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sábado, 2 de julio de 2016

La verdad cruda sobre la prensa y los periodistas en Cuba



Integrante del Comité Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y subdirectora del periódico Granma.
Supuesta intervención de Karina Marrón* en el VI Pleno de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) 

En un encuentro que hicimos en el Instituto de Periodismo con jóvenes de todas partes del país, si una cosa nos alegraba a nosotros fue identificar a otros jóvenes dentro del sector de la prensa que también tenían la intensión de transformar, de cambiar, que tenían las ganas de unir esfuerzos por transformar la realidad y en esa reunión se dijo que hay una intensión marcada en enemistar al Partido Comunista de Cuba con la prensa y nosotros no podemos estar ajenos a ello, pero mientras el Partido y la prensa sigamos mirando para un lado y no para donde tenemos los problemas reales, sigamos viendo las cosas por separado y no como un todo, no vamos a resolver jamás los problemas que llevamos años discutiendo.

Y será Karina entonces la Rosa Miriam quizás de esa época, hablando lo mismo y habrá otras personas como Sergio, diciendo las cosas que viene diciendo Raúl Garcés durante tantos años y otros que tienen más edad que yo entonces serán los que hablarán, y seguiremos repitiendo el ciclo, si con suerte llegamos a repetir el ciclo, y lo que está pasando señores, es que no tenemos tiempo para repetir el ciclo. (Aplausos)

Yo sinceramente creo que nosotros lo que tenemos que ver cuando los jóvenes se nos van de los medios, es sencillamente que tenemos en los jóvenes la expresión de la sociedad que tenemos hoy, y es lo que decía Iramis: No podemos ver el asunto como un problema puramente económico, hay un problema profesional de fondo, porque esos jóvenes que eligieron la carrera de periodismo, no eligieron hacer propaganda, publicidad, no eligieron sencillamente quedarse callados y al margen porque si no hubieran escogido otra profesión. Pero también tenemos muchos jóvenes en las aulas que cuando se gradúan salen tan desencantados que llegan a los medios, no sé ni con qué intensión, porque a veces uno les da la oportunidad de hacer cosas, de transformar, de trabajar, y no les interesa, no les importa absolutamente nada. ¿Por qué? Porque es de esa misma generación de jóvenes desconectados a los cuales sencillamente no les llegamos en otras etapas de su vida y ahora no podemos pretender que no les interese la ropa, los tacones, los zapatos, cómo acceder a Internet o tener 50 o 70 CUC, no para mantener su casa como si sabemos que hay algunos en nuestros medios que colaboran con tal de poder pagar un alquiler.

Son jóvenes que lo hacen para mantener ciertos y determinados estándares de vida y que en el fondo usted puede ver que no está mal, pero ahí entra lo que decía Darío Machado, y es ese espíritu de consumo que hemos establecido en nuestra sociedad que es parte también de todas estas carencias materiales que hemos acumulado durante años.

Entonces yo lo que creo es que nosotros no podemos ver única y exclusivamente la cosa como que la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) tiene que esforzarse porque los jóvenes se sientan atraídos por la organización, porque al final, si la UPEC no tiene ningún poder de decisión, si la UPEC no tiene ninguna fuerza, si se desgasta hablando los mismos problemas de congreso en congreso, entonces para qué yo quiero pertenecer a esa organización, para qué me interesa, para qué me importa, qué estoy cambiando, qué estoy transformando.

Al final lo único que uno tiene en la vida es su tiempo, lo que uno está poniendo en el frente de batalla es su vida, sus años, su dedicación y su sacrificio, y eso se hace por un ideal, se hace por amor, pero hay quien sencillamente decide que no está dispuesto a hacerlo porque no confía en ese futuro, porque no ve que haya posibilidades de cambiarlo y lo triste es que en ese bando de los que hoy están colaborando fuera hay jóvenes que apuestan por eso por diferentes razones, porque creen que ahí van a tener su realización profesional y nos duele que no la vean del lado nuestro o que no intenten cambiar las cosas del lado nuestro, o lo hacen por las motivaciones económicas que ya hablamos pero no es nunca un único motivo, y eso es lo que nosotros no podemos perder de vista, e insisto, si seguimos mirando para el lado no vamos a ver nunca la pedrada que nos van a dar en el justo lugar donde nos van a matar. Respuestas no tengo.

