo han sido peores, ninguno, y compare usted punto por punto, con la mano en el pecho y sin culpar al demonio-bloqueo-embargo, y lo podrá comprobar.

En fin, ni nuestra generación, la que comenzó a trabajar en 1978 ni ninguna otra ha vivido la vida que se merecía. Ni siquiera los que tuvieron que salirse del experimento, porque aunque mayoritariamente tenemos todas las necesidades materiales resueltas, vivimos en un exilio multicolor, en el que sobre nuestras cabezas pende una espada que nunca se sabe cuándo y dónde caerá.

Así que parafraseando el bolero, ya el alma ni duele, porque las penas son tantas que se atropellan y por eso no nos matan, y estamos todos en la capacidad moral de enrostrarles a esos culpables que hoy tratan de regañarnos como niños viejos, que son ellos los culpables, que son ellos los que destruyeron la patria que son ellos los que sobran, que somos nosotros los que estamos en capacidad de construir por las vías que entendamos pertinentes nuestro futuro, que sus experimentos fallaron, que tengan la decencia de renunciar antes que la isla se tenga que bañar de sangre nuevamente.


Ayuda al dolor del alma (Réplica 3)

Alexis Mario Cánovas Fabelo.

Mi hermano:

No sé qué enorme abuso hayas sufrido, pero, el odio genera odio, y no deja pensar con claridad.

No pierdas de vista que la percepción depende del filtro que crean el nivel cultural; la profesión; las experiencias anteriores personales, familiares y sociales; los problemas de salud; de los estados de ánimo y otros muchos que hacen que los hechos sean polisémicos producto de ellos, y que “todo depende del cristal con que se mire”.

Para lograr que sea una percepción precisa hay que aplicar los métodos científicos para determinar las premisas que posibiliten arribar a conclusiones científicamente demostrables.

Hay muchas verdades. En su acepción filosófica más amplia, “es el juicio o proposición que no se puede negar racionalmente”. Por ello, si estamos convencidos que nada se mantiene sin cambios, se desecha el concepto que es “la propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación”… Sí hay Verdades Absolutas que, al ampliarse el límite histórico-social del conocimiento por el desarrollo de la técnica y la ciencia, pueden pasar a Relativas. Y hay Verdades Relativas, que por los mismos motivos pueden pasar a Verdades Absolutas, ejemplo, “no se bebe agua en el mismo río dos veces”, o desmentirse y desaparecer, ejemplo, “La tierra es plana”.

Si profundizas en los estudios de la evolución histórica, verás que a todo lo progresista o progresivo se le impuso la violencia… hasta yo, que soy un “Don Nadie”, la sufrí en carne propia por querer que se aplicaran rigurosamente las orientaciones de los padres fundadores del Marxismo-Leninismo.

Nuestro Héroe Nacional, José Julián Martí Pérez, alertó desde finales del siglo XIX, “La batalla es de ideas y a ideas tenemos que ganarla”, y para que ello sea posible lo primero es esclarecer las categorías que dan carácter material a esas ideas.

Primero esclarezcamos de dónde salen las ideas marxistas, porque todo indica que se ha deformado la razón y función de las mismas. El Marxismo surge de la integración de lo más avanzado del pensamiento anterior a sus fundadores, en lo filosófico, del materialismo antropológico de Ludwig Feuerbach, y el idealismo dialéctico de Georg Wilhelm Friedrich Hegel; en lo económico, de las investigaciones de los economistas ingleses Adam Smith y David Ricardo; y en lo político del socialismo utópico francés encabezado por el suizo Jean-Jacques Rousseau con sus obras “Contrato social” y el “Discurso sobre los orígenes de la desigualdad entre los hombres”.

Esta integración de lo mejor del pensamiento anterior, críticamente estructurado, hizo que los fundamentos filosóficos marxistas dejaran de ser contemplativos, como fueron los pensadores anteriores, y pasara a ser, en lo ontológico y gnoseológico, transformadores de la realidad estudiada: naturaleza, sociedad y pensamiento.

