martes, 13 de agosto de 2024

DE LA UPEC Y SUS DEMONIOS


Por Arnoldo Fernández Verdecia. 
 
Hubo una Unión de Periodistas de Cuba (Upec), en la que alguna vez creí, una a la que me sentí orgulloso de pertenecer, una que me hizo creer en sus eventos, cursos, premios,  medallas... 
Pero hubo otra Upec que nunca escuchó mis reclamos, que actuó en las sombras y se puso del lado de personas sin escrúpulo alguno,  de personas que difamaron de mí por los cuatro puntos cardinales sin tener prueba alguna. 
Nunca, nunca me citaron a ningún encuentro para compartir argumentos, valoraciones, escuchar mi posición que era lo menos que podían hacer. 
Escribí a mucha gente de esa Upec pidiendo las razones por las que, de la noche a la mañana, no existí más para ella, pero nadie respondió. 
Personas muy queridas de esa Upec me dijeron extraoficialmente que había sido expulsado de la misma por contrarrevolucionario, por ejercer el periodismo independiente.
¡Qué injusticia más grande! En todos estos años nunca hice nada contra el sistema, ni formé parte de grupos o sectas interesadas en subvertir el orden. ¡La vida que he vivido es mi mejor evidencia!
A la primera de las Upec la quise, porque me permitió crecer, superarme, amar el periodismo; a la otra Upec no la odio, pero no olvidaré que nunca fue capaz de ser transparente conmigo y hablarme de frente,  con respeto, como uno de sus miembros. 
No olvido a Martí cuando escribió: 
"... el decoro encalla donde la intriga sale ilesa." 

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