martes, 6 de diciembre de 2022

AQUEL FLAMBOYÁN (Crónica)


Por Arnoldo Fernández Verdecia

Era uno de los sitios preferidos de abuelos y algún que otro limpiabotas en Contramaestre, mi pueblo. 

Estuvo ahí por muchas décadas, probablemente desde que se hizo la Avenida Jesús Rabí. 

Era uno de los árboles amados del viejo Contantino Collada, pues desde el corredor de su casa, hoy Funeraria Municipal, podía verlo en toda su belleza, sobre todo cuando estaba florecido. 

Mi padre amó ese árbol, a la sombra del mismo compartía tragos de ron los domingos con sus mejores amigos. 

El flamboyán era un encanto, pero un día alguien me dijo, y me reservo su nombre, que habían decidido secarlo, no di crédito a sus palabras, pero el tiempo confirmó lo dicho, el bellísimo árbol perdió su vestido y hoy es un recuerdo que pertenece a generaciones como la mía, que  disfrutamos tantas veces de sus flores y su sombra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

MUY IMPORTANTE: No se publicarán comentarios anónimos en este blog, es necesario consignar siempre la identidad de la persona. No se admiten ofensas, insultos, propagandas de ningún tipo. Cada persona tiene la libertad de expresar lo que piensa, pero con respeto al otro diferente. d



Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Aviso a los lectores de Caracol de agua

Este blog admite juicios diferentes, discrepancias, pero no insultos y ofensas personales, ni comentarios anónimos. Revise su comentario antes de ponerlo, comparta su identidad y debatiremos eternamente sobre lo que usted desee. Los comentarios son propiedad de quien los envió. No somos responsables éticos por su contenido.