Para cualquiera que estudie las Ciencias Sociales con cientificidad Karl Marx es un científico, demostrado por su metodología: investigó con profundidad la evolución histórica los fenómenos y procesos; cotejó los estudios anteriores sobre los mismos, eliminando sus incongruencias e interrelacionando sus aciertos; detecta y sigue el hilo direccional de las investigaciones; amplía las mismas interrelacionando todas las técnicas de investigación; confronta los resultados y elabora sus Hipótesis; que las convirtió en Tesis aplicándolas a la práctica de la lucha revolucionaria. Por ello, el Marxismo es una Ciencia, porque es una guía para la acción transformadora de la realidad.

Todo estudioso serio sabe, que para arribar a conclusiones serias hay que partir de premisas serias. Y a eso se dedicó primeramente a dotar, a los luchadores por transformar la realidad que les tocó vivir, de un instrumento organizativo de su pensamiento, validado por las demás ciencias que estudian esa realidad… Porque es innegable que las Tesis Generales Marxistas han sido corroboradas por el desarrollo de las ciencias particulares, pero, mucho más, por el fracaso de las revisionistas y anticientíficas aplicaciones que se han hecho a lo largo de la historia de la humanidad, no solo con el derrumbe del mal llamado “socialismo real”, o “campo socialista”, o la desunida URSS.

Para llegar a “conclusiones” tan tajantes se debe dominar la historia y evolución del mundo desde los momentos en que a los padres fundadores del Marxismo-Leninismo (porque no se pueden olvidar a Friedrich Engels o Antonio Labriola) y al principal continuador y aportador; con el estudio del surgimiento y consolidación de la etapa superior del capitalismo, el Imperialismo, y el primer aplicador de las ideas sobre la nueva sociedad; Vladimir Ilich Ulianov, conocido por el seudónimo LENIN.

Las Leyes y Categorías de la Dialéctica Materialista fueron aplicadas a la sociedad y conformaron el Materialismo Histórico, donde la Unidad y Lucha de Contrarios se denomina Unidad y Lucha de Clases, en Economía Política la fórmula demostrativa de que es en la producción donde se produce la ganancia capitalista por medio de la explotación del hombre por el hombre, de la fuerza de trabajo del proletariado, expresada así C-M-…p…-M’-C’, que permitió a Lenin, en el Comunismo Científico, perfeccionar la definición de Clase Social demostrada así: “las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que en su mayor parte las leyes refrendan y fortalecen), por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo, y, consiguientemente, por el modo de percibir y la proporción en que perciben la parte de riqueza social de que disponen.

Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse el trabajo de otro por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social”. Esto lo publicó en su obra “Una Gran Iniciativa”, en julio de 1919, para enfrentar la labor de zapa que se venía produciendo por los aplicadores de la tendencias pequeñoburguesas sobre el socialismo en Rusia, de los extremistas de izquierda encabezados por Josif Vissarionovich Djougatchvili Stalin,  y los de derecha liderados por Lev Dadinovich Trotski, y que todavía les sirve el sayo a todos los tergiversadores actuales de las vías para la toma del poder por el proletariado, y la transición del Capitalismo al Socialismo.

Sí se hicieron atrocidades a nombre de un socialismo deformado y dogmatizado. Solo se desconocía en las prensas de los países donde se cometieron.

Si la esencia del Socialismo es la Propiedad Social Socialista sobre los Medios Fundamentales de Producción, mientras se requiera utilizar formas capitalistas de propiedad sobre esos medios se está en el Período de Tránsito del Capitalismo al Socialismo, que Lenin lo definió como Capitalismo Monopolista de Estado, y no de un estado cualquiera, sino, de un estado de obreros y campesinos, esclareciendo que es la única manera de crear la base técnico material para la construcción del Socialismo.

El Período de Transito está esclarecido por Marx desde que hizo la “Crítica al Programa de Gotha”, rebatiendo los errores teóricos de los anarquistas.

