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viernes, 15 de agosto de 2014

Dany Betancourt se queda en Matanzas con Víctor Meza

Por  Osmany Sánchez.  (Uno de los editores de La Joven Cuba)

Hace algunas semanas en el programa “Deportivamente” de Radio Rebelde entrevistaron a Yamil Ahuar Fondín, Comisionado de beisbol de Santiago de Cuba sobre la polémica generada a partir de la no inclusión del lanzador Dany Betancourt en la preselección del equipo de esa provincia. Yo mismo escuché –nadie me lo contó- que el comisionado dijo que Dany quedó fuera por los pobres resultados en la segunda vuelta de la Serie Nacional pasada y en el campeonato provincial.
 
Agrego un dato importante, cuando le preguntaron si él personalmente estaría en contra de que jugara con otra provincia dijo que no. El tiempo pasó y pasó y sale la noticia de que Dany Betancourt y Yaumier Sánchez estaban entrenando con Matanzas y de nuevo surge la polémica, pues de pronto el comisionado santiaguero declara que la presencia de esos jugadores en Matanzas era una violación.

 
En buen cubano sería algo así como “ni come ni deja comer”. Los jugadores no pueden hacer el equipo de Santiago de Cuba pero tampoco pueden jugar con otra provincia, es decir que la mano divina de la comisión provincial define el futuro y la vida de los jugadores. Dice Yamil que si Dany “decide no jugar con nosotros o no prepararse tiene que esperar dos años” y eso contradice por completo sus palabras a Radio Rebelde. No fue Dany quién decidió no jugar con su provincia sino ellos los que lo dejaron fuera, junto con Navas, Castellanos y otros peloteros.

 
Yo creo que la clave de todo está en unas palabras del artículo antes citado, cuando el autor dice: “Tras esta decisión el derecho de Songo-La Maya se sumó a los entrenamientos con Matanzas, selección que en los últimos tres años se ha caracterizado por asimilar sin reparo a peloteros de otras provincias.” Es decir que el problema es que vinieron para Matanzas, por lo tanto la culpa es Víctor Mesa, esa es la salida más fácil y sin dudas más popular. Ataca a Víctor Mesa y tu post será bien recibido y citado una y otra vez.

 
Nuestro vecino Industriales por ejemplo el año anterior se reforzó con peloteros de varias provincias y este año hizo algo similar –con peloteros establecidos- sin embargo nadie lo menciona, el problema es con Matanzas. Por cierto, salvo Moreira que decidió venir para unirse con su madre –algo parecido a lo que hizo el “clan” Gourriel- para Matanzas solo venían peloteros que no jugaban regulares en sus provincias, si alguien abrió la caja de pandora que no nos culpen a nosotros.

 
El tema de la salida de peloteros de una provincia para otra es complejo, y en lo personal no estoy de acuerdo, pero si definitivamente ese es el camino, entonces los peloteros deben hacer compromisos por ejemplo cada 5 años con una provincia, luego de ese plazo deciden si se quedan o se van. Los peloteros se hacen jugando y si son bancos en sus equipos lo mejor es que se vayan para otros, tal como hicieron algunos matanceros este año.

 
Si Dany se queda en Matanzas o no, creo que al final será una decisión de la Comisión Nacional de Beisbol, lo que sí no debe suceder es que un pelotero vea truncada su carrera deportiva por caprichos de algunas personas. En cualquier caso, Víctor Mesa será el culpable, de eso se encargarán los medios.

martes, 22 de abril de 2014

Víctor Mesa cuando no llega, se pasa


Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeagua@cultstgo.cult.cu 

Víctor Mesa anima los componentes de la nación, agita y desata pasiones, donde antes todo era silencio. Nadie queda en casa sin opinar. Cuba entera está contra Mesa, no contra  Matanzas. Es culpable de la derrota de un equipo que merecía la victoria;  si Industriales iba a la final, sería Cuba y Víctor contra los azules;  así andan las pasiones, así andan los cubanos de a pie, no hay esquina  que no deje escuchar un vocerío, tal parece que hay pelea, todos quieren tener la razón, aunque no la tengan.

El manager de Pinar del Río, Alfonso Urquiola, es diplomático, sabe llegar a sus peloteros, sin necesidad de gesticulaciones y palabras duras como las que utiliza Víctor.   


A Mesa no lo queremos dirigiendo al Cuba, pierde la compostura, cuando hace falta ecuanimidad se extrema, como hizo con Yera, lo sacó y regaló en bandeja de plata un juego ganado.

Víctor es un animal; algunos dicen que tiene retraso, otros dicen que la Comisión Nacional no tiene criterio al juzgar sus escándalosos actos como director.

La prensa cubana ha pedido que se retracte públicamente de las ofensas vertidas contra ella, no resiste sus valoraciones del ejercicio periodístico, sobre todo el que hacen las nuevas generaciones.

