Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu
El libro “El pensamiento económico en la nación cubana” del escritor Ernesto Molina, presenta un bosquejo histórico y analítico del pensamiento económico cubano, desde sus cimientos hasta 1990. Los períodos y figuras que desarrolla la obra son:
• 1792-1829: Francisco de Arango y Parreño y José Antonio Saco.
• 1830-1867: Ramón de La Sagra y el conde de Pozos Dulces.
• 1867-1898: José Martí Pérez.
• 1898-1935: Manuel Sanguily, Enrique José Varona, Enrique Roig de San Martín, Diego Vicente Tejera, Carlos Baliño, Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena y Antonio Guiteras Holmes.
• 1935-1958: Ramiro Guerra, Julián Alienes, Jacinto Torras, Raúl Cepero Bonilla, Carlos Rafael Rodríguez y Fidel Castro.
• 1959-1990: Ernesto Guevara, Carlos Rafael Rodríguez y Fidel Castro.
“El pensamiento económico en la nación cubana” tiene varios méritos, uno de ellos es el intento de generalización, que felizmente logra en sus páginas, desde los momentos fundacionales en Cuba hasta 1990.
Otro de sus méritos es que reconoce y desarrolla el concepto de pensamiento económico cubano, desde su propio título hasta la fundamentación de las figuras seleccionadas para hacerlo.
Sobre el socialismo en el siglo XXI y la Revolución cubana, el autor realiza una serie de valoraciones de gran utilidad para el pensamiento emancipador de América Latina; ubica el proceso de integración como un factor estratégico para la construcción del socialismo en el área. Para lograrlo considera que "debe incluir la idea del desarrollo humano sostenible. Ello implica que las relaciones comerciales se subordinen a la necesidad del desarrollo en el contexto de las relaciones sociales y regionales".
Ernesto Molina es enfático cuando llama al socialismo a reconocer las diferencias: "Cada persona es irrepetible y tiene derecho a serlo. La individualidad exige protagonismo, participación en las decisiones. Ello supone capacidades y necesidades diferentes. Los actos dirigidos a la producción deben contemplar con flexibilidad las consecuencias más remotas de esas diferencias".
Es importante señalar que Molina defiende un presupuesto a lo largo del libro que llama idea económica, comprendida ésta última, como “fin práctico de transformación de la realidad económica presente, ya sea para conservar lo viejo con formas nuevas, o para llevar a cabo transformaciones radicales que responden a las tendencias objetivas de lo nuevo”.
La invitación a la lectura de “El pensamiento económico en la nación cubana” de Enrique Molina está hecha, se trata de un magnífico alimento para el espíritu.
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Amigo Arnoldo: Este escrito considero, con todos mis respetos y cariño, demásiado
ResponderEliminarteórico.-
El " aliento para el espiritu ", en el campo económico y siglo XXl, no sé cómo
interpretarlo.- Yo, la verdad, como economista, creo que hay que ser más realista
y acercarse más a los tiempos que estamos viviendo, que son realmente
apasionantes.-
Abrazos: Pepín
Amigo Pepín, es una reseña, lo que pretende es motivar al lector para acercarse a un texto hasta ahora no valorado lo suficiente en el panorama literario cubano. Es cierto que lo pragmático de estos tiempos es apasionante, ello no niega la necesidad de la teoría, teoría y práctica deben estar correlacionados, aunque no deja de ser cierto que el socialismo del siglo XXI es una invención que está por hacerse, no por gusto un peruano como José Carlos Mariátegui llamó al proceso creación heroica. Y seguimos el debate... Abrazos: Arnoldo
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