En Granma (periódico) hay un grupo de jóvenes que estamos haciendo lo posible por seguir remando, no sabemos si vamos a llegar realmente a puerto seguro en un momento determinado, pero hay jóvenes que quieren seguir echando a navegar el yate y yo estoy convencida, porque los conozco a muchos de ellos, que hay muchos en varios lugares del país que también están haciendo lo mismo.

Entonces, yo los invito a todos a unir fuerzas para eso, pero sobre todo a que quienes deciden no expresen dobles discursos, a que quienes deciden cuando se enfrenten a este escenario de gente que sabe lo que vive cada día en las redacciones, en la radio, en la televisión, en el más mínimo lugar de este país donde hay un periodista intentando defender esta sociedad que somos todos, esa gente que quizás no tiene esa cultura excelsa para entender todos los escenarios de fenómenos, pero hay un periodista que sencillamente sabe que defendiendo esa institucionalidad de la que hablaba Garcés, está defendiendo esta Revolución y puede quizás transformar la mente de alguien.

Eso nosotros tenemos que cuidarlo, tenemos que defenderlo y a esa gente nosotros no podemos irrespetarla, hablándole de cosas de las que uno sabe que no ocurren de esa manera y prometiéndole cosas que después no se van a cumplir, entonces, yo creo que este es un debate que no podemos seguir teniendo entre nosotros mismos y mirándonos las caras y diciéndonos lo mismo unos a los otros y engañándonos una y otra vez porque no hay tiempo.

Se está armando una tormenta tan perfecta y lo discutíamos ayer en la redacción, este fenómeno de la reducción del combustible, de la reducción de la energía, señores este país no aguanta otro 93´, otro 94´, si no queremos ver protestas en la calle y no hay un Fidel para salir al malecón, o por lo menos hasta ahora no ha habido una figura en este país que le de la cara a este pueblo para explicarle las cosas como están sucediendo hoy con esta situación, y va a ser muy difícil de enfrentar y con la prensa la situación en la que tenemos hoy nos vamos a quedar dados.

Ya Ravsberg (Fernando Ravsberg, periodista uruguayo radicado en Cuba, ex corresponsal de BBC Mundo en La Habana. Administrador del blog (cartasdesdecuba.com) ayer estaba hablando de estas reducciones de combustible, como nos pasa muchas veces que hay quien sencillamente hace proyectos y cosas, acepta dinero y lo hace a veces queriendo mirar para otro lado.

Yo llamo la atención sobre esto porque estamos en una circunstancia en que el 2018 está a las puertas y todo se está apostando por esa fecha, y todo se está haciendo para que esa tormenta llegue allí en las peores circunstancias para este país, entonces no es un momento para dudar, no es un momento para titubear, no es un momento para prestarles nuestras fuerzas, nuestras ideas a algo que no funciona y por eso muchas veces nuestros jóvenes se van, y por eso muchas veces nuestros jóvenes no están en las redacciones aun cuando haya gente que todavía sigue confiando y sigue tratando de hacer el periodismo de todos los días. (Aplausos)

* (Este texto no aparece confirmado como de autoría de la periodista; ni se ha publicado en su sitio personal)

Fuente: Kokacub@

Relacionados: 

*Los ejes de una verdad compartida

*La comunicación en los destinos del país

sábado, 10 de enero de 2015

Ha muerto Fidel Castro, pero...




Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeagua@cultstgo.cult.cu

"Ha muerto Fidel Castro, el rumor  corre de casa en casa, pon el televisor a las 12 de hoy viernes, hay una conferencia de prensa donde el gobierno cubano informará sobre el asunto. La gente de a pie se pone ante la tele, espera,  todo normal, no sucede lo anunciado por Radio Bemba, entonces viene la duda. Nos cogieron para eso, dijo un muchacho de esos que andan con el celular a la vista de todos, como si se tratará de una mujer amada de la que no se puede separar y le dice todo, lo que es verdad y mentira". 


