Publicado originalmente con el título: Algunos retos de la prensa cubana
Por Esteban
Morales. Unión de Escritores y Artistas Cubanos (UNEAC)
Todo parece
indicar que ya hay dos prensas en Cuba. La que algunos pretenden que todos
leamos y otra, al alcance solo de un 10% de la población, pero cuyos resultados
se retransmiten por medio de “radio bemba”, que como diría el propio
Raúl Castro en una ocasión, trasmite mejor que el Instituto Cubano de
Radio y Televisión. Solo que desde que el Cro. Raúl Castro dijo eso,
hasta hoy, ya existen el correo electrónico e internet, que
resultan medios muy eficientes para hacer circular la
información que nuestra prensa aun no se atreve a publicar. (1)
La primera, la
prensa escrita, que tiene dos periódicos principales
nacionales, muchas veces lo que hacen es duplicar las
noticias, que bastaría con sacarlas en uno de ellos.(2)
Una prensa, que el pueblo compra todos los días, con la esperanza de
ver reflejadas de manera abierta, fresca y
franca, tanto los principales acontecimientos y especialmente sus
preocupaciones. O sea, lo que todo el mundo habla en la calle. Qué pasa
con la corrupción; donde está el cable; cuándo la agricultura va a dar
resultados satisfactorios para que bajen los precios; cuándo se darán los
cambios en las regulaciones migratorias algo tan prometido; cuándo
conoceremos el texto de la ley tributaria; qué pasará con el cúmulo de
opiniones negativas que existen sobre las más recientes regulaciones
aduanales, etc.
Se
trata de una prensa que en verdad no parece cubana. Demasiado esquemática,
secretista, insípida. No tiene casi nada que ver con la idiosincrasia del
cubano que se ríe hasta de sus propias desgracias; una prensa que
con tal de sacar lo negativo de Estados Unidos, pone a veces en primera plana
noticias de ese país, que no la reflejaría ni en
su décima página el U.S.A Today, el periódico más popular en los
Estados Unidos.
Sin dudas,
últimamente, se nota que nuestra prensa hace un esfuerzo, pero está
muy lejos aún de satisfacer las expectativas del ciudadano medio. Ello se
observa en alguna medida en la sección de los viernes de Granma
y con algunos artículos publicados esporádicamente. El anunciado
congreso de la UPEC inevitablemente tendrá que tomar el “toro por los cuernos”,
si es que de verdad queremos lograr una prensa acorde con los tiempos que
estamos viviendo. Una prensa que se convierta en instrumento eficaz para la
crítica, el perfeccionamiento del modelo económico y el cambio de
mentalidad que se ha pedido por la máxima dirección del país.
Pero no obstante,
haber modestos avances, es lamentable ver, cómo nuestros periódicos
nacionales van perdiendo adeptos. La población los compra
casi por inercia, o porque no hay otros, esperando encontrar en ellos algún día
sus inquietudes o aquello sobre lo que desea saber e informarse. No es para
dudar, que con una prensa así, las batallas a librar están
pérdidas de antemano, por las razones siguientes:
- La población
termina por cansarse de leer una prensa que no refleja nuestras realidades,
ni con amplitud lo que está pasando.
- La separación
entre lo que esa prensa refleja y la realidad introduce la desconfianza.
- El ciudadano se
mueve buscando otras alternativas para informarse mejor. Lo cual es muy peligroso.
- El ciudadano
apela a la radio nacional, que siempre es más espontánea. De ahí
pasa a las emisoras extranjeras que nos rodean, alguna de las cuales transmiten
incluso en español, estando muchas de ellas diseñadas
para intentar que sean escuchadas en Cuba. La peor de las cuales es
la mal llamada Radio Martí. (3)
- Se va generando
una mentalidad que busca afuera la información que debiera recibir adentro.
Regalando muchas veces la inmediatez de las noticias e informaciones. (4)
- El ciudadano se
hace entonces más sensible a las llamadas bolas y a las distorsiones de
la información.
