viernes, 20 de septiembre de 2013

Cuba Marginal y Cuba marginada (III). Mejor el resbalón que la patria encima*

La gente se aburre de las caricaturas, lo que antes tenía un sentido ético se va convirtiendo en vacío.
Por Eduard Encina. (Escritor)

Hace tiempo estaba por escribirlo y no me decidía, pero ayer mi hijo Eduard Handel me preguntó por los héroes que representan las estatuas que están en el parque de Baire. Le hablé de cuando mis compañeros y yo salíamos vestidos de mambisitos cada 24 de febrero**, porque nos sentíamos orgullosos de esos hombres de piedra que un día lo dieron todo por Cuba.

¿Y por qué ya no te vistes así papá?, inquirió mi pequeño y quedé sin palabras, no sabía si decirle que por cobarde, por ser mal hijo de mi tierra y de mi gente, o simplemente contestarle que eso es cosa del pasado y los tiempos van cambiando. En el fondo, sabía que estaba acorralado por la historia.

En el intento de pensarnos como país, sin querer o queriendo, se ha llegado al punto de la desmemoria. ¿Pero quién o quienes han sido los responsables? Todo un sistema institucional empeñado en “intervenir” o “rescatar las tradiciones”, ha desnaturalizado esos procesos, arrebatándole a la gente el protagonismo, convirtiendo en “oficial” un acto espontáneo, contaminándolo con una verborrea que todo lo trivializa.

La gente se aburre de las caricaturas, lo que antes tenía un sentido ético se va convirtiendo en vacío, de esa manera pierden su sentido raigal. Nadie puede negar que esas mismas instituciones, contradictoriamente, le habían devuelto a la gente la posibilidad de revisar su pasado y dotarlo de significados consistentes, pero la homogenización de los procesos culturales y la incapacidad de entender y atender con lucidez las implicaciones del cubano en la dinámica de la cultura convoca a revalorizar a tiempo, los nuevos tiempos.

 
Ahora mismo no sé en cuántos parques de Cuba un padre y su hijo se han visto ante tal situación ¿Cómo explicar la desmemoria? Se hace imposible entender cómo en Baire, por ejemplo, las calles perdieron los nombres originarios de patriotas, cómo Saturnino Lora, Florencio Salcedo, Bellito Blanco, General Rabí, fueron sustituidos por los eufemísticos Avenida 1…, Calle 1…hasta el infinito, y parece que ya no vivimos en Baire, sino en la conchinchina.
 
No menos ha sucedido con la Diana Mambisa***, aquella clarinada que se tocaba al amanecer con banda de música para conmemorar el reinicio de las Guerras de Independencia. Bien recuerdo a mis padres levantándonos oscuro para irnos a esperar La Diana; allí estaba todo el pueblo y luego nos íbamos en solemne peregrinación al Cementerio hasta la tumba de los Generales. “Ahora la Diana es una conga – me dijo Noterio, un señor de 94 años- la tuvieron que poner de día; la convirtieron en un desfile de borrachos y gente violenta”.

Lo que es peor aún, el Centro de Veteranos fue convertido en Casa de los Combatientes y se utiliza para cumpleaños y otras celebraciones, además de ser esporádicamente un punto de venta de vinos, ron y confituras, que nada tienen que ver con sus prístinos orígenes.

No sería descubrimiento alguno constatar que en la producción artística cubana más reciente hay cierta inquietud por explorar esas zonas que abordan la construcción del héroe, la historia, y por su puesto, la desmemoria. José Martí: el ojo del canario, de Fernando Pérez, es un filme que en mi opinión va mucho más allá de la re-creación de la niñez y la adolescencia del Apóstol, sino a la conquista del hombre, despojándolo de todo “lo sagrado”, imponiendo un diálogo contemporáneo e inquietante con las nuevas generaciones, que llega a la cúspide en la última escena, cuando la mirada de Martí se detiene, se fija en la eternidad de la pantalla ¿interrogándonos? ¿Convocándonos? De cualquier forma en un gesto de lúcido y comprometido con la realidad que nos toca.
La literatura también le echa una ojeada al asunto, y enseguida pulsamos autores que en nuestra tradición han mostrado claras preocupaciones, desde aquel memorable poema “El trapo heroico”, de José Manuel Poveda hasta uno de los más recientes epigramas “Carta a Manuel el del mercado” de Carlos Esquivel. En su libro Bala de cañón (poesía, Ediciones Caserón) el bardo tunero indaga con fervor en la historia, la relee para revelarnos un sujeto lírico nada ortodoxo con las “narrativas tradicionales” y busca insertarse en un nuevo diálogo con el pasado desde su experiencia más inmediata. Karel Bofil, joven matancero con una voz poética muy atendible, en su libro Matrioskas (Editorial Letras Cubanas), nos presenta un cambio de actitud ante la historia más reciente, transmitiendo cierta desazón y desencanto:“Miro nuevamente animados soviéticos/ y escucho voces que no puedo comprender/ voces que me recuerdan la extraña tristeza/ en que crecimos/ comiendo como soviéticos/ mirando animados soviéticos como niños soviéticos/ vistiendo como niños soviéticos/ mirando animados soviéticos como niños soviéticos/ pensando que el mundo estaba en una revista Misha/ sin saber que Koniek era el fin/ que se acaba.”