Una persona especial, amiga de Cuba, me dijo en las redes sociales, hay una conferencia de prensa para anunciar algo impactante, supongo que lo sabes, ¿estás al tanto?” De un tirón lo leí todo, o casi todo, una noticia había circulado en las redes sociales y medios “importantes” se habían ido con la de trapo: “Ha muerto Fidel Castro”, pero olvidaron su último apellido, “Odinga”, ni siquiera era cubano, lo único que lo relacionaba con el Fidel de la isla era el nombre y apellido puestos por su padre en homenaje al Comandante en Jefe de la Revolución Cubana. El fallecido era keniano. Su deceso se produjo el domingo. 


Medios como Al Jaseera, BBC y la célebre Wikipedia lo colocaron en sus formatos de información, sin contrastar fuentes, ni verificar qué era lo real ante los ojos de periodistas “bien entrenados” para identificar conejos, donde aparentemente se sirve carne de gato.  Cenaron las siete vidas del pequeño felino; olvidaron que Fidel Castro Ruz vive tranquilamente en Cuba, ama las plantaciones de moringa y escribe sus memorias. 


Analistas mal intencionados se dieron cuenta enseguida de la tajada a la vista e hicieron una valoración crítica de la agenda del presidente Raúl Castro en los últimos días del 2014. Concluyeron que Fidel no estuvo presente en momentos cumbres de la política insular como: 


1. el recibimiento a los tres héroes

2. no se pronunció sobre el restablecimiento de las relaciones Cuba-Estados Unidos.

3. celebró el aniversario de la Revolución visitando cementerios.

4. Santa Ifigenia en Santiago de Cuba está en proceso de reparación, por algo importante será….


Apreciemos en detalle cada uno de los elementos señalados. En el caso del primero, Fidel prepara a los cubanos para una vida futura donde no estará físicamente;  el ciudadano de a pie no puede seguir creyendo que su LÍDER tiene el don de la ubicuidad; en el segundo, es un mérito de la diplomacia cubana dirigida por Raúl Castro; el líder de la Revolución lo sabe y no considera prudente hacer declaraciones porque el timón del país no está ya en sus manos. Sobre el tercero, es bueno recordar que Santiago de Cuba se engalana para celebrar por todo lo alto el aniversario 500 de su fundación, así que nada mejor que vestir con las mejores galas una obra monumental donde están enterrados los padres fundadores de la libertad e independencia de la isla. 


Ha muerto Fidel Castro es la noticia, pero el que se apedillaba Odinga. Los que se fueron con la bola fuera de zona, es bueno recordarles que según reza la cultura popular cubana, lo sucedido sirve para darle mayor vitalidad al máximo líder. Así que se poncharon una vez más.

martes, 1 de julio de 2014

¿Periodistas cubanos autocensurados vs Blogueros incendiarios?

Los periodistas cubanos necesitan la audacia de los blogueros que caminan sin pedir permiso.
Por Fernando Ravsberg. (http://cartasdesdecuba.com)
 
Hace unos días me reuní con dos destacados blogueros y un periodista de la prensa oficial. En la conversación saltaron chispas a pesar de que pertenecían a la misma generación y coincidían sobre los cambios que requiere el periodismo nacional.

 
El debate me sorprendió por la carga de reproches mutuos. De una parte se cuestionaba el silencio de la prensa sobre los temas de más interés y de la otra se ponía en duda lo oportuno de publicar post con noticias “incendiarias”.

 
Recordé una diatriba contra los blogueros escrita recientemente por un colega cubano. Son “un lanzallamas que calcina aquello mismo que procura mejorar”, sentenciaba uno de los artífices del periodismo que hoy existe en Cuba.

