Luchó contra el tiempo, los molinos; ya era un Quijote en sus últimos días y se ha ido como un caballero andante a reunirse con su Dulcinea allá en el cielo.
Sopla un viento fuerte y las palabras lloran, lloran; su padre vino varias veces a su cama; mi caballero siempre creyó en el espiritismo, murió con la certeza de que su espíritu reencarnaria en alguno de sus seres amados y seguiría vivo en otro cuerpo.
Adiós querido padre, casi llegaste a los 107 años, apenas seis meses faltaron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
MUY IMPORTANTE: No se publicarán comentarios anónimos en este blog, es necesario consignar siempre la identidad de la persona. No se admiten ofensas, insultos, propagandas de ningún tipo. Cada persona tiene la libertad de expresar lo que piensa, pero con respeto al otro diferente. d