Gadaffi simboliza una revolución en la región que todavía tiene muchos seguidores, a pesar de sus desaciertos. Sin embargo, llegó la hora final y en algún momento se sabrá si las causas de inestabilidad fueron provocadas desde dentro de Libia o vinieron desde afuera.
Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu
Libia vive un proceso de cambios trascendentales de difícil pronóstico para los analistas internacionales. Sin embargo, ya se presentan sobre el escenario algunas variantes que deben evaluarse. Sobre las mismas propongo mi visión, muy personal, del asunto.
Primero, Libia es una nación rica en combustibles fósiles y los países de la OTAN pretenden repartirse en esferas de influencia los mismos. Lo curioso es como las naciones de Occidente se acomodaron al liderazgo de Gadaffi y usaron el mismo mientras les fue factible. En las nuevas condiciones internacionales, Gadaffi es un freno y hay que apartarlo al precio que sea necesario.
Gadaffi simboliza una revolución en la región que todavía tiene muchos seguidores, a pesar de sus desaciertos. Sin embargo, llegó la hora final y en algún momento se sabrá si las causas de inestabilidad fueron provocadas desde dentro de Libia o vinieron desde afuera. Para este comentarista es muy difícil opinar sobre el tema.
Segundo, la mediación de paz que propone el líder venezolano Hugo Chávez Frías, ya apoyado por la mayoría de los países del ALBA, debe actuar con audacia, y según Fidel Castro, movilizar a la opinión pública mundial para evitar el baño de sangre al que se avecina Libia. Por lo pronto, Gadaffi dio carta abierta a Chávez para que inicie el proceso negociador, según reportes de la cadena de noticias Tele Sur. ¿Qué posibilidades de éxito tiene la mediación de Chávez? En mi opinión tiene muchas probabilidades, sobre todo si gana el apoyo de la Liga Árabe y es capaz de sentar en una mesa a dialogar a los líderes tribales, a Gadaffi y a los seguidores de este último. Esto debe ocurrir a corto plazo, de lo contrario ya los planes de invasión de la OTAN están en marcha.
Finalmente, me inclino por una salida negociada al conflicto en Libia, si tenemos en cuenta que tanto la oposición, como el propio Gadaffi, prefieren solucionar sus problemas sin la intervención extranjera. Este es el punto en común que debe utilizar el presidente Hugo Chávez para lograr una salida de paz a la situación crítica que vive la nación, y evitar a toda costa que manos imperialistas se adueñen de las riquezas del pueblo libio. En los próximos días los hechos históricos dirán la última palabra
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