 
Trató de ser aplastante, asegurando que “cierta crítica de hoy, particularmente en la blogosfera, aturde, porque se caracteriza por la estridencia, que en términos estilísticos se refiere a la brusquedad de las palabras y al tremendismo del tono”.

 
Dicen que siempre es más fácil escupir para abajo, será por eso que quienes hoy atacan a los blogueros nunca escribieron un artículo criticando la censura que convirtió a la prensa cubana en un autómata incapaz de dar un paso sin permiso de “arriba”.

 
Hasta el Presidente Raúl Castro critica públicamente el contenido acrítico y aplaudidor del periodismo nacional. La gente en la calle se burla diciendo que la comida solo aparece en las noticias de la TV y el cine nos hacer reír con el corto “Tormenta de Ideas”.

 
De ese “estilo” poco pueden aprender los blogueros y los periodistas más jóvenes. Decía Alfredo Guevara que uno de los grandes problemas del periodismo es que las nuevas generaciones no tienen paradigmas que seguir.

 
Pero esa misma crisis de modelo brinda la oportunidad de crear algo nuevo, en un momento donde todo el mundo está cambiando en busca de lenguajes adaptados a las nuevas tecnologías y a las características del ser humano del siglo XXI.

 
Tratar de sembrar la división entre periodistas y blogueros va contra la fusión que se produce en el ciberespacio. Inevitablemente, los profesionales conviviremos con el periodismo ciudadano y en nuestras manos está convertir el reto en oportunidad.

 
Los jóvenes que bregan por hacer un mejor periodismo deberían aplaudir la presión que genera la blogosfera sobre los directores de sus medios. Hablando sobre los temas que la prensa calla, convierten la censura en una herramienta tan ineficiente como arcaica.

 
Pero los blogueros deben ser conscientes de que la batalla decisiva por informar mejor a la nación la llevan adelante los periodistas. Ellos son los que están dentro los medios –radio, tv y periódicos- que llegan al grueso de la ciudadanía.

 
Tampoco sería justo establecer una división entre comunicadores jóvenes y viejos porque en los dos grupos encontraremos gente mirando hacia el futuro y algunos tratando de pisar sobre la huella que dejaron otros para evitar los riesgos del campo minado.

 
Pero si de mirar el pasado se trata hay mucho que aprender del pensamiento crítico de Julio García Luis. Cuánto se podría haber avanzado si en los años 90 se le hubiera escuchado en vez de marginarlo de la dirección de la Unión de Periodistas.

 
Se trata de dejar de actuar como bomberos temerosos de cada chispa que salta y hacer florecer un nuevo periodismo en el que haya espacio para todos, donde José Martí y Julio García Luis sean referentes de valentía personal y agudeza profesional.

 
Quienes inicien ese camino se equivocarán, por supuesto. La prensa seguirá hablando menos de la cuenta mientras se libera de sus demonios y los blogueros a veces meterán la pata, en tanto aprenden un oficio para el cual la mejor formación viene del ejercicio.
Algunos blogueros destacan ya como comunicadores brillantes y entre los periodistas existen excelentes blogueros. Al ciudadano la blogosfera le da voz y a los profesionales de la prensa nos abre un espacio que nunca nos habían dado los medios.

 
Nuestro continente cuenta entre sus mejores periodista con Gabriel García Márquez y Eduardo Galeano. Ellos fueron los “intrusos” del siglo XX y demostraron que el buen periodismo necesita más de la audacia y el talento que de los títulos y los doctorados.
Se trata de dejar de actuar como bomberos temerosos de cada chispa que salta y hacer florecer un nuevo periodismo en el que haya espacio para todos, donde José Martí y Julio García Luis sean referentes de valentía personal y agudeza profesional.

 
Quienes inicien ese camino se equivocarán, por supuesto. La prensa seguirá hablando menos de la cuenta mientras se libera de sus demonios y los blogueros a veces meterán la pata, en tanto aprenden un oficio para el cual la mejor formación viene del ejercicio.
Algunos blogueros destacan ya como comunicadores brillantes y entre los periodistas existen excelentes blogueros. Al ciudadano la blogosfera le da voz y a los profesionales de la prensa nos abre un espacio que nunca nos habían dado los medios.

