lunes, 20 de septiembre de 2010

Factores sociales que determinan las imágenes profanas sobre José Martí en la sociedad cubana (VIII parte)

Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

En este ensayo se parte del supuesto de que el conjunto de imágenes profanas construidas sobre José Martí son parte de los contenidos de la imaginación creativa radical, y la integran las representaciones surgidas en las interacciones cotidianas, un proceso que implica creación y repetición, lo que evidencia que se puede hablar de un imaginario variable, a partir de los conjuntos temáticos que se estructuran en el discurso como componente esencial para el estudio del imaginario social. El imaginario variable, tiene como características fundamentales:

• Creación y recreación de imágenes profanas de carácter negativo vinculadas con las condiciones de vida que presentan los actores en la vida cotidiana.

• Excesiva humanización de José Martí al atribuirle cualidades comunes pero que realmente no tuvo.

• Construcción de imágenes profanas sobre la supuesta adicción de José Martí a las bebidas espirituosas y a comportamientos de infidelidad en sus relaciones de pareja y la atribución de dudosas paternidades.

Se identifica como imaginario radical variable porque está sujeto a los cambios históricos que impactan la vida cotidiana y dan lugar a una imaginación creativa, que se nutre de los discursos compartidos de forma anónima por los actores sociales, y dan lugar a conjuntos temáticos vinculados con sucesos como la situación alimentaria que atraviesa la sociedad, la inestabilidad económica, la violencia individual y colectiva, el problema migratorio, la prostitución, la crítica clasista, el recurso a Martí como deidad y exaltación de la condición masculina de su figura.

En cada uno de ellos es una constante el hecho de que en la mayoría de los casos los usos se deben al desconocimiento de la vida y obra de José Martí en su periplo por México, Guatemala, Venezuela, Estados Unidos, España y Cuba, en esta última, residió durante unos 16 años .

Aunque no es significativo el número de personas que comparten las imágenes profanas sobre José Martí que se construyen en la vida cotidiana, es un aspecto que debe tenerse en cuenta para reforzar el trabajo de divulgación, promoción y enseñanza de su vida y obra, en estrecha coordinación con los factores que intervienen en la comunidad.

Para el proceso de identificación y fundamentación de tipificaciones sociales, algunas referencias son válidas, como las que propone E. Durkhein sobre el suicidio y las vinculadas con la construcción social de Peter Berger y Thomas Lukmann . Su complementación teórica permite utilizarlas como criterio de validez académica para identificar las imágenes profanas de José Martí vertebradas en el escenario fundamental donde se desarrolla la investigación.

La identificación de las imágenes de José Martí se concibió a partir de variados elementos, entre los que sobresalen los tipos de representaciones concebidas por la imaginación creativa radical del nativo, para conformarla en base a los factores sociales que las determinan.

Al identificarse las imágenes profanas se toma como elemento central al lenguaje, pues es una forma específica del proceso de significación, un subtipo de objetivación que se distingue por su propósito manifiesto de representar una amplia serie de significados subjetivos. Las acciones habituales son la base para el desarrollo de la institucionalización. La misma sucede cuando las personas desarrollan tipificaciones de la posible acción de los otros en una situación dada. La institución es un proceso recíproco de tipificación.

Así las imágenes profanas del imaginario creativo del poblador de la comunidad, se articulan sobre la base de los particulares marcos de referencia usados en el conocimiento e interpretación de las ideas de Martí a partir del nivel de conocimientos que tienen de las facetas de su vida y obra. Estos marcos de referencia expresan ignorancia sobre los contenidos asociados al pensamiento y acción martiano, y constituyen una fuente inagotable de recursos simbólicos, que funciona como parte del capital cultural acumulado por la sociedad en su devenir y que el hombre común acude al mismo para recrearlo o asumirlo en relación con el contexto sociocultural que determina su vida cotidiana.

Otro criterio manifestado en la identificación de las imágenes martianas son las expresiones que dan mayor peso al proceso de construcción de la imagen de Martí como referente histórico, patriótico e ideológico, que son las que predominan en los actores sociales al referirse a la figura del prócer cubano.

