jueves, 11 de septiembre de 2014

Nuestra vida cotidiana en Cuba

La botella queda en un rincón; los recuerdos también. Nos volvemos al río de la calle, en sus aguas nos bañamos diariamente.
Por Arnoldo Fernández Verrdecia. caracoldeagua@cultstgo.cult.cu 

Hoy es uno de esos días en que siento el peso de la isla encima, intento la respiración pero la carga de problemas existenciales me agobia, abrevo un café mezclado con ron, pero esa tisana lo único que hace es ponerme más melancólico. 

Por un instante hablo de los años de universidad, lo bien que la pasábamos, sin embargo, alguien se encarga de recordarme el fluir del río, siempre en la misma dirección, entonces me pongo en pie y hago un trazo de victoria con la mano derecha. Todos ríen, a ciencia cierta, no saben por qué. 

Algunas compañeras de trabajo se explayan en los imposibles de la vida cotidiana, las responsabilidades, tantas, que no hay descanso  para un ocio programado, necesario al cuerpo y al espíritu. Nos vamos al pasado, florecen historias; todos cuentan, a su manera, un mundo olvidado en la maleza de los 80, un mundo donde fuimos felices. 

¡Felices los normales!, diría el poeta. Los desdichados son responsables del alcance de la palabra. Cada mujer u hombre que nos traiciona, es un verso fijado a la costilla de la historia. 

Respiramos fuerte, aunque sabemos que cuesta hacerlo. Años duros nos han convertido en seres desconfiados, atentos al norte magnético de la brújula. Un mar de sargazo gravita a nuestro alrededor; uno habla de poner música bien alta, lo hace, y la salsa esparce un ritmo que nos trae jornadas tiernas, descarguitas entre amigos, excursiones al campismo y la playa… 

Bebimos un roncito para alegrarnos. Al final, las palabras huyeron de un retablo, donde -por unos instantes- nos sentimos personajes trascendentales, ilusión esfumada con el último limbo de sucederes diarios. 

La botella queda en un rincón; los recuerdos también. Nos volvemos al río de la calle, en sus aguas nos bañamos diariamente. Malditas aguas, diría el filósofo, nos llevan una y otra vez a los mismos destinos. ¿Nadie se atreverá a desviarlos?

6 comentarios:

  1. Arnoldo:
    ¡Que tristeza!
    Foto y texto son la imagen de la desesperanza.
    ¡Pobre viejo que dio su juventud a un sueño trocado en pesadilla!
    Mi esposa y yo vinímos a Chile a vacacionar y tuvimos que quedarnos varados por defender a nuestra única hija y tres nietos... No vinimos preparados para quedarnos, por ello vivimos con un salario mínimo... Mejor que en Cuba.
    ¡Que triste!
    ¡Con las cosas importantes que fundamos allá y las profesiones de que nos armamos, mi mujer 4 y yo 16!
    Dios nos ampare.

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  2. eddygil: Arno que tristeza la vida tuya. Me recuerda la epoca antes de 1959 que la juventud viviamos mucho mejor que la de uds. Nunca oimos expresarnos como te expresas tu. Acuerdate bien que Cuba no es el ombligo del mundo y los Castros pasaranccomo por ley natural todos pasamos. Me alegro mil veces el haberme ido a tiempo del infierno que es Cuba.

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    Respuestas
    1. La tristeza al igual que la alegria no son mas que expresiones de la mente. Tu felicidad interior no debe depender de hechos exteriors y cambiantes. Pues siempre ha de existir algun conflicto.

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  3. .....un rabo de nube, un barredor de tristezas que se lleve lo feo y nos deje el querube.....que miedo le tengo a que mi gente pierda su esperanza en el futuro, la alegría de tener sueños cumplíbles....
    Julio Cesar

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  4. Pero estamos iguales en todas partes del planeta, me atrevo a decir. Es muy importante vivir en el presente : Aqui y Ahora. Piensa que nuestra realidad no debe de estar atada a hechos exteriors. Somos Energia y debemos aprender a centrarnos en nosotros mismos. Tratar de mantener nuestro centro interior. Lo que llamamos realidad es cambiante, Segundo tras Segundo. Si pudieras conseguir el libro Autobiografia de un Yogi ( Paramahansa Yogananda ) seria excelente. Un Gran Abrazo !

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  5. En los dias en donde no encuentras nada que hacer, sientate callado en cualquier sitio silencioso, Cierra tus ojos, enfocate en la entrada y salida del aliento en tu cuerpo y relajate. Asi, dentro de ti mismo te encontraras y encontraras eso que llamamos Dios. Si lo aprendes y practicas nunca mas te importara en que sitio te encuentras. " Tu eres Tu Aliento o Pranayama " Paz. Paz. Paz.

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