Hace
más de una semana que acceder a Internet desde Cuba es casi imposible: no sé si
echarle la culpa al Bloqueo, al satélite, o al dichoso cable
Venezuela-Santiago. Lo cierto es que actualizar mi blog, o editar el sitio para
el que laboro es una odisea peor que la vivida por el héroe griego.
Buscar
respuestas y exigir soluciones no sabes dónde encontrarlas. Resulta homérico
editar un post, actualizar algún portal, o sencillamente entrar a las redes
sociales y tener una presencia digna para reflejar la verdad de Cuba.
¿Qué
hacer entonces? Uno ama el trabajo que hace. Sueña un mejor posicionamiento del
portal para el que labora, quiere una mejor imagen de su blog en la red de
redes, pero todo conspira para anularlo y dejarlo en el silencio.
Alguien
me dijo, échale la culpa al río. Asombrado pensé: ¿Cuál río? No es un problema
de medio ambiente, ni de tiempo de máquina, es que nos estamos quedando al
margen de la telaraña y no sabemos si es mejor seguir soñando o retornar a la
Edad de Piedra.
Cuba, infierno y telaraña: tres palabras para reflexionar…
ResponderEliminarEntre encrucijadas de la telaraña mundial disfruto mucho, además de bloguear, de la interacción constantemente en las redes sociales. Twitter y Facebook son mis preferidas, pues además de interactuar con amigos y colegas, éstas resultan ser dos excelentes vías que he encontrado para la necesaria información constante, la que en mi caso personal es casi tan necesaria como el mismísimo oxígeno que respiro.
Por eso leyendo algunos de los Post de este lunes, me he identificado de inmediato con el colega Arnoldo Fernández, al que al parecer junto a otros que también siguen levantado sus voces, les está sucediendo desde hace alrededor de una semana lo que a mí hace ya alrededor de 5 meses.
Y por eso protesto tanto, porque duele aún más cuando los cubanos tenemos que sufrir innecesaria y simultáneamente dos enormes bloqueos a cada día; el bien conocido como injusto bloqueo norteamericano, y el tan reconocido por todos como bloqueo interno o bloqueo de mentes.
De ahí que me sume a esta denuncia del blog Caracol de Agua, ya que desde hace mucho tiempo “La Chiringa de Cuba” se tiene que estar actualizando vía correo electrónico y editándose posteriormente, en aras de lograr la estética requerida, gracias a amigos de confianza que me han ofrecido su desinteresada ayuda con tal de que no se pierda el vuelo de esta chiringa.
Creo al respecto, que no es con una Internet de Lunes a viernes, de 8 de la mañana a 5 de la tarde, y por demás lenta, agonizante, o con mil restricciones hechas a “sitios conflictivos” como mejor podemos librar esta batalla. Los periodistas, comunicadores, y blogueros cubanos necesitamos estar informados, necesitamos de una plataforma rápida y confiable de información y producción de contenidos en la red nacional que responda a los intereses de los revolucionarios cubanos, pues la dependencia tecnológica de los norteamericanos está siendo quizás, la mejor de las armas que alguien está utilizando para acallar nuestra voz.
¡Reflexionemos sobre esto!
Carlos Alberto Pérez
http://lachiringa.wordpress.com/