En este sentido, el imaginario social, privilegia un conjunto de referencias a su vida y obra, aunque limitado por el desconocimiento de muchas de sus facetas, que legitiman el orden institucionalizado en función de preservar y transmitir un legado que perpetúe a la Revolución como conquista deseada por Martí y alcanzada por la Generación del Centenario encabezada por el líder Fidel Castro. No es casual que el Programa Martiano de la Revolución haya escogido los textos más significativos y representativos de la obra martiana que deben estudiarse por niveles escolares y grados, y de conjunto intervenir junto a las instituciones patrimoniales, para preservar y educar a las nuevas generaciones en el conocimiento de José Martí como el líder por excelencia de la sociedad cubana .

Las imágenes profanas sobre José Martí, recogidas en las coincidencias valorativas expresadas en el lenguaje de los actores sociales, ilustra nuevas maneras de imaginar al héroe o retoma las conservadas en la oralidad, que no son las fijadas en el proceso de endoculturación de las principales instituciones sociales, ello está determinado por el aprendizaje descontextualizado de su vida y obra que da lugar a desviaciones lamentables que llevan a niños, niñas, adultos y adultas a perpetuar un imaginario profano que en nada tiene que ver con Martí en sí mismo y se convierten en motivo de tergiversaciones vinculadas con su vida política, amorosa y pública.

Resulta importante el hecho de tener en cuenta a los esquemas colectivos que intervienen, sin ser percibidos, en la construcción de la realidad social. En este sentido se pudo corroborar que en diferentes períodos del devenir de la nación cubana, han prevalecido determinadas imágenes desde las que lo tratan como una deidad, hasta la existencia de imaginarios negativos que tienden a deshonrar su vida y obra. Y esto último es significativo, pues el Martí sagrado forma parte del imaginario social de tipo instituyente en el cubano, pero lamentablemente todavía se construyen chistes, cuentos, adivinanzas y expresiones despectivas que profanan su imagen.

Por lo dicho hasta aquí, en el imaginario social en torno a Martí, después de 1959, se mantienen algunas imágenes del período anterior, como la de Martí Apóstol, escritor, Mesías, político, e incluso en imágenes profanas, pero en una dimensión cualitativamente nueva condicionada por el proceso de cambios que han beneficiado al pueblo.

Sin embargo, a pesar de los intentos de difundir su obra y educar al cubano en el conocimiento de la misma, se mantiene el conjunto de imágenes profanas incorrectamente utilizadas en la vida cotidiana. De ahí que se acuda a su imagen para validar una acción de infidelidad, hasta un juicio crítico de la realidad: “Lo dijo Martí”, es el argumento utilizado para movilizar cualquier valoración en torno al fenómeno de que se trate o querer humanizarlo por exceso al extremo de ponerlo al mismo nivel de los actores y considerar que puede formar parte del repertorio de respuestas construidas desde la percepción individual, ignorando el conocimiento histórico que le es afín y que justificaría el uso del mismo de manera contextualizada y ajustada a los particulares marcos de referencia reflejados en su obra escrita y en toda la bibliografía pasiva que sobre Martí se ha escrito.

En el proceso de construcción de las imágenes de José Martí, se expresa un magma de significaciones que brota sistemáticamente en la vida cotidiana, como parte sustancial de una imaginación creativa radical, compartida por los actores implicados en la comunidad y forma un conjunto que la psique no puede conformar de forma individual; se trata de un hecho social externo, que presiona a los individuos y los coacciona a crearlos y recrearlos como parte de las representaciones sociales inmateriales propias del imaginario social.

De todo lo anterior se desprende la necesidad de modificar con sentido positivo el proceso histórico de creación de imágenes profanas de José Martí, como parte del capital simbólico del cubano; las mismas se construyen sobre la base del lenguaje que puede desvincularse del aquí y del ahora, de la interacción cara a cara y es capaz de comunicar significados que son expresiones inmediatas de subjetividad y contribuye a acumular significados y conocimientos que pueden transmitirse a generaciones futuras. Todo ello explica su presencia en el devenir histórico de la sociedad cubana en más de cien años y que es necesario cambiar para darle la fuerza telúrica que reclama la vida y obra de José Martí ante todas las circunstancias atravesadas por la nación en su devenir.