Víctor Mesa tiene a Cuba entera contra sus decisiones, no soporta que llame  cobarde  a refuerzos de provincias hermanas; no tolera que minimice a dos relevistas orientales, a los que llamó “flojos”, por proceder de "equipos perdedores". En el futuro, ningún refuerzo querrá jugar en su equipo. 

Hasta su propio hijo, Víctor Víctor, ha sido víctima de sus presiones. ¿Qué hacer con un hombre que te palmotea el pecho y te habla como si no fueras nadie?

Así anda Cuba hoy; Víctor Mesa es tema de discusión en cada hogar, hasta los niños tienen sus propios criterios, las mujeres. “Cuando no llega, se pasa”, diría Máximo Gómez desde su tumba. ¿Qué mejor espejo para defectos y virtudes de los cubanos hoy? ¿No somos así, la mayoría? ¿Por qué no mirarnos en él y asumir lo bueno que hace? ¿Por qué no hemos aprendido a rechazar con inteligencia lo que debe corregir?

El beisbol enciende los corazones, los argumentos son muchos, pero nadie recuerda, o mejor, ignoran, que Matanzas no era visible en las finales de la pelota por décadas.  Desde que Víctor llegó, por tres años consecutivos, ahí están los yumurinos, jugando lindo y  remontando juegos casi perdidos. No por gusto es el equipo más combativo.

Cuba necesita hoy, más que nunca en su historia, la irreverencia lúcida, comprometida,  que señale con argumentos allí donde hay que hacerlo. Creo que Víctor Mesa es un buen paradigma, -corrigiendo algunos detalles claro-, es un buen referente para animar las partes involucradas en la actualización del nuevo modelo económico cubano. ¿Qué buenos dirigentes tendríamos, si hicieran y provocaran en la nación, lo que logra Víctor Mesa en la pelota?


jueves, 10 de mayo de 2012

¿Cuál es el manager del béisbol que más se parece a los cubanos?


“Víctor Mesa; porque cuando no llega, se pasa”.
Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu

El béisbol en Cuba es una pasión. Todos en casa construyen opiniones sobre su equipo favorito. Una mala decisión siempre es valorada, pues los cubanos presumen de saber mucho de su pasatiempo nacional. Sin embargo, yo preguntaría con toda la ingenuidad del mundo: ¿Cuál es el manager que más se parece a los cubanos?

Esta interrogante la he formulado a varias personas aquí en Cuba. Muchos se han quedado pensativos  y luego han respondido: “Víctor Mesa, porque cuando no llega, se pasa”. Revisando su trayectoria, como manager del equipo Matanzas, uno encuentra pasión y garra en cada una de sus decisiones. Por eso, puede equivocarse, pero siempre hace lo que está pensando cada cubano que lo sigue y admira.

Saca a los lanzadores cuando hay que hacerlo, o se apresura al extraerlos; manda a robar el jon y le sale bien. Asume la dirección de un equipo joven, que lleva veinte años sin ir a  una semifinal y logra que jueguen elegante; ya enfrentan a Industriales por el campeonato en la zona occidental de Cuba.

Pero: ¿Qué otros aspectos hacen único a este hombre?

Sobre todas las cosas, una guapería tropical que moviliza a jugadores del equipo que dirige y presiona a árbitros y contrarios; pero una guapería inteligente, a veces incómoda, otras jocosa; pues logra sacarle a cada pelotero lo mejor de sí y pone a los contrarios en situación de estrés.

Para muchos, es un tipo charlatán; pero, qué cubano no disfruta una victoria y no parece vanidoso cuando la cuenta a sus contemporáneos. Víctor Mesa soñaba llevar a Matanzas frente a Industriales, y ha dicho “jugaremos bien, y el terreno tendrá la última palabra”.

Un conocido comentarista deportivo del oriente cubano ha dicho que Víctor Mesa es síndrome de down, en abierta alusión a su falta de compostura ante cualquier decisión que lo perjudique, “no sabe pensar, y por eso obra con falta de seso”, remata. Yo creo que está equivocado este colega; pues creo que  Mesa es una simbolización del pueblo cubano; así somos la gente de a pie, a veces con mucha solar en las decisiones;  otras con una jococidad delirante; nos gustan las personas que hablan directo y obran según el cerebro colectivo. Así que Mesa es un político astuto en la pelota, adivina el espíritu de la nación y lo pone a gravitar en cada decisión;  o en contra o a favor. Por eso digo en todos los lugares  de esta isla, que Víctor Mesa debe ser el manager del Cuba. No es un doctor en ciencias deportivas, no tiene una maestría en deportes, no es un hombre que habla bonito, pero es el que hace del pelotero,  un ser que ama a su camiseta: ¿Qué otro mejor dirigente usted propondría para el béisbol?  Un cubano así, ni mandado a hacer en probeta. Víctor Mesa es Cuba, y no es pasión; para mí, y creo que también para muchos, es el que más se parece a lo que somos y queremos ser;  quizás un día timonee a Industriales, entonces toda Cuba estará en su contra.


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