Si los que aseguraban que estaban construyendo el Socialismo “Real”, o el Socialismo Desarrollado sucumbieron por sus propios errores, y los que subsisten utilizan formas capitalistas de propiedad, ¿qué demuestra que las ideas de Marx sobre el  Comunismo fracasaron? Y ¿qué demuestra que el capitalismo está destruyendo a la burguesía, por ampliar la cantidad de pequeños burgueses en sociedades desproporcionadas?

Tal y como previeron los padres del Marxismo-Leninismo, y sus continuadores, como Antonio Gramsci, en Italia, José Carlos Mariátegui, en Perú, y Julio Antonio Mella, en Cuba, el Capitalismo en su etapa Imperialista tiende a su autodestrucción, y lo malo en el asunto es que está arrastrando con él al mundo por las acciones traicioneras de los pequeños burgueses, que han renunciado a su deber de dirigir a las amplias masas desposeídas, ¡pudiéndolo!, por dejarse comprar por la alta burguesía, con sus “Cantos de Sirena” mediante las Tarjetas de Créditos y los préstamos bancarios, con la aspiración de ser burgueses sin poderlo.

Mucho antes de la traicionada Perestroika y la mal interpretada Glasnost, desde 1895, Lenin en su obra “Contenido económico del populismo y su crítica en el libro del señor Struve”, advirtió sobre el origen, función, daños y lo imprescindible de hacerle constantes depuraciones a la necesaria burocracia, para eliminar su burocratización al actuar, en el seno del proletariado y en las primeras etapas de la Formación Económico Social Comunista, como agentes conservadores de las tradiciones e intereses de la burguesía. Les llamó “…gente burguesa ‘salida del pueblo’- vinculada a la burguesía con miles de fortísimos hilos”.

Desde 1915, en su obra “La bancarrota de la II Internacional”, alertaba sobre la necesidad de “la ruptura completa con el oportunismo y la eliminación de este último de los partidos obreros…”, destacando como, y cito: “Ha madurado toda una capa social de parlamentarios, periodistas, de funcionarios del movimiento obrero, empleados privilegiados y de ciertos estratos del proletariado ; esta capa social se ha fundido con su burguesía nacional, la cual supo apreciarla en su justo valor y ‘adaptarla’ a sus objetivos”. En El Estado y la Revolución, Lenin los catalogó como “…personas privilegiadas, divorciadas de las masas, situadas por encima de las masas”. En su folleto "Tareas de los social-demócratas rusos" define que la "...burocracia como un sector particular de persona especializada en la administración y colocado en una situación privilegiada con respecto al pueblo."

Para enfrentar la solapada acción de la burocracia una vez tomado el poder por el proletariado, Lenin orientó por "Pravda", el 20 de abril de 1917 "...la estructuración de toda la administración del estado, desde abajo, por las propias masas, la participación efectiva de éstas en toda la vida del estado, su papel activo en la dirección. (...) "...no "implantándolo" desde arriba, sino elevando a las grandes masas de proletarios y semiproletarios hasta el arte de gobernar el estado y de disponer de TODO el poder."

Tomando la experiencia de la Comuna de París, de 1871, Marx destacó que "la Comuna era, no una corporación parlamentaria, sino una corporación de trabajo, que dictaba leyes y al mismo tiempo las ejecutaba", por lo que en su libro "El Estado y la Revolución", Lenin demolió a Kautsky al aclarar que "...la democracia proletaria, que toma inmediatamente medidas para cortar de raíz el burocratismo y que estará en condiciones de llevar estas medidas hasta el fin, hasta la completa destrucción del burocratismo, hasta la implantación completa de la democracia para el pueblo". Y nos exhorta, en esta obra práctica, a "ampliar la democracia y desarraigar el burocratismo. Aprendamos de los comuneros la intrepidez revolucionaria, veamos en sus medidas prácticas en ESBOZO de las medidas prácticas urgentes e inmediatamente aplicables, y entonces, siguiendo este camino, llegaremos a la destrucción completa del burocratismo".

Estructurar un Gobierno de Abajo hacia Arriba es el primer eslabón fundamental de la cadena de acontecimientos: demostrar prácticamente que el pueblo es el dueño de toda Cuba, como lo refrendan los tres primeros Artículos de la Constitución de la República de Cuba, publicada en la Gaceta Oficial de la República de Cuba, edición extraordinaria número 3 de 31 de enero de 2003.

