lunes, 4 de abril de 2011

Ataduras de la mujer cubana en las últimas décadas

No me gusta dirigir los textos a ningún público. Caminará sola o no avanzará. Hay que esperar. Hay libros de públicos insospechados. Aunque la dedique a las mujeres, los hombres pueden ser mejores lectores. Quién sabe.

La edad de las ataduras es un espacio ficcional donde coexisten algunas de las más visibles desgarraduras de la mujer cubana en las últimas décadas. El drama doméstico, el burdo bregar de lo cotidiano y sus fantasmas enajenantes, las contradicciones del entorno social y los desafortunados roces con la Historia, son las instancias que gravitan sobre los personajes, confinándolos a esa ambigua dimensión en la que, semejantes al dios Jano, presumen de sus dos rostros: uno que atisba inquieto los rincones de la soledad, la frustración y la locura, y otro que irradia la luz de los más legítimos actos de libertad individual.

En conversación con Tania Chappi para Bohemia

La edad de las ataduras obtuvo la beca de creación Fronesis 2008 de novela. El personaje principal es una mujer solitaria que añora el regreso de su hijo muerto en la guerra. Cada día le prepara la comida, el agua caliente en el baño, etc. Mantiene intacto el cuarto. No se acostumbra a la idea de las medallas, ni a la escuela y la calle que llevan su nombre. Es la visión de una madre a quien no le interesa la heroicidad del hijo. Conserva la imagen viva mediante el recuerdo del pasado. La mujer se refugia en el trabajo y las radionovelas, y aún así se siente perseguida. Los sueños se hacen realidad día tras día y la confunden, lo confunden todo.

Otras líneas temáticas cuentan historias similares: el rechazo del padre a la madre por parir unas hembras; las prioridades del esposo de la hermana y la relación con los hijos; la infidelidad de la compañera de trabajo, entre otros. Mujeres afectadas por las costumbres de sus antecesoras. Mujeres que soportan la presión de los hombres, mujeres que le exigen al hombre el maltrato por encima del cariño.

Dividida en cuatro partes, la novela avanza aprovechando las ventajas del diálogo y el tiempo y el espacio. Se alterna un narrador omnisciente con un narrador personaje. A ratos realista, a ratos fantástica por las visiones del personaje principal.

No me gusta dirigir los textos a ningún público. Caminará sola o no avanzará. Hay que esperar. Hay libros de públicos insospechados. Aunque la dedique a las mujeres, los hombres pueden ser mejores lectores. Quién sabe.

La novela es un género que me gusta más. Mi primer libro, Quién cuidará los perros, 2007, ya me daba una clarinada de desarrollar un poco más los personajes y relacionarlos entre sí, imbricar una historia con otra, vivirla. El libro lo integra un grupo de cuentos que tienen que ver entre sí. Después comencé a escribir esta novela. Y luego escribí y publiqué Los cuernos de la luna, por Ediciones Bayamo 2006. Ojalá pudiera reeditarla en algún momento, aquellos 300 ejemplares los dejé entre familiares y amigos. La novela es un género, para mí, más abarcador y placentero.

En estos momentos trabajo en La quietud, proyecto que comencé a escribir en diciembre de 2005 y todavía reviso pacientemente, es mi novela más larga hasta el momento. Parece que los finales de diciembre, en la casa de El Granizo, me producen un estado novelesco. Esta es la novela más difícil, las anteriores han salido de un plumazo, aunque haya tenido que trabajar noches enteras. Pero en esta llevo, sin exagerar, cinco años revisándola, no puedo decir cuántas veces la he reescrito, parece que la voy encontrando, diferenciando registros de personajes. Y hay que seguir trabajando. No sé todavía cuál será la fecha, aunque está escrita de inicio a fin.

La edad de las ataduras, avizoraba que debía escribir poesía. Antes afirmaba que no necesitaba la poesía, pero algunos fragmentos de esta novela, y luego Los cuernos de la luna, lo corroboran. Después publiqué el poemario Claustrofobias, Editorial Letras Cubanas, Premio Pinos Nuevos, 2009. Ahora escribo poesía y andan cosas por ahí, otras vienen.

Datos del autor
Yunier Riquenes García (Jiguaní, 1982). Tiene publicado los libros de cuento La llama en la boca, Ediciones Bayamo, 2004; Quién cuidará los perros, Ediciones Santiago, 2007; Lo que me ha dado la noche, Editorial Oriente, 2007; la novela Los cuernos de la luna, Ediciones Bayamo, 2006, el libro de poesía Claustrofobias, Letras Cubanas, 2009, la compilación de entrevistas Las respuestas de Soler Puig, Ediciones Santiago, 2010 y la selección de cuentos del grupo de narrativa Hacedor, Dibujar el mundo, Ediciones Bayamo, 2010. Trabajos suyos han sido publicados en varias revistas cubanas y extranjeras. La edad de las ataduras, Ediciones Matanzas, 107 pp. Diseño: Johan E. Trujillo. Edición: Boris Badía.

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