Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu
No engancharse al tren es una metáfora tecnológica que desde finales del 2010 funciona en el discurso político cubano, como una forma de referirse a los ajustes proyectados para la nación. En varias ocasiones el presidente Raúl Castro utilizó la misma ante los medios. ¿Qué significados tiene en las actuales circunstancias?
En enero de 2011 el tren salió desde la Terminal de La Habana e inició el recorrido por toda la Isla, un hecho cotidiano que ahora cobra una dimensión simbólica profunda. En cada uno de los tramos se une un carro diferente y de conjunto darán como resultado un cambio.
Las paradas servirán para hacer ajustes necesarios y continuar el viaje de ida y regreso, en un permanente oscilar, que traerá de regreso a casa, leche, carne y una cesta repleta de verduras, viandas y frutas. El recorrido del tren está calculado para unos cinco años.
También está previsto el mantenimiento necesario de la línea, de manera que el tren no haga largas paradas y los cambios lleguen a tiempo para refundar una utopía, ya para algunos, una casa vieja, para otros, como yo, un noble empeño que vale la pena seguir pregonando.
El tren está en marcha, rueda con una intensidad que ciega a sus detractores; los agradecidos bendicen sus luces, los malos mecánicos, estén donde estén, quedarán en el camino, como abono, para construir el nuevo ferrocarril* de todos.
Nota:
*El ferrocarril cubano fue el primero de Iberoamérica y el séptimo del mundo. El primer tramo que se hizo fue de La Habana a Bejucal, y quedó inaugurado el 19 de noviembre de 1837, 11 años antes de que España tuviera el suyo, entre Barcelona y Mataró.
No engancharse al tren es una metáfora tecnológica que desde finales del 2010 funciona en el discurso político cubano, como una forma de referirse a los ajustes proyectados para la nación. En varias ocasiones el presidente Raúl Castro utilizó la misma ante los medios. ¿Qué significados tiene en las actuales circunstancias?
En enero de 2011 el tren salió desde la Terminal de La Habana e inició el recorrido por toda la Isla, un hecho cotidiano que ahora cobra una dimensión simbólica profunda. En cada uno de los tramos se une un carro diferente y de conjunto darán como resultado un cambio.
Las paradas servirán para hacer ajustes necesarios y continuar el viaje de ida y regreso, en un permanente oscilar, que traerá de regreso a casa, leche, carne y una cesta repleta de verduras, viandas y frutas. El recorrido del tren está calculado para unos cinco años.
También está previsto el mantenimiento necesario de la línea, de manera que el tren no haga largas paradas y los cambios lleguen a tiempo para refundar una utopía, ya para algunos, una casa vieja, para otros, como yo, un noble empeño que vale la pena seguir pregonando.
El tren está en marcha, rueda con una intensidad que ciega a sus detractores; los agradecidos bendicen sus luces, los malos mecánicos, estén donde estén, quedarán en el camino, como abono, para construir el nuevo ferrocarril* de todos.
Nota:
*El ferrocarril cubano fue el primero de Iberoamérica y el séptimo del mundo. El primer tramo que se hizo fue de La Habana a Bejucal, y quedó inaugurado el 19 de noviembre de 1837, 11 años antes de que España tuviera el suyo, entre Barcelona y Mataró.
Arnoldo: Aunque, talvez, sea una metafora, no hay más remedio que " engancharse" al tren, aunque la´locomotora siga utilizando el mismo combustible...con poco octanaje para lo que se está demandando en el mundo y en especial en paises del denominado
ResponderEliminartercer mundo....( Tunez, Egipto, y lo que vendrá ).-
Ya hablaremos, pues tengo problemas recientes.-
Abrazos: Pepín.
Pepín en pueblos nuevos, la poesía precede a la filosofía, nombra, anticipa, donde algunos sólo ven lo concreto, otros visualizan la imagen tras la zarza. De eso se trata, de ver donde otros no encuentran. El octanaje es el mismo, sí, pero eso es una ventaja, pues desde lo nuestro se podrá perfeccionar un horizonte y legar una nación, sin un cambiazo a lo Machado, Batista, o a lo Gorbachó. Se trata de montar la locomotora en nuevos rieles y echarla andar. Eso llevará su tiempo…
ResponderEliminarPero es que no exister ningún tren que no tenga que abastecerse de combustible, cambiar de maquinista, repararrse, descansar un poco ... en fin. Y esta revolución ha demostrado esa dialéctica
ResponderEliminarQue bien , ojala y todo funcione
ResponderEliminarArnaldo, querido amigo, las utopías no son buenas en estos tiempo, ese tren salió de Santiago hacia La Habana y se quedo sin línea férrea al final del viaje, antes mucho antes de Raúl a lo largo de estos tristes y pesarosos 56 años prometieron un cambio radical para la isla y su pueblo a cada intento de mejorar la economía traía otro fracaso y mas penuria, si de verdad el gobierno desea un cambio radical para la población debe cambiar las estructuras de gobierno, permitir el libre mercado, olvidarse de la planificación económica y socialista, está demostrado su fracaso y permitir la libre inversión en la isla, incluyendo el derecho de los cubanos de adentro y de afuera ha crear sus propias empresas.
ResponderEliminarAbrirse al mundo, al mercado y dejar la economía fluya sin trabas burocráticas, deben eliminar todos vestigio de control político, libertad seria la clave de un cambio, libertad económica, libertad social, libertad política.
Te propongo leas todos los discursos de Fidel, encontraras en ellos planes económicos salvadores del país, repitió una y otra vez las mismas palabras, las mismas promesas, al final las mismas mentiras repetidas por años, para el pueblo solo fue necesidades y penurias la receta fidelista.