La pequeña burguesía es la capa que ha sido históricamente utilizada por la alta burguesía para desbaratar las acciones revolucionarias de las masas populares, desde que Oliverio Cromwell los utilizó contra el Partido de Los Cavadores en la Revolución Burguesa en Inglaterra, no es por gusto que el filósofo inglés John Gray hace el panegírico a la pequeña burguesía en su artículo de BBC Mundo.

Desde antes de que tomáramos el poder, nuestras luchas sufrieron los embates de los oportunistas, revisionistas y demás "istas" que incluyen a los anexionistas, los que al  nosotros lograrlo, el 1° de enero de 1959, pasaron a ser los arribistas metamorfoseados en burócratas que nos vimos forzados a seguir utilizando en puestos importantes. Unos, ellos mismos se apresuraron a meterle zancadillas al proceso, desde el Gobierno Provisional que unitariamente los revolucionarios les permitimos compartir y que, la claridad de nuestro líder, con el apoyo de nuestro proletariado, los hizo saltar al cubil de sus amos. Otros, tomando lección de ese ejemplo del pueblo como poder, continuaron su metamorfosis convirtiéndose en burócratas "moderados", para no decir solapados y, desde allá, han ido escalando posiciones, tomando como escalera las espaldas de los revolucionadores que fueron plagiando, difamando y pisoteando desde sus puestos de "funcionarios" que no saben de lo que dirigen, pero, que si dominan el "arte de ganar amigos" para, cayendo bien, ir granjeándose voluntades y posiciones… Verdades inobjetables y demostrables documental y testificalmente.

Estos son temas que en Cuba se vienen debatiendo en los círculos de estudios de las organizaciones políticas, de masas y sociales, y se imparten en las diferentes escuelas de instrucción revolucionaria, y adecuados, en todos los niveles de enseñanza desde que nuestro proletariado tomó el poder, con el triunfo de la lucha insurreccional iniciada en La Demajagua, en 1868, gracias a las constantes victorias, a pesar de errores y hasta repetidas traiciones. Lo malo es que basado en “interpretaciones” de manualitos, según los criterios de pequeñoburgueses revisionistas, impartidos indolentemente, y por ello, desanimando a los alumnos porque no concordaba con sus vivencias prácticas.

Por ello, la Cuba de hoy es la prueba de que Marx tuvo la razón al decir que “la revolución es ininterrumpida”, por lo cual, en cada etapa se alcanzó lo que permitió el límite histórico social específico. Dolorosas experiencias demostraron lo caro que han pagado muchos pueblos del mundo el no respetar y cumplir esta verdad objetiva.

“Que cada cual aporte según su capacidad, y reciba según la cantidad y calidad de su trabajo” fue orientado por Marx, en la “Crítica al Programa de Gotha”, para que se inscribiera en las banderas de las primeras etapas de la Formación Económico Social Comunista. (Y es lo que demuestra la injusticia del Capitalismo.) Y para que se fuera fiel a ello, salario nominal y salario real debían estar equiparados, para evitar una demagogia burocrática oportunista. Ese es el otro eslabón fundamental de la cadena de acontecimientos, el que resolviéndose, lo demás se resuelve por sus consecuencias productivas.

El Che caracterizó y destacó el modo operandi y vivendi de ese proceder, cuando señaló que “Contrarrevolucionario es todo aquel que lucha contra la Revolución, pero también es contrarrevolucionario el señor que valido de su influencia consigue una casa, que después viola el racionamiento, que después tiene lo que no tiene el pueblo y lo ostenta o no lo ostenta, pero lo tiene. Ese es un  contrarrevolucionario, a ese sí que hay que denunciarlo enseguida. Y el que utilice sus influencias buenas o malas para su provecho personal o de sus amistades es un contrarrevolucionario y hay que perseguirlo, pero con saña, perseguirlo y aniquilarlo”. Esos son los gusanos, como les denominó Martí en su artículo “Nuestra América”, cuando dijo: “Llénense los barcos de esos gusanos que le roen el hueso a la patria”.

