Hoy se mata a un perro, mañana a un hombre. |
Por Eduard Encina
Ahorcar un perro es sencillo, lo vi esta mañana cuando salía para el trabajo. Se llamaba Pancho y todos gozaban al verlo patalear mientras un niño tiraba de la cuerda, “este no come más huevos” comentaba el dueño con rabia, como si fuera él quién lo estuviera ejecutando públicamente, pero había encomendado esa función a su hijo menor, de solo ocho años.
Le pregunté por qué hacía al niño partícipe de un acto tan violento, y antes de que me contestara, muchos de los que estaban allí, (entre ellos otros niños) comenzaron a reír y a notar con desagrado mi intromisión en el asunto. Es un acto de justicia, broder, -me dijo- ojo por ojo… y el resto tú te lo sabes. Los vecinos lo apoyaron porque hacía tiempo lo estaban velando, había barrido cuanto nido encontró en su camino, solo tenían que confirmar que el viejo Pancho, la mascota de los hijos de mi vecino hacía ya cinco años, era quien se comía los huevos.
“Matar un perro es como matar una gallina”, aseguró una jovencita que masticaba con frialdad una fritura de maíz tierno, y lo dijo alto para que la oyera, pero decidí no contestarle, se me hacía tarde para llegar al trabajo y al parecer el día “pintaba feo”: un perro ahorcado, un niño verdugo, un padre insensato, una jovencita psicópata y el barrio entero mirándome la onda de escritor que vive en la nubes, extrañándose de todo, viendo fantasmas donde no los hay.
Iba pensando en Handel y Malcolm, mis hijos, y toda esa violencia que encontrarán con solo abrir la puerta de la casa. Mi esposa Mailer es muy cuidadosa de hablar bajo, incluso de requerirlos en un tono adecuado. Generalmente veo todos los materiales audiovisuales que ellos consumen, les “traduzco” las situaciones que pudieran quedar ambiguas o dudosas y los adiestro en la discusión y el pensamiento, pues soy responsable de trasmitirle no solo una visión del mundo, sino una sensibilidad.
Muchas veces, durante mi labor pedagógica en el nivel medio y la universidad, he escuchado a algunos padres decir: “no sé por qué mi hijo es así” o “ese no fue el ejemplo que le dimos”. Hoy se mata a un perro, mañana a un hombre.
Llegué al trabajo pensando en escribir estas líneas. Cuando tuve tiempo lo hice y fui a mostrárselo a mi Jefe, quien además es amigo y colega, con él comparto el oficio literario. Lo leyó sonriente, como si encontrara algo cómico en lo que leía. “Yo también he matado algunos”, dijo.
Ahorcar un perro es sencillo, lo vi esta mañana cuando salía para el trabajo. Se llamaba Pancho y todos gozaban al verlo patalear mientras un niño tiraba de la cuerda, “este no come más huevos” comentaba el dueño con rabia, como si fuera él quién lo estuviera ejecutando públicamente, pero había encomendado esa función a su hijo menor, de solo ocho años.
Le pregunté por qué hacía al niño partícipe de un acto tan violento, y antes de que me contestara, muchos de los que estaban allí, (entre ellos otros niños) comenzaron a reír y a notar con desagrado mi intromisión en el asunto. Es un acto de justicia, broder, -me dijo- ojo por ojo… y el resto tú te lo sabes. Los vecinos lo apoyaron porque hacía tiempo lo estaban velando, había barrido cuanto nido encontró en su camino, solo tenían que confirmar que el viejo Pancho, la mascota de los hijos de mi vecino hacía ya cinco años, era quien se comía los huevos.
“Matar un perro es como matar una gallina”, aseguró una jovencita que masticaba con frialdad una fritura de maíz tierno, y lo dijo alto para que la oyera, pero decidí no contestarle, se me hacía tarde para llegar al trabajo y al parecer el día “pintaba feo”: un perro ahorcado, un niño verdugo, un padre insensato, una jovencita psicópata y el barrio entero mirándome la onda de escritor que vive en la nubes, extrañándose de todo, viendo fantasmas donde no los hay.