Una sociedad, que
en medio de la revolución de la información, regala los oídos y
ojos de sus ciudadanos no sobrevive. Recuperar la confianza del
pueblo se va tornando muy difícil. Porque la población reacciona
ante la ausencia o calidad de la información, como ante algo que le
pertenece, que debe recibir y que alguien le está robando o
está tomándose la atribución de negarle.
Ese es un
sentimiento que peligrosamente ya va ganando espacio entre nosotros.
Legítimo por demás, porque ha sido la propia máxima dirección del país,
la que ha criticado a la prensa, hablando de sus deficiencias y entre ellas,
del secretismo. Ha sido el propio Presidente, el que ha abierto los
canales de la crítica y ha presionado para que la prensa partidaria
le acompañe. Pero no se produce el cambio y la gente espera cada vez más
impacientemente, por lo que no acaba de llegar.
Sin embargo, una
nutrida intelectualidad revolucionaria encuentra espacio en
la intranet y en internet y aunque los que tienen posibilidades de
acceder a ese medio son pocos aun, sus artículos y comentarios, se divulgan
internamente a través de los correos electrónicos y llegan a una cantidad de
personas mayor que la que se puede suponer. Pero lamentablemente, internet se
beneficia de ello, rebotando hacia Cuba las informaciones y comentarios
que el propio país debiera reflejar. Ese es el daño que nos hace el “exceso de
celo” con internet, que es más dañino que el propio daño que internet pudiera
hacernos. Dentro de este mundo en que vivimos, para lograr
sobrevivir, es una exigencia afrontar los riesgos de estar
dentro del.
¿Cómo lograr
invertir esa ecuación, donde los medios nacionales también comienzan a perder
prestigio internacionalmente?
Las deficiencias
e insuficiencias de la prensa y medios informativos cubanos, tienen también
repercusiones negativas en el exterior, donde existe gran interés sobre los
acontecimientos y la situación de Cuba, por las propias preocupaciones que la
crítica realidad cubana despierta y porque el discurso
oficial las reconoce. Incluso muchos extranjeros amigos de Cuba,
están preocupados por lo que ocurre en la Isla, pero sienten que no reciben
información fidedigna y suficiente de nuestras realidades, se percatan de que
la prensa cubana no las refleja, y que es más realista informarse sobre
Cuba a través de internet, la intranet y de otros medios alternativos.
Los blog,
revolucionarios o no, las publicaciones digitales, como Espacio Laical,
La Ceiba, Observatorio Critico, Moncada, SPD, Café Fuerte, Havana Times, La
Joven Cuba y otros, se mueven hacia delante, copando la
atención de lectores que fuera de Cuba buscan una información más
objetiva, atrevida, critica, en general más acorde con los retos que se sabe
por todos enfrenta el país y que no encuentran en la prensa escrita nacional,
que por lo general, presenta una imagen casi idílica, carente de
suficientes críticas, las dificultades e
inconformidades; que apenas refleja nuestra
realidad y de manera aun timorata, secretista y
restringida. Impidiendo por esa vía, que nuestros potenciales amigos fuera de
Cuba, conozcan lo suficiente, no solo de cuáles son
nuestros problemas, sino también los argumentos para apoyarnos.
Se trata de un
fenómeno, del que no creo la prensa nacional se percate claramente, porque
muchas veces esos amigos, adolecen de los mismos problemas
que nosotros en Cuba: la defensa a ultranza, la autocensura, el
insuficiente reconocimiento de lo negativo, la apología, la
solidaridad ciega. Vicios que nosotros mismo, los revolucionarios cubanos,
les hemos inoculado desde Cuba en no pocas ocasiones.
¿Cómo salir de
ese atolladero desinformativo, para que la defensa de la revolución cubana hoy
sea más realista, más consciente, más acorde con los desafíos que ahora
enfrenta el país, para que nuestro pueblo confíe en ella y nuestros amigos en
el extranjero nos puedan ayudar más a enfrentar la avalancha
de la crítica contrarrevolucionaria?