Tales referencias nos ponen, evidentemente, ante la disyuntiva generacional de escrituras que agotadas de lo que fueron ciertos paradigmas oficiales, han decidido participar desde otra perspectiva de la historia y no dejarla escapar sin ruidos ni matices. Pero no solo poetas se han lanzado por estos derroteros, encontramos también en la prosa variadas gradaciones sobre el tema.

En el cuento Los agujeros Negros de Carlos Esquivel nos encontramos ante un argumento donde se intenta contraponer la memoria construida desde una epicidad y una moral inmaculada, a la deconstrución del héroe a partir de la memoria filial. La hija que regresa a sus orígenes y encuentra una historia de la que no se siente parte y evidentemente nos muestra desde dónde y cómo se ha articulado la misma.

Desde un ángulo más festivo Ernesto Pérez Castillo con su cuento Introducción, nudo y desenlace…logra apresar y al mismo tiempo ironizar la construcción de algunos eventos públicos montados desde la doble moral, la manipulación de los valores y principios comunitarios, en pos de erigir tipos modélicos de ciudadanos. Un ladrón trasmutado en héroe, y agasajado por las autoridades, que utilizan pioneros con pañoletas, consignas, y acompañados de funcionarios muy bien caracterizados a través de sus atuendos y enlatados discursos.

Al parecer entre literatura y realidad existe una zona de resistencia donde el componente histórico se consolida. Pero no son únicamente los escritores y artistas los que deberán cargar esa responsabilidad. Es hora de que los padres tengan respuestas para sus hijos. La identidad no debe carnavalizarse, en eso deciden organizaciones e instituciones que deben romper la modorra y participar, es mejor el riesgo que la apatía, el resbalón, que permanecer abajo, mirando cómo la patria nos cae encima.


* Publicada originalmente en Cimarronzuelo oriental.
 

 **24 de febrero: Reinicio de la guerra de independencia, conocido por El Grito de Baire, por haber sucedido allí el alzamiento en armas más importante en apoyo del llamado de Martí.

***Diana Mambisa: El pueblo de Baire se concentraba en la Plaza, actual parque de Baire a las 5.00 AM, para salir de recorrido por todo el pueblo, acompañado de una pequeña banda de música, dando una clarinada que terminaba en el cementerio, para rendirle honor los héroes de la independencia que allí descansan.

3 comentarios:

  1. Ya esta bueno de pelea de gallo es hora de peleade hombres.......asi dijo el general
    Bueno ya que en cuba todo lo hace el gobierno hechele la culpa al gobierno ...nada tenemos que ver los que vivimos en el exilio ..aqui las calles se llaman jose marti
    Maximo gomez
    Celia cruz y hay muchos parque con esos nombres hasta en el central park hay una estatus de jose marti

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  2. Isabel Suarez: arnoldo mis saludos pero en verdad se ha perdido todo eso pues yo era una nina y tengo una Hermana en baire y el dia antes yo me iva a su casa a esperar las 5 de la manana porque la Diana pasaba frente a su casa y ahi se reunia el vecindario para unirons a ella todo una maravilla de respeto y participacion en este acto pero es verdad se ha peerdido esto no se quien tendra que ver pero es bueno que se recupere esto era muy emocionante y todavia nos quedan las familias de aquellos mambises ahi vijentes por si se trata de olvido por lo menos respetemolos a ellos que si saben y esta en sus corazones el poque sus familiars perdieron la vida

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  3. Todo ése proceso por llamarle así de hacer olvidar al pueblo su historia, costumbre y tradiciones comenzó con la toma del poder de Fidel Castro en el 1959. Vale recordar que no solo se les cambió el nombre a calles y avenidas, muchos pueblos desaparecieron por ésta acción, con ellos se fue olvidando la historia y sólo se comenzó a celebrar aquellas que fueron imponiendo al pueblo

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