Por Arnoldo Fernández Verdecia.
A mi abuelo Sulpicio de Jesús Fernández que vivió esta historia.
El rumor de la ceiba en la noche es un mal augurio, dice el viejo Esteban. Ese árbol está asociado al demonio. No se puede pasar bajo la sombra pues te quedas atrapado y nunca sales. Ahí ahorcaron a un hombre por robarse un gallo, él nunca se ha ido, yo lo he visto con mis propios ojos. Si no me lo creen vayan el viernes a las 12 y verán.
Eso es mentira, por estos lugares nunca ha existido nada, Esteban siempre está con su cuentos para asustar a la gente. Iremos, precisa uno de los hombres, no hay que temerle, si es un muerto lo metemos al cordón y asunto resuelto.
Avanzan en silencio, varios candiles iluminan la noche, el sonido de una lechuza eriza la piel. ¡Está ahí, mírenlo, es que no lo ven coño!. Yo no veo nada, dice uno.
Están bajo la sombra y un extraño sonido viene del tronco. ¿Qué será eso?
Se acercan cautelosamente, los machetes y la Biblia, producen destellos en la oscuridad, si es él, ya saben.
Forman un cordón alrededor de la ceiba y entonan cánticos para alejar los malos augurios. Estrechan el círculo y elevan voces. ¿Qué es eso Dios mío? Una luz brota en el tronco y toma forma humana. ¿No puede ser? ¿Esto no está sucediendo? ¿Qué usted quiere? Dicen los hombres asustados. Sienten la respiración, los abraza, pierden el aliento. Otra vez la lechuza grazna. Hay que irse. La ceiba se ilumina. Sólo hay tataguas alrededor. Se abre la tierra y los hombres desaparecen.
El viejo Esteban sigue con sus cuentos, algunas personas dicen que delira. Es un hijo de Satanás, lo mejor es exorcizarlo, tal vez nos deje tranquilos y se vaya a otro pueblo. Los hombres no regresaron. Esteban dice que ahora son siete las luces en la ceiba y no se puede pasar bajo la sombra los martes y viernes.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Aviso a los lectores de Caracol de agua
Este blog admite juicios diferentes, discrepancias, pero no insultos y ofensas personales, ni comentarios anónimos. Revise su comentario antes de ponerlo, comparta su identidad y debatiremos eternamente sobre lo que usted desee. Los comentarios son propiedad de quien los envió. No somos responsables éticos por su contenido.
RECUERDO EN MIS AÑOS DE ESTUDIANTE EN BUNGO 1 CONTRAMAESTRE, ESCUCHÉ VARIAS HISTORIAS PARECIDAS. EN UNA OPORTUNIDAD MIENTRAS COSECHABAMOS NARANJA LLEGAMOS HASTA UNA INMENSA CEIBA Y EN SU TRONCO HUECO Y AMPLIO, LO SUFICIENTE PARA ENTRAR DE PIÉ, SE DISCUTIAN ESPACIO VELAS, FOTOS, TIRAS DE COLORES Y NO SE CUANTAS COSAS.
ResponderEliminar