Existen un conjunto de factores sociales que dan lugar al imaginario social de tipo profano sobre José Martí, entre los que se incluyen, como los más significativos, según las evidencias empíricas recogidas en el trabajo de campo, los relacionados con la edad, el sexo, la ocupación, la familia y la escuela, ellos en su conjunto han incidido en las imágenes de naturaleza compleja, que muchas veces falsean el conocimiento martiano y distorsionan aspectos relacionadas con su vida y obra como revolucionario integral.

El limitado conocimiento sobre etapas de la existencia de José Martí asociadas a su niñez, juventud, y su vida en México, Guatemala, Venezuela y Estados Unidos, determinan un factor social relacionado con el sexo, pues la insuficiencia es común tanto en hombres como en mujeres.
El factor sexo también está presente en los contenidos que se dominan sobre Martí, vinculados con sus escritos de tipo poético, periodístico, y sobre su obra escrita en sentido general. Es recurrente la limitación tanto en mujeres como hombres que manifiestan conocer algo o casi nada sobre los mismos. Por tanto, de este primer factor se deriva un aspecto importante, que evidencia que la vida y obra de José Martí se conoce insuficientemente, proceso que conduce a la descontextualización de sus ideas y a la construcción de imágenes de naturaleza compleja que en nada tienen que ver con el prócer.

Otro factor social importante que se debe tener en cuenta es el de la edad, y se comprobó que la edad promedio es de 70 años, hecho que evidencia que las personas adultas presentan desconocimiento total o parcial de la vida y obra de José Martí, proceso que indica que la instrucción recibida en la escuela, en las diferentes enseñanzas por donde transitaron, no logró desarrollar en ellos conocimientos martianos suficientes, hecho que también se convierte en un elemento a tener en cuenta para identificar las causas cognitivas que dan lugar a imágenes de tipo profano sobre Martí que todavía perduran en la mente de muchos cubanos.

El nivel de escolaridad es otro factor que funciona como elemento negativo en las construcciones de imaginarios de naturaleza profana sobre José Martí; se constató en la muestra, que la mayoría se ubica en secundaria básica, preuniversitario y educación primaria como enseñanzas claves, lo que evidencia que solamente se familiarizaron con la vida y obra de Martí, y en alguna medida sistematizaron algunos aspectos de su existencia como líder del pueblo cubano, Héroe Nacional, educador y escritor, entre otras facetas.

Un factor que debe tenerse en cuenta es el relacionado con la ocupación, se comprobó en los instrumentos aplicados, que las personas que mayores dificultades presentan en el conocimiento de etapas de la vida y escritos de Martí son las que se ubican como amas de casa, cuentapropistas y sin vínculo laboral, un aspecto que debe tenerse muy en cuenta, pues las mismas ejercen sólidas influencias sobre hijos y familia en general; debe significarse que la mayoría comparte el criterio de que existen chistes negativos sobre Martí y expresan conocer algo o casi nada sobre la obra del Maestro.

Uno de los factores que da lugar a imágenes profanas sobre Martí es la familia, pues se comprobó que las mimas fueron adquiridas a través de creencias establecidas por personas con vínculos de sangre y afectivo; de hecho se infiere que se trata de un proceso transmitido de padres a hijos a través de la endoculturación y que no ha podido controlarse ni cambiarse desde la escuela como la principal institución cultural de la comunidad.

Se aprecia también que simultáneamente con las imágenes de tipo sagrado que la mayoría de las personas comparten sobre José Martí, subsisten otras de naturaleza profana asociadas fundamentalmente a las vías de transmisión orales, pues los sujetos refieren que las han escuchado a través de personas de su comunidad o de individuos con conductas inadecuadas. Lo anteriormente señalado indica que la escuela no ha podido ejercer una posición transformadora de esas imágenes y ello se convierte en campo fértil para chistes, frases y adivinanzas, que en nada tienen que ver con la vida y obra de José Martí.

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