Iba pensando en Handel y Malcolm, mis hijos, y toda esa violencia que encontrarán con solo abrir la puerta de la casa. Mi esposa Mailer es muy cuidadosa de hablar bajo, incluso de requerirlos en un tono adecuado. Generalmente veo todos los materiales audiovisuales que ellos consumen, les “traduzco” las situaciones que pudieran quedar ambiguas o dudosas y los adiestro en la discusión y el pensamiento, pues soy responsable de trasmitirle no solo una visión del mundo, sino una sensibilidad.
Muchas veces, durante mi labor pedagógica en el nivel medio y la universidad, he escuchado a algunos padres decir: “no sé por qué mi hijo es así” o “ese no fue el ejemplo que le dimos”. Hoy se mata a un perro, mañana a un hombre.
Llegué al trabajo pensando en escribir estas líneas. Cuando tuve tiempo lo hice y fui a mostrárselo a mi Jefe, quien además es amigo y colega, con él comparto el oficio literario. Lo leyó sonriente, como si encontrara algo cómico en lo que leía. “Yo también he matado algunos”, dijo.
Fuente: CIMARRONZUELO ORIENTAL
Isabel Suarez: arnoldo me pongo en tu lugar tienes mucha rason en esta critica pues el perro llevava unos cuantos anos comiendo huevos todo el barrio lo savia pero nadie hiso nada hasta que se decidio el estupido padre de mandar a su hijo a este hecho en ves de proceder el si tenia tanta ravia como el muerto y no marcarle la conciencia a ese nino y abrirle el camino del salvajismo porque este nino solo no lo hacia pero al recivir una voz de mando y sabe dios en que forma lo mando porque en esa edad existe miedo pero este nino procede a este hecho por temor al padre y apuesto desde aqui a simple vista que en esa familia hay problemas spcologicos y no tienen cultura y lo resuelven ajitando a el menor pero es como tu dices cuando llegue la edad de la adolescencia entonces sufre todo lo que aprendio gracias a la ensenanza de su padre pero bueno por eso es que en nuestro pais se observan muchas actos de este tipo por el descuido de la educacion formal de nuestros hijos desde la cuna.Ahora digo yo esta alguien autorizado ante la ley de dios a estos hechos no verdad los perro tienen su santo aunque no lo crean todos son hijos de SANLAZARO BENDITO. por eso yo pido de tan lejos por ese inocente menor de edad DIOS MIO PERDONALO NO SABE LO QUE HISO NI LO QUE DICE . Y ASI VAN A LOS BENVECES BAILAN Y TOCAN ,PIDEN Y SE DESPOJAN OK PERO LUEGO HACEN TODO LO CONTRARIO .
ResponderEliminarIsabel Suarez: EL PERRO ES EL UNICO AMIGO FIEL DEL HOMBRE ES EL UNICO QUE SI LE DAS COMIDA NO TE TRAICIONA OKK
ResponderEliminarEnrique Chinea: creo , que eso es crueldad pues si le hicieramos lo mismo a los seres humanos que roban o matan , o hacen algo que no nos gusta seriamos asesinos y porque se lo hacemos a estos animales que nos dan mas alegria que disgustos, pero al ver un niño en estaejecuciones terribles que les enseñamos a estos niños, solo violencia y crueldad y no respeto , tolerancia hacia los demas , que lastima que esto no solo ocurre en CUBA, tambien ocurre en el resto del mundo, aqui en estados unidos es castigado con penas de carcel por crueldad de animales y son felonias es decir delitos graves, esto debiera ser asi para el resto del mundo
ResponderEliminarMarcel Allard: GANDHI dijó "Se reconoce la grandeza de un pueblo por su manera de tratar los animales".
ResponderEliminarEddy Gil: El matar animals es un simbolo de personas crueles y antisociales, es el nuevo cubano!!
ResponderEliminarLolita Savig: Qué horror!
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