Por Arnoldo Fernández Verdecia.
Toda la noche el pueblo en la cola. Tiene la secreta esperanza de comer algo fuerte.
Amanece. El pueblo espera muy ansioso. La cola crece, se pierde en un número desproporcionado.
Llega un funcionario y dice al pueblo que venderá cinco libras al corte a un precio de 180 pesos la libra. La esperanza se mantiene viva. El funcionario se retira.
Llega la carne. La trae Pecuario. Confirma la información del funcionario. La cola se torna intensa. Mucha gente ha marcado a los suyos, empezando por los que deben supervisar.
Acopio pide un precio a Pecuario por el local. No se ponen de acuerdo. El pueblo está bravo. Se va la mañana. Sigue el desacuerdo. Entonces llega la policía y ordena desbaratar la cola y procede al traslado de la carne a la estación cercana.
El pueblo bravo, bajo el sol intenso, ve alejarse la esperanza. Parte del pueblo regresa a su casa muy triste, muy culpable, por haber creído en la remota esperanza de comprar carne, carne de verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
MUY IMPORTANTE: No se publicarán comentarios anónimos en este blog, es necesario consignar siempre la identidad de la persona. No se admiten ofensas, insultos, propagandas de ningún tipo. Cada persona tiene la libertad de expresar lo que piensa, pero con respeto al otro diferente. d