jueves, 13 de marzo de 2014

Sobre los palestinos de Cuba

Los orientales protegen la memoria colectiva, en otras palabras, se sienten unidos a un legado de luchas y sacrificios para hacer la nación.
Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeagua@cultstgo.cult.cu

La película cubana Conducta ha marcado el séptimo arte y de una manera inteligente ha colocado sobre la mesa un tema necesario para los nacidos en el oriente de esta isla: la palestinidad.  Algunas reirán por esta construcción lingüística propia del Medio Oriente, otros dirán que es un soberano disparate, pero no me interesan las cosificaciones filológicas, sino lo que la gente dice sobre el hecho de sentirse oriental en Cuba.

Si apreciamos los referentes históricos, esta isla primero estuvo organizada en dos gobernaciones: Oriente y Occidente, lo que implicó un tipo de cultura para cada uno, pero también una organización político administrativa que daba forma a lo que sucedía al interior de ellas.

La Iglesia Católica estuvo muy ligada al Estado secular español, por eso las parroquias florecieron en esta isla siguiendo la anterior división. Así nacieron, me arriesgo a decir, formas de religiosidad enraizadas en cada una de las gobernaciones. Católicos orientales y occidentales marcaron nuestra espiritualidad y eso nadie puede negarlo en nuestro días.

Incluso las luchas emancipadoras en Cuba organizaron jurídicamente la república en armas, siguiendo similar patrón, aunque incluyeron al centro, por eso es normal ver reunidos en Guáimaro a las tres partes geográficas, cada una con sus intereses específicos y uno idéntico: la independencia. El Ejército Libertador tenía una nomenclatura que funcionaba siguiendo la misma lógica; las principales epopeyas que libró se identificaron como de Oriente, Occidente y Centro; la más grande de todas: la invasión de Oriente a Occidente.

Otro aspecto importante es que el Gobierno Español dividió la isla en seis provincias administrativas con objeto de adaptar la división territorial de la Isla a la existente en la Península y para facilitar la elección de Diputados a las Cortes. Así, desde 1878 hasta 1976, estuvo dividida en 6 provincias (del oeste al este):

•    Pinar del Río
•    La Habana
•    Matanzas
•    Santa Clara (Denominado posteriormente "Las Villas" antes de 1940)
•    Puerto Príncipe. En 1899 el nombre de la provincia Puerto Príncipe fue cambiado a Camagüey
•    Santiago de Cuba. En 1905 el nombre de la provincia Santiago de Cuba fue cambiado a Oriente.
 
Resulta valioso saber que durante este período las provincias mencionadas sufrieron cambios menores en sus límites. En 1976 se aprobó la nueva División Político-Administrativa (DPA) en 14 y un municipio especial: Isla de la Juventud, conocida hasta 1978 como Isla de Pinos. La antigua provincia de Oriente se dividió en 5: Las Tunas, Granma, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo, la de Camagüey se dividió en dos: Camagüey y Ciego de Ávila. Las Villas se dividió en Cienfuegos, Villa Clara y Sancti Spíritus, y por último  La Habana se dividió en: Ciudad de La Habana, La Habana y el municipio especial de Isla de la Juventud. En esa DPA, la capital de La Habana radicaba en la Ciudad de La Habana.

El último cambio ocurrió en agosto de 2010, cuando la Asamblea Nacional de Cuba aprobó la creación de dos nuevas provincias: Artemisa y Mayabeque a partir de la segmentación de la Habana, junto con el traspaso de 3 municipios orientales de Pinar del Río. Esta nueva división territorial entró en efecto el 1 de enero de 2011.

Al revisar críticamente la  larga duración cubana, uno se percata que durante varios siglos hemos construido una identidad contextualizada en determinadas estructuras socio-políticas y culturales. Más de cuatro siglos de sedimentos, estancos y configuraciones dieron lugar a las identidades occidental y oriental. Con 36 años de tiempo transcurrido, desde 1978 hasta la actualidad,  no pueden borrarse las fronteras simbólicas que tardaron en cristalizar para bien de este país.

Es necesario señalar que históricamente el desarrollo económico se concentró en Occidente, y en Oriente el atraso. Los cambios gestados en el mundo llegaban más rápido al primero, que al segundo. Así que la desnivelación entre occidentales y orientales tiene una larga historia. Hay muchas asimetrías, sobre las que no me voy a detener aquí, que ayudaron a que se comportara así y en términos culturales se construyeran representaciones para referirse a uno u otro.

Los occidentales tienen una autoestima alta, se creen portadores del progreso, por eso ven a los orientales como una especie de tribus fanáticas que emigran a su territorio para arrebatarles lo que les pertenece por identidad e historia. Los orientales protegen la memoria colectiva, en otras palabras, se sienten unidos a un legado de luchas y sacrificios para hacer la nación. De ese patrimonio intangible nutren a sus hijos, aunque estos últimos miran hacia Occidente como tierra de realizaciones personales, amores posibles, en fin, lo que cuesta trabajo conseguir en su Oriente natal. Así llegamos a una simulada marginación, por razones geográficas y culturales, que se vale de una metáfora de raíz árabe, para visualizarnos como palestinos en la nación, especie de pueblo nómada que busca asentarse en territorio que no le pertenece, pero  en el que puede solucionar sus necesidades vitales.  Entonces: ¿ser oriental en Cuba es ser palestino? O ¿es una alusión a un pueblo sacrificado que lo ha dado todo y espera vivir en correspondencia con sus aportes a la nación?

Fuentes
Guerra, Ramiro: Manual de Historia de Cuba, La Habana, 1938. 
Enciclopedia cubana en la red: http://www.ecured.cu/index.php/EcuRed:Enciclopedia_cubana  


3 comentarios:

  1. Nelsy Del Toro Tamayo: FUI SOY Y SERE PALESTINA PORQUE SER ORIENTAL ES TENER MUCHA VERGUENZA Y MUCHAS VIRTUDES..

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  2. Arnoldo como te dije vía Messenger ese término tiene una carga peyorativa la mayoría de las veces, nada que ver con la historia de lucha y sacrifico de los palestinos del Oriente medio y mucho menos con los antecedentes de los que nacimos en el oriente Cuba. hay que dar una mirada también al contexto económico y social que motivó esa emigración, como dices el desarrollo comienza por Occidente, y la construcción de industrias y por tanto el incremento de oportunidades de empleo, en oficios como la construcción provocó que muchos compatriotas nuestros viajaran al occidente sobre todo en la capital y también en Cienfuegos, donde vivo durante la construcción de la Central electro Nuclear, proyecto abortado , pero eso es otra historia. Entonces muchas de esas personas realmente tenían comportamientos marginales y eso contribuyo al estigma, que hemos arrastrado los que por diversas razones algún día llegamos al occidente o al centro. En mi caso personal te confieso que al principio me molestaba un poco, pero he tratado de primero comprender, luego resignificar el termino y sentirme orgullosa de que me comparen con los palestinos del medio oriente, aunque no sea ese el sentido.

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  3. un fuerte abrazo, excelente apreciación querida Marianela sobre el tema, sobre todo si tenemos en cuenta que lo has vivido y has construido estrategias para llevarlo con dignidad....

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