lunes, 1 de noviembre de 2010

Escritor Orlando Concepción sufre una isquemia

El Conce inició el camino, no sé si al Paraíso o al Infierno, pero nos queda el honor de contarnos entre sus amigos; de escuchar su encuentro con José Lezama Lima en 1966.
Por Arnoldo Fernández Verdecia.

En víspera de la muerte, un hombre presenta momentos de lucidez y desliza en una entrevista a un amigo sus valoraciones más íntimas sobre sucesos vinculados con su vida literaria y pública.

Ahora la naturaleza lo priva de la razón y espera a la Parca junto al río que narró de forma sublime en La fuerza del hombre, uno de sus libros más conmovedores.

A través del teléfono me mantuve al tanto de la evolución de su enfermedad. No quería verlo postrado ni delirando.

Hoy un amigo me dijo, ya no hay nada que hacer, Orlando Concepción se nos va y debemos estar preparados para perderlo. Anoche sufrió una isquemia y agoniza. El cáncer linfático acelera su camino.

Orlando Concepción huye, y ya casi lloramos los que aprendimos a quererlo con sus manías y caprichos, tal como él era, un humano irreverente que montó Rocinante la vida entera y nunca estuvo dispuesto a dejarse llevar por la Parca.

El Conce inició el camino, no sé si al Paraíso o al Infierno, pero nos queda el honor de contarnos entre sus amigos; de escuchar su encuentro con José Lezama Lima en 1966; o los consejos que le diera Mario Benedetti en un evento literario celebrado en Cuba; de saberlo un eterno inconforme que jamás sucumbió a las tentaciones de Próspero y se mantuvo como Sísifo, siempre anhelando lo imposible.

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