Llegar a los 10 años
se dice muy fácil, escribir una felicitación por ello tampoco es tarea difícil,
pero si analizamos lo que significa "navegar" durante todo este
tiempo utilizando la tecnología para llegar a tanta gente, ya esas son palabras
mayores.
No es cosa sencilla
informar tan bien acerca de un tema de interés, ni incitar al debate, ni simplemente brindar
conocimiento por que lo consideras valioso, no es sencillo tratar de opacar
aquello que puede tornar mas grises nuestras vidas, eso de hacer feliz a la
gente a través de un blog es tarea digna y difícil.
Así que no me queda más
que felicitar al capitán de este navío, aunque no tenga el privilegio de ser de
las primeras lectoras del Caracol, si puedo asegurar que me cautivó el día que
lo conocí, me atrajo y dicha atracción permanece hasta hoy, porque siempre que
lo visito me enseña, me acerca a mi gente, me recuerda mi origen, me educa y además
distrae.
Como casi todo en la
vida, a veces la tristeza aflora, cuando los que debatimos no comprendemos bien
la esencia del intercambio, y llegamos a herir o a irrespetar. Esto sucede
cuando no siempre contamos con la madurez necesaria para entender una opinión
diferente, e incluso contradiciéndola, llegar a respetarla.
También es
inevitable la publicación de ciertas noticias tristes, que forman parte de la vida y gracias al blog nos enteramos
de ellas.
Lo mágico en mi opinión
está en el intercambio que defiende el capitán del navío, quien a pesar de los
sinsabores mantiene ansias de continuar viaje, de dejar embarcar a quien lo
desee, y por eso ya somos muchos los viajeros.
Con imágenes del Caracol
de agua a veces llegamos a trasladarnos al sitio donde fueron tomadas, muchos
estando tan lejos, con tan solo un clic, disfrutamos de la sombra de un árbol
de mangos, saboreamos unos mamoncillos, nos refrescamos en un río, volvemos a
ver a un antiguo profesor, y hasta llegamos a caminar las calles de nuestro querido
pueblo natal, eso es simplemente magia.
Tendrá que escribir muchísimo
más en nombre de todos, pero prefiero decir, gracias Arnoldo, y por favor mantén
tus sentimientos de tierra propia, amistad y cubanía. Los que te leemos lo
seguimos necesitando.
Muchos años más de
vida al Caracol!!!!
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