Los que así actúan son malos ejemplos que destruyen, desde adentro, el trabajo educativo que se hace para que el factor subjetivo pase a ser el transformador de la sociedad, no los instintos animales y mezquinos que genera el consumismo y el “sálvese el que pueda” generado por el egoísmo.

Que se hable “mierda” de los que hacen las mierdas y sobre ellas, es valor político. En la Primera Reunión de Producción del Ministerio de Industrias, en agosto de 1961, el Che dijo así  aproximadamente, “Existen los problemas, y hay que corregirlos, los resultados son alentadores, por lo que no hay que tener miedo a cotejarlos con la realidad, y la única forma de eliminar los errores es ponerlos a la luz pública, para que se corrijan.” Eso concuerda con lo que señalaba LENIN en septiembre de 1918, en su artículo “Cómo deben ser nuestros periódicos”.

Cuando se criticó a Pablito por lo que dijo en La Florida esclarecí en uno de esos sitios de debate, y pego: “Dudo que Pablito no haya vertido sus opiniones en Cuba, como lo hemos hecho todos los que amamos a la Revolución cubana, buscando evitar que una obra a la que le hemos entregado nuestras vidas, y que ha costado tantas vidas, se pierda. Para un verdadero REVOLUCIONARIO negar  lo mal hecho es TRAICIÓN.”

En todas las sociedades se manifiesta esa acción solapada y quintacolumnista de la pequeña burguesía, por ello en crear ese espíritu traicionero pequeñoburgués, se fundamenta la labor ideológica de la alta burguesía y el imperialismo mundial.

¿Cómo pudo surgir la aberración de que se pueda vivir sin trabajar en una sociedad de trabajadores?  ¡Simple!, violando los más elementales principios de la ética comunista, por el tecnocratismo y la burocratización; por la desvinculación con las masas; por el uso con sentido pequeño burgués del ejercicio de la autocrítica y la crítica en el seno del sujeto de dirección de la sociedad socialista, que a diferencia del de la vieja sociedad burguesa, está formado por la interrelación del Partido, el Estado y las organizaciones de masas y sociales, ¡sin ningún divorcio entre ellos!

Sujeto de dirección que hace realidad lo planteado por Lenin, en su obra “Cartas desde Lejos”, el que “…los elementos pobres y explotados de la población (…) tomen directamente en sus manos los organismos del poder del estado y formen ellos mismos las instituciones de ese poder”, especificando que, “…un poder que se apoya directamente en la conquista del mismo por vía revolucionaria, en la iniciativa directa de las masas del pueblo desde abajo y no en la ley promulgada por el poder centralizado del estado”, como también publicó Lenin en “Acerca de la dualidad de poder”, en Pravda n.28,del 9 de abril de 1917.

Lo argumentado hasta aquí permite establecer un orden de prioridades para determinar lo que denominó Lenin  “el (o los) eslabón fundamental de la cadena de acontecimientos":

1°- GOBIERNO POR EL PUEBLO y no a nombre del pueblo, el gran aporte de la Comuna de París de 1871, según Marx, Engels y Lenin.

2°- DISTRIBUCIÓN CON ARREGLO AL TRABAJO, pero, ¡a rajatabla!, para que se cumpla el principio bíblico y marxista de que "el que  no trabaje que no coma". Que no quiere decir desamparar al desamparado, sino, cortarle las garras al LADRÓN.

Para que no siga la situación de que a un propuesto y electo por el pueblo la ley prevé su revocabilidad en cualquier momento, mientras que, para que a un gerente, director, funcionario o ministro ineficiente, o que demuestra irrespeto a que es el pueblo el dueño y que, hasta descuida los bienes a su custodio, cuesta Dios y ayuda para que sea sustituido.

