martes, 1 de abril de 2014

Tire Jefe, aquí hay un hombre

El Jefe dijo: - "A este hay que fusilarlo". Guillermo no comía miedo, se rasgó con un movimiento brusco la camisa: - " Tire, aquí hay un hombre".

Por Oscar González Concepción (Profesor universitario)
“La historia de la humanidad no es otra cosa
que la biografía de los grandes hombres”.

Thomas Carlyle
Una ráfaga de ametralladora calibre 30 rompió el silencio de la medianoche del 31 de diciembre de 1958.  La orden del Jefe: no malgastar municiones para asegurar el  avance a Santiago de Cuba. El 1er teniente Guillermo Martínez, alborozado por el advenimiento del año nuevo y por la reciente toma del BANFAIC, había sido el protagonista de la indisciplina. Sergio Pérez(1), hijo de Crescencio, fue el encargado de hacer el reporte. 
 
La réplica del Jefe no se hizo esperar y con los primeros rayos del sol, del 1 de enero de 1959, el joven oficial fue apresado y llevado hasta las instalaciones del ingenio América
(2) para enfrentar su destino. El barrio completo de "El Congrí", rebautizado como “La Esperanza” luego del triunfo revolucionario, subió con él. Lo pararon cerca del tanque de ácidos, frente a la pared de entrada a la industria. Una pareja de mau-mau(3) lo custodiaba. A uno de los presentes Guillermo le ordenó - "Ve a la casa y que me manden desayuno". La orden fue cumplida de inmediato. La espera continuó. Él parado cerca del tanque de ácidos. Los vecinos, alrededor suyo. 
 
El Jefe dijo: - "A este hay que fusilarlo". Guillermo no comía miedo, se rasgó con un movimiento brusco la camisa: - " Tire, aquí hay un hombre". El Jefe ni lo miró, siguió "con su paso de siete leguas", tenía otras prioridades.

 
Marta(4), más que suplicar exigió, estaba recién parida y el preso del tanque de ácidos no era solo el padre de su hijo Lázaro, nacido el 17 de diciembre, era su hombre: -“Su macho, ¿Cómo es que van a matar a alguien que ha hecho tanto por la Revolución? ¡Vas a matar a un hombre, coño!". El Jefe no se inmutó y a Marta la sacaron "diplomáticamente" de la comandancia, en casa de Ramoncito Fong(5). 

 
Ella volvió cerca del tanque de ácidos. No entendía tamaña desconsideración, personalmente había transportado armas, municiones, ropa, comida y medicinas hacia la loma. En cierta ocasión, los guardias, advirtiendo el esfuerzo que realizaba con una caja muy pesada, la chotearon. - “Llevas medicinas pa’ los mau-mau”. -“Sí, comida y armas”. Lo que no provocaba risas era que realmente en la caja cargaba comida y municiones con destino al III Frente. Recordó la cantidad de veces que les había “matado el hambre” cuando estaban acampados al otro lado del río, con aquellos “sanborotos o sopinguetes”(6) que les llevaba, cruzando el cauce en la barquita vieja y en compañía de otras vecinas de “El Congrí”.

 
Llega Juan Almeida y se pone a analizar las circunstancias con el Jefe. El dictador se fue; Cantillo incumplió lo acordado en las ruinas del ingenio Oriente, hay que organizar nuevas estrategias, el tiempo es oro. Se entera de la situación de Guillermo, el hombre que había salvado la situación de las tropas en la Sierra Maestra, cuando había crisis con la sal, desvió un camión lleno pa' las lomas cuando escaseo el producto. -"Ese es de mi gente, un hombre muy valioso". El Jefe tenía cosas más urgentes que atender. -"Deja eso así", dijo y se fue. El Jefe debía preparar su discurso; Palma Soriano y luego Santiago de Cuba esperaban. 


Guillermo tenía cosas importantes que hacer, había que prepararle el camino hacia La Habana al Jefe y rumbo a ese destino partió en un patrullero ocupado a la tiranía. Allá esperó al Jefe, -en el Cotorro-, con muchos otros de su tropa y estuvo un tiempo, cumpliendo, como siempre, tareas del alto mando, hasta que resolvió volver a lo suyo: estibar sacos en el ingenio América.
 
Acerca de la insubordinación de Guillermo, el 31 de diciembre de 1958, se tejieron muchas versiones. La primera señala que se realizó un precipitado juicio sumario en el que se condenó a muerte al joven. La segunda precisa que los hechos llegaron hasta la organización del tribunal que lo ajusticiaría. Y una última versión –enarbolada por algunos extremistas-, afirman que el propio Jefe apuntaba al prisionero en el momento de la noticia de la fuga de Batista. También abundan los que cuentan que todo fue mentira, la cosa no pasó de un fuerte “regaño privado” a Guillermo por “comer tanta mierda”. Lo cierto es que alrededor del acontecimiento, se construyó toda una épica que ha corrido de boca en boca, entre generaciones de contramaestrenses, y cada cual se toma la libertad de agregar o quitar elementos.

Notas
1.    Combatiente del Ejército rebelde, falleció en La Habana en el 2006.
2.    Aunque el término ingenio identifica al tipo fábrica de azúcar existente en Cuba en el 1er período de desarrollo de la plantación, los pobladores de los bateyes lo siguen utilizando al referirse a los centrales azucareros modernos.
3.    Mau-mau, término despectivo utilizado por las fuerzas de la tiranía pera referirse a los combatientes del Ejército Rebelde, aunque fue asumido por la población con una acepción diferente.
4.    Marta Cué Valle, segunda esposa de Guillermo Martínez y madre de sus tres hijos más pequeños.
5.    Ramón Fong, integrante del Movimiento 26 de julio.
6.    Caldo denso compuesto por frijoles gandules, carnes y viandas de diferentes tipos y duenpling (bollo de harina de trigo y sal).


1 comentario:

  1. Eddy Gil bravuconadas a esta hora que el desgobierno cubano esta dando el trasero a los capitalistas ja ja

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