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miércoles, 24 de agosto de 2016

CARACOL DE AGUA: un embajador de la palabra



Iraida Rodríguez Fernández.
Por Iraida Rodríguez Fernández (Reside en Angola) 

La página Caracol de Agua arriba a siete años. Es un largo camino donde un brillante profesional del periodismo cubano ha logrado escribir, con sencillez y humildad, sobre disímiles temas de profundo valor patriótico  y sentimental, que reflejan en todo momento sus raíces.

Sus publicaciones, en muchas ocasiones, han hecho brotar lágrimas a las personas que aún conservamos la sensibilidad humana. Ha tenido detractores, como toda obra creada por el hombre; pero a mi juicio, nunca ha comprometido su transparencia al informar al mundo.

Refleja la realidad, tal cual es, como río de aguas muy cristalinas; que ha puesto en su centro, el amor por la familia, por su padre viejo, por la historia, esos maravillosos detalles que ennoblecen el alma y que muchos olvidan cuando ascienden a peldaños superiores. Eso es precisamente lo que lo hace gigante.

Felicidades Arnoldo Fernández, por tener desde muy joven ese talento y esa luz natural que te ha hecho ganar tantos admiradores.

Caracol de Agua seguirá cumpliendo años y tú, seguirás siendo un embajador de la palabra, muy querido y respetado por todos.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Pasar entre las sombras y salir moralmente sanos en la Cuba de hoy




Encuentro de Generaciones sirvió a los presentes, para pensarse en la actual sociedad cubana y comprender los enormes desafíos morales que están por delante.

Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeagua@cultstgo.cult.cu 

Este jueves se produjo en la sede de la Universidad Pedagógica Frank País, aquí en Contramaestre, Oriente de Cuba, el Encuentro de Generaciones que promueve la Sociedad Cultural  José Martí,  como parte del programa de acciones socioculturales que lleva adelante en toda la geografía insular.

La cita tuvo varios invitados, entre los que se encontraban maestros y combatientes  internacionalistas en Angola; los mismos narraron vivencias asociadas a aquellos memorables años, cruciales para su formación humanista.

Rigoberto López  contó anécdotas  asociadas a los tres años que estuvo con la FAPLA, el hecho de vivir la guerra en carne propia y los miedos y desafíos que debió vencer ante un suceso de esa magnitud. Al terminar,  colocó una interrogante sobre la mesa: ¿Cuál es el Granma, la Sierra y el Girón de los jóvenes de hoy?

Luego el doctor en ciencias, Luis Enrique Jerez, habló de la necesidad de educar en valores a los jóvenes; señaló la cura de silencio para encontrar caminos de bien y no extraviarnos en el futuro de los tiempos. “José Martí es una brújula que no debemos ignorar para ir hacia la luz”, precisó.

Arnoldo Fernández dijo que reinan tiempos de oscuridad, y hay que construir alternativas para pasar  entre las sombras y salir moralmente sanos.  “Por eso los jóvenes deben desarrollar la capacidad de asociarse según sus intereses: clubes de cine cubano, cine universal, martianos, literatura, danza, teatro, y todo aquello que ayude al espíritu a fortalecerse en la diversidad”.

Los maestros en formación, como se le llama a los estudiantes de magisterio, hablaron de las profundas desmotivaciones por una carrera tan noble. Incluso señalaron que no son los tiempos de Girón, donde ser  maestro era algo importante, “ahora nadie quiere serlo, por eso nos marginan en nuestras relaciones como jóvenes”, señaló una muchacha  con mucha pasión. “Yo escogí la carrera de educadora  por convicción, porque me gusta enseñar y nadie me va a cambiar”.

Otra habló de las complejidades de la era actual, donde ser sano moralmente equivale a ser ignorado por los  compañeros de generación, enfocados en vestir ropas de marca, tener celulares inteligentes a mano,  en fin, donde tener, equivale a ser, por tanto el conocimiento es subvalorado y los que lo cultivan son considerados personas sin futuro.

El Encuentro de Generaciones sirvió a los presentes, para pensarse en la actual sociedad cubana y comprender los enormes desafíos morales que están por delante, para atravesar las sombras del presente y ser ciudadanos cívicos y defensores de la Patria, en cualquier momento de la vida presente y futura. 

viernes, 3 de enero de 2014

Olvidado por la historia de Cuba

Su vieja mira el televisor krim 218, no habla, no sonríe.
Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

Mi amigo  tiene la autoestima baja, quiere un discurso parecido a los tiempos. Anota frases, palabras. Ninguna apresa la esencia del futuro. No quiere darse un trago, como  lo hace siempre ante los naufragios cotidianos. Sueña una medalla, tal vez un diploma donde, al menos, esté la firma del hombre que tanto admira, pero nadie lo recuerda. Entonces habla del poema dedicado a una buena persona y  llora.

Recuerda que estuvo en Angola y hoy lleva una prótesis en lo que fuera su pierna derecha.  Le gusta reunirse en la esquina del barrio a beber ron barato y jugar dominó. De vez en cuando mira su destartalada casa. Cuántos esbirros de la Unita  tuvo que matar para hacer la revolución de la dignidad, piensa. Su vieja mujer debe haberse orinado en la silla de ruedas. No le alcanza la chequera para pagar a alguien  que la cuide. Suelta el doble 6 y experimenta alivio.

En la noche del 31 de diciembre recibe a unos vecinos con unos platos de cerdo asado, casi llenan el frío; al menos recuerdan que soy buena persona, dice para sus adentros. Su vieja mira el televisor krim 218, no habla, no sonríe. Sus hijos... Sus hijos, uh, uno vive en Francia y el otro en Estados Unidos. Quisieron llevárselos, pero dijo que morirían en Cuba.

Mi amigo tiene la autoestima baja. Temprano hace cola para comprar yogur de soya. Luego se sienta en un banco frente a la funeraria a recordar los tiempos que no volverán. Aquellos actos donde mostraba el pecho cargado de medallas. Las visitas a la escuelita del barrio a contar sus hazañas. Año tras año lo hacía, piensa. 

Al regresar, su mujer se ha defecado y sigue frente al krim 218 que hace más de una década no funciona. Si mis hijos regresaran, piensa, qué distinto sería todo.



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