Crítica
contrarrevolucionaria que es sin dudas, en estos tiempos¸ más
inteligente, más científica, puesto que no se apoya muchas veces en la simple
mentira, la burda distorsión de los acontecimientos o
la sobredimensión de nuestros problemas, sino que toma nuestros problemas
reales, para presentarlos de manera más sofisticada, mas finamente
manipulada, buscando el desaliento, la confusión y la desconfianza
en nuestras soluciones.
Pienso, que
existe solo un camino, para que nuestra prensa termine por superar
esas situaciones. Nuestra Prensa a todos los niveles de su gestión:
- Debe ser más
realista, democrática, abierta, eliminar definitivamente el secretismo,
la autocensura, el discurso viejo, dogmático y apologético.
- Debe abrir
espacio a la intelectualidad cubana revolucionaria, reflejando su
discurso más realista, crítico abierto e inteligente. Aliándose con
aquellos que enfrentan la crítica contrarrevolucionaria desde posiciones que
reconocen nuestras deficiencias, antes de que el enemigo nos las tire a
la cara y las convierta en armas de una diplomacia subversiva, apoyada
por la política del “Cambio de Régimen” preconizada por la administración
norteamericana actual.
- Debe ganar
conciencia de que la superioridad técnica del enemigo no tiene por qué ser una
desventaja para nosotros, si sabemos utilizar de manera inteligente
las armas de la verdad, la coherencia, la sistematicidad critica,
y el valioso potencial científico e intelectual revolucionario de que
disponemos.
Mientras no
logremos esa alianza, cada cual seguirá por su lado,
con sus arma, algunas muy melladas por cierto y seremos
solo una tropa dividida por la desconfianza, el dogmatismo, la
apología y el elitismo de algunos que adoptan, desde
sus posiciones de poder, la actitud de defensores
“puros”, mientras consideran a los otros, como unos simples
liberales que quieren regalar el discurso de defensa de la revolución a
sus enemigos.
La Habana, 8 de
septiembre de 2012
Notas:
Notas:
(1) Existen excelentes periodistas como Jorge Gómez, Félix Sautié, Fernando Ravsgber, con cuyos artículos nuestra
prensa ganaría mucho. Sin embargo ninguno es bienvenido en ella. No
pocas veces cuando se publica un artículo de fondo sobre los problemas del
mundo actual, se hace con refritos de artículos de autores
extranjeros, cuando en Cuba sobran quienes puedan publicar sobre esos temas.
Observándose un verdadero divorcio entre la llamada prensa oficial y la
intelectualidad del patio.
(2) Sin dudas hay un problema de personalidad entre los
dos periódicos, que afecta fundamentalmente al periódico de la juventud. Que
ineludiblemente dedica mucho espacio a repetir noticias que no le
correspondería publicar, si ya han aparecido en el órgano oficial del Partido y
muy poco a los problemas de los jóvenes.
(3) No se habla aquí del fenómeno de la proliferación
del CD con programas de todo tipo que circulan en la red nacional. Lo cual
responde a un problema parecido al de la prensa plana, pero en
nuestra televisión, Sumamente criticada y no por falta de recursos, sino de
creatividad.
(4) La
noche del 9 de septiembre del presente año, una parte importante del país quedo
a oscuras y Radio reloj era incapaz de informar a la población que
estaba pasando. Lo cual hace algunos años no ocurría.
Este hombre, dentro de la ideología impuesta en el país, tiene cierto sentido de la realidad de Cuba. Realidad, que aunque no se quiera ver, es consecuencia de una revolución fracasada, que por empecinamiento de sus carcamales dirigentes, sigue lacerando al pueblo y aislandolo cada día más, del exterior,y no es justo.-
ResponderEliminarMe duele ser tan critico, pero estoy convencido, que mi gente piensa de forma distinta a como se manifiesta; quiere libertad a todos
los niveles, pero por miedo,solo se explaya en " pequeño comité " .
De todas formas, felicito a este hombre, porque,de alguna manera, deja entrever,lo que todos deseamos,DEMOCRACIA EN LIBERTAD,con.-
sedimento o no REVOLUCIONARIO