Las esencias argumentales que se vienen esgrimiendo por todos los afectados tienen que ver, fundamentalmente, con los “derechos” sobre la distribución de los fondos comunitarios, las riquezas producidas social y socialistamente. Cuestiones que Marx esclareció, desde el inicio de su proyecto de la Formación Económica Social Comunista, en sus dos etapas iniciales, Período de Tránsito y Socialismo, cuando explica en su Crítica al Programa de Gotha, las múltiples causas que hacen que el proletariado salga de la vieja sociedad burguesa con muchas diferencias entre ellos, y señala que “…ante hombres desiguales, la distribución tiene que ser desigual, y para que sea justa debe tener un solo medidor, el trabajo”. Dejando esclarecido que “…el derecho no puede estar por encima del grado de desarrollo económico alcanzado por la sociedad y la cultura por este generado”.

Es una verdad objetiva que “el trabajo es la fuente de todo valor”. También lo es que el hombre es un animal  que se diferenció de los demás por trabajar comunitariamente en la satisfacción de sus necesidades materiales y espirituales, constituyendo la condición natural del hombre, su esencia como ser social.

Y verdad objetiva lo es, también, que el trabajo, manual e intelectual, es la práctica como criterio valorativo de la verdad. Lo que no niega que también por la lógica, más aun la lógica dialéctica, se puede arribar a la verdad objetiva, a esa que cuando la negamos o la violamos nos machaca despiadadamente. En esa situación nos encontramos los cubanos, los de adentro y los de afuera, la verdad objetiva nos está machacando.

Utilicemos las ciencias, unámonos en su uso, y se desmoronarán los obstáculos para unidos todos hagamos una Cuba como la pidió Martí, y pide el Artículo 1 de la Constitución: “Con todos y para el bien de todos”.

5 comentarios:

  1. Lo que pusiste ilustrando es de mi primo Roberto Fabelo.

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  2. Alexis Mario Cánovas Fabelo: Arnoldo: Te nació el mejor regalo por el DÍA DE LA CULTURA NACIONAL CUBANA: publicar debates que pueden encauzar los enfoques por el perfeccionamiento de la obra cultural más preciada, NUESTRA Revolución, la que si dejaran de
    agredirla los de afuera, y de meterle zancadillas los de adentro,
    estuviéramos con todos los sueños realizados, CON TODOS Y PARA EL BIEN DE TODOS, como la soñó Martí y pide el Artículo 1 de nuestra Constitución. Como nos pedía constantemente el Che: "SEAMOS PRÁCTICOS, SOÑEMOS LO
    IMPOSIBLE". ¡PATRIA VICTORIOSA EN VIDA! ¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
    Alexis.

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  3. Este tipo de debates son sumamente útiles porque no todo puede resolverse desde la producción de bienes materiales en el Socialismo. En el orden subjetivo y de la conciencia mucho hay que debatir para concertar diálogos productivos para este país que mucho ha servido de ejemplo a partir de su propio experimento. Si algo pudiera aportar es la inmensa gratitud que siento de todos los bienes materiales y espirituales que est Revolución me ha aportado a mis padres, a mí y a mis tres hijos. Todo fuera muy diferente si no fuera por ella. ¿Que todo pudiera ser mejor? Es cierto. ¿Quá hay cosas negativas a barrer? También. Pero la Revolución que sostiene a la mayoría de este pueblo es inmensamente más grandes que los errores de algunos hombres. A ella es a la que hay que preserva por encima de todo. Ojo con eso.

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  4. Me viene una palabra a la cabeza: Naturalismo burgués.

    Ya cansa tanta queja y debate: actuad!!!

    Que los tienen jodidos los "mismos de siempre"? hagan algo!

    No veo peor enemigo de la Revolución (o al menos, sus ideales) que los que hoy día la dirigen, los calladamente la toleran, y los que desde el exilio damos de comer a tanta conformidad y falta de valentía.

    Exiliado del Montón

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  5. Jose Rovira: Desde la optica conceptual, de la logica empresarial, que, con seguridad, aplicada a la politica, en un entorno social, tiene implicaciones directas..mi opinion es tan simple como la de un simple bodeguero..la logica te dice que el siclo, ha sido muy largo, las consecuencias muy graves, la idea Era buena, "Los administradores" en el mejor de Los casos no estaban y siguen sin estar capacitados..
    Hay que cambiar la administracion.

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