 
Nuestro continente cuenta entre sus mejores periodista con Gabriel García Márquez y Eduardo Galeano. Ellos fueron los “intrusos” del siglo XX y demostraron que el buen periodismo necesita más de la audacia y el talento que de los títulos y los doctorados.

lunes, 30 de junio de 2014

Más allá del síndrome de plaza sitiada: ¿qué prensa hace falta en Cuba hoy?


Entrevista a Raúl Garcés, Decano de la Fac. de Periodismo de la Univ. de La Habana (Fuente: http://www.cubasi.cu/cubasi-noticias-cuba-mundo-ultima-hora/item/27256-periodismo-joven-cubano-%C2%BFquo-vadis)
El pueblo, sigue necesitando reconocerse en los medios de comunicación y solo de esta manera nuestra prensa saldrá de una crisis que no termina por decreto y lograremos que los jóvenes periodistas quieran también defender su profesión desde los medios.


Rosa Fernández / Cubasi: ¿Cambios?
 

Raúl Garcés Corra (Decano de la Facultad de Comunicación de la UH): El cambio más importante que se ha visto en los medios luego del Congreso de la UPEC, ha sido generar un movimiento en la red que contribuya a articular un discurso mucho más maduro, acertado, auto reflexivo, en torno a esta práctica profesional y ya eso es un gran adelanto. 

Todo retroceso es cruel, pero ningún proceso de cambio se construye sobre la base de la certeza. El cambio se construye todos los días y depende de nuestras fuerzas y de las fuerzas que están pugnando, compitiendo, entrelazándose dentro de un contexto social, para hacer muchos cambios. Hay muchas mediaciones que pueden conspirar para retrasar o catalizar el cambio.
 

En la medida que el diseño de nuestra sociedad y en la medida que el diseño de nuestro socialismo sea más permisible, en el sentido que sea más consistente, que  implique un cambio estructural mucho más asentado, la prensa participativa a la que nosotros aspiramos, la prensa que queremos se convierta en una plataforma de discusión, será también más consistente y será un modelo de comunicación más acertado.
 

Yo veo señales de que este cambio es consistente. Yo veo señales de que este cambio tiene posibilidad de echar raíces, porque somos otra sociedad, porque ha cambiado todo, ha cambiado la audiencia (puede que nosotros no digamos algo y que lo diga al día siguiente un blog o que todos se lo intercambien a través de las redes sociales o por memorias flash).
 

Ha cambiado también el emisor, hoy el emisor puede ser el receptor y el receptor puede ser el emisor. Ha cambiado también la manera de construir el mensaje que es cada vez menos mediático y tiene que ver más con una visión integrada, más multimedial pues depende de la integración de todos los mensajes en nuevas plataformas.
 

En este contexto en que estamos, en un contexto donde también está ocurriendo un cambio social y económico yo creo que el país se da cuenta de que necesita un sistema de comunicación que sea mucho más funcional y en ese sentido creo que se pueda avanzar en cambios mucho más consistentes que los que se han generado hasta el momento.
 

Rosa Fernández / Cubasi: ¿Qué no se ha logrado?
 

Raúl Garcés: Que todo eso se revierta en una mejor prensa. Hay señales de que puede hacerse, a partir de un mayor respaldo de las fuentes, de la batalla contra el secretismo, de la evidente aparición de espacios que tienden a abrirle oportunidad a la polémica. En los espacios de debate público, en el lapso de una hora se pueden recibir 40 o 50 llamadas como expresión de que las personas confían en la prensa como una plataforma de discusión y solución de la realidad -hasta donde le corresponde-, pues como diría Martí refiriéndose a la misión de la prensa en el periódico Patria, “a la prensa lo que le corresponde es alertar y aconsejar”.
 

Debemos ver cómo convertir todo esto en una cultura comunicacional, mucho más propensa al cambio, a un periodismo mucho más cercano a la voz de la opinión pública, más heterogéneo en cuanto al tipo de entrevista, al contraste de las fuentes, pero en todo caso eso es un proceso gradual. Debemos aspirar a un sistema de prensa donde haya un parecido entre la sociedad que somos y la sociedad que reflejamos. Nosotros somos un país simpático que no puede darse el lujo de tener una prensa aburrida. Somos un país donde todo el mundo habla de todo, que no puede darse el lujo de que solo algunos hablen de algo.
 

Hay que buscar una prensa que responda también a nuestra idiosincrasia. Necesitamos generar una prensa que sea contra hegemónica, que tenga una prevalencia del papel del Estado y su administración y su gerencia,  sin excluir otras formas de gestión en forma de propiedad que están emergiendo.
 
Existen diversas características que son emergentes en la sociedad cubana que seguramente tendrán su expresión en un sistema de comunicación. Probablemente hace 30 años hubiera dicho características ideales de un modelo de prensa que no son las que digo hoy.
 

Las condiciones ideales van cambiando porque lo ideal no existe, es una construcción y depende de nosotros.
 

Rosa Fernández / Cubasi: ¿Cómo debe ser la prensa cubana?
 

Raúl Garcés: La prensa cubana tiene que ser una plataforma de discusión de un proyecto de país. La prensa  que queremos tiene que tener tanto información como polémica, en medio de nuestras condiciones, que son muy difíciles, de confrontación ideológica, por el síndrome de plaza sitiada que hemos acumulado a través de los años a costa del enfrentamiento al peor enemigo que se puede tener.
 

En medio de condiciones muy difíciles, de infraestructura precaria, falta de dinero para la producción- pues la prensa precisa una buena inversión poligráfica- se han abierto muchas posibilidades a través de la prensa digital, a través de las redes sociales, a través de otros espacios, para lograr una comunicación mucho más plural y que sea mucho más cercana a los intereses de todos.
 

Rosa Fernández / Cubasi: ¿Ley de prensa?
 

Raúl Garcés: Las leyes no solo deben basarse en criterios excesivamente leguleyos- sin sentido peyorativo- todo lo  contrario, sino a una interpretación jurídica de un contexto. Entonces, ¿en qué nos puede ayudar una ley? En proveernos de un marco jurídico que ayude a regular la relación entre fuente y medios de prensa, entre fuentes y periodistas, entre ciudadanos y periodistas, entre ciudadanos y directivos y en veinte cosas más, pero una ley por sí sola no cambia la sociedad. Hay determinadas circunstancias y mediaciones que retrasan o no el cumplimiento de una ley.
 

Además de una ley nosotros tenemos que dar la batalla por otra cultura comunicacional que involucre a toda la sociedad, que involucre a la opinión pública y que la convierta cada vez más en una ciudadanía activa, una ciudanía que es capaz de reclamar sus derechos, que es capaz de exigirle a la prensa que dé respuestas a sus demandas, que es capaz de participar en el debate en torno al proyecto de país que soñamos.
 

Una prensa que sea cada día más profesional, que sea capaz de ser protagonista de una producción comunicativa que refleje los intereses de la sociedad.
 

Al mismo tiempo los servidores públicos deben ser conscientes de que tiene que rendir cuentas desde sus cargos. A estas personas quizás haya que prepararlas para enfrentarse a una entrevista. No hay porqué pensar que todo el mundo tiene competencias comunicativas para enfrentarse a la prensa y lejos de burlarnos de estas personas, que no es el objetivo de un sistema como el nuestro y de un tipo de periodismo que está lejos de ser sensacionalista, hay que capacitarlos y hay que prepararlos para que su voz sea proyectada de la manera más argumentada y más convincente y puedan presentar un discurso a la sociedad que sea consistente y que ayude- no que haga daño- que ayude la sociedad a que avance.
 

Rosa Fernández / Cubasi: ¿Blogs, internet, redes sociales…?
 

Raúl Garcés: Ver las redes sociales como una exclusión, es un error. Cada día me convenzo más que mi comunicación con un sector generacional importante tiene que existir a través de las redes sociales y no desaprovecho el espacio, porque desaprovecharlo sería suicida.
 

Existen un montón de blogueros y de muchachos en las redes sociales, que perfectamente estarían dispuestos a integrarse a un medio de prensa, si tuvieran la oportunidad, de hecho mucho de ellos están integrados.
 

Es un error y más un error político, establecer fracturas, diferencias y  abismos, porque ellos buscan el camino, buscan realizarse profesionalmente y si sienten que en las redes sociales, Twitter, Facebook y blogs, pueden realizarse profesionalmente, van a hacerlo.
Pero si sienten que en los medios de prensa tradicionales, en la prensa, en la radio, la televisión, pueden realizarse profesionalmente, van a hacerlo también. Hay que entenderlo como una evolución natural, no como el resultado de –los jóvenes para un lado y los menos jóvenes para otro- sino, todos, en el camino de construir un sistema de comunicación pública que sea funcional al desarrollo de la sociedad. No solo en las Redes sociales, en todo. Si los muchachos de la Muestra de Jóvenes realizadores creen que su espacio de realización personal está con una cámara en la mano firmando cómo está el transporte público en Cuba, -que lo hagan- y si creen que su  futuro está en hacer documentales, -que lo hagan-, si los muchachos de la FAMCA creen que su futuro está haciendo videos clips en forma de crónica de la realidad,- que lo hagan-.
 

Lo importante es que los jóvenes tengan posibilidad de participar, se sientan participando y sientan que lo que hacen tiene una incidencia en la toma de decisiones y tiene una incidencia en el mejoramiento de la sociedad.
 

Debemos lograr juntar estos medios, -que no sea,  unos de los medios alternativos, otros de los medios tradicionales-. Yo estoy seguro de que si muchos de estos jóvenes tuvieran la posibilidad de ir a la Mesa Redonda, o descubrir el encanto de la  radio, encontrarían  la posibilidad de decir mucho. Yo sueño que Silvio Rodríguez,- que no es periodista- pero es uno de nuestros mejores poetas pueda publicar uno de sus post en un periódico nacional, pues estos son perfectamente compatibles con el propósito de la prensa cubana, de mejorar la sociedad.
 

Yo creo que es un problema cultural, un problema infraestructural, de cómo avanzar a un sistema de comunicación pública que sea capaz de integrar diferentes plataformas, diferentes medios, pero se podría dar , -sobre la base de la calidad de la producción comunicativa-, de su discurso, de su reputación intelectual, de la capacidad de producir discursos suficientemente analíticos, argumentados, serenos, constructivos, que ayuden a mejorar o a construir.

martes, 4 de marzo de 2014

Conversación en Mulgavia*


Por Miguel Luna. caracoldeagua@cultstgo.cult.cu

En una conversación bizantina entre colegas de la prensa uno dijo que los problemas encontrados en la práctica periodística no debían ser publicados en Internet, porque las soluciones no estaban en ese espacio. Otro, tan conservador como su colega,  dijo que las cuestiones domésticas eran para la casa, nada de trapitos al sol, porque las consecuencias no serían buenas para el que se atreviera a salirse de los límites. Nicanor, uno de esos buenos reporteros que todavía prestigian la profesión, replicó que el buen periodismo no puede tener esas fronteras, pues pareceríamos un jardín florido en el ciberespacio donde todo lo que ocurre es color rosa.  

La conversación subió de tono, pero todos llegaron a una conclusión: construir un país virtual, sin parecerse al hombre real era poco creíble, por eso nuestros vacíos informativos lo ocupan medios que no tienen relación con los oficiales. ¿Cómo se las agencian las personas para leerlos?, la pregunta fue unánime, pero sólo uno se atrevió a decir lo que pensaba: el cimarronaje. En los paquetes que semanalmente se venden en los cibercafé caseros vienen todo de tipo de textos, nadie escapa al placer de leerlos y eso no puede controlarse. 

Uno de ellos puso ejemplos de periodistas que escriben críticas sabiamente elaboradas en sus páginas personales en Internet, que influyen sobre elementos decisores del país, y gracias a ellos, se originan cambios de arriba abajo, de mucha intensidad para la solución de los problemas. Pero nuevamente alguien se encargó de recordar que Internet no era para publicar críticas, sino lo positivo de la sociedad. Hacerlo era darle armas al enemigo. El silencio reinó. Cambiar ese modo de escribir llevaría tiempo y mártires, pero: ¿quién se encargaría de poner las cosas en su justo lugar?

Con aquellas dudas en la cabeza, los reporteros concluyeron que mejor sería cumplir lo establecido y esperar que alguien de arriba decidiera por ellos, la vida se vivía una sola vez y no era recomendable saber por dónde entraba el agua al coco, ni porqué la gallina ponía huevos de oro.

*País inventado por el escritor cubano Abel Prieto en su novela Viajes de Miguel Luna. 

miércoles, 17 de julio de 2013

“…me gustaría que hubiera una prensa alternativa, revolucionaria…”

 
"...como no la tenemos, ese papel lo asumen ahora los blogs. A los blogueros jóvenes les deseo que sigan, y que ojalá por su propia cuenta lleguen a ser revolucionarios..."
Entrevista realizada por el blog La Joven Cuba a Fernando Rojas
 
Por: Harold Cárdenas Lema harold.cardenas@umcc.cu
 
¿En qué cree Fernando Rojas?
 
Creo firmemente que uno hace algo por mejorar el entorno, no solo el ámbito familiar o más cercano, sino un entorno que va más allá, las organizaciones en las que militas, el barrio, la ciudad, el país o el mundo en que vivimos. Creo que uno hace algo por todo eso si se aplica a una labor concreta. Yo le dedico todas mis energías a cumplir la responsabilidad que tengo, que no significa dar órdenes sino gestionar cosas.Me veo como un servidor público, una persona que presta un servicio.

 
¿A estas alturas existen prejuicios hacia los artistas e intelectuales del país por parte de algunos funcionarios?

 
Yo creo que sí, los prejuicios existen pero no hay la más mínima comparación con lo que pasaba hace 30 años. La pregunta obliga a profundizar, creo que hoy no existe el prejuicio clásico contra el artista o el intelectual, ni existe el de los años 70 en Cuba tampoco. Hoy existe algún prejuicio sobre todo por la ignorancia acerca de la creación, hay una relación entre esa ignorancia sobre la obra y la reacción errónea que puede tener algún que otro funcionario.

 
El desenlace de la Guerra de los Correos en 2007 fue un ciclo de conferencias por parte de reconocidas figuras de la cultura y la intelectualidad cubana. ¿Por qué a estas solo se podía asistir por invitación?

 
Fue el acuerdo que tomamos el Centro Criterios y nosotros. La primera causa para ello fue que a nosotros nos interesaba que no dejaran de asistir personas que estaban inmersas en la discusión desde los primeros momentos, no solo los que escribieron correos sino también escenarios y sectores de la sociedad que respondieron de manera particular a ello. Era esencial que no dejara de acceder todo aquel que tuvo una participación particular en el tema. Se realizó una sesión con los jóvenes escritores y artistas, muy crítica con las instituciones, como tenía y tiene que ser.

 
La segunda causa era evidentemente de espacio, la demanda sobre el tema era altísima y eso lo demuestra que en estas conferencias se llenaron todos los espacios, no hubo uno que se quedara vacío. Una tercera causa fue que la contrarrevolución tenía puesta la mirada sobre esas conferencias y nosotros no los íbamos a dejar acceder.

 
No le decimos a nadie a dónde tiene que ir pero si aplicamos una lógica usada en el mundo entero y es que la administración se reserva el derecho de admisión.No eran escenarios para discutir con la contrarrevolución ni darle espacio, eso fue causa también de que fuera por invitación. Tampoco fue una imposición, sino un acuerdo con Criterios.

 
En términos de participación y construcción colectiva: ¿remite esto de alguna manera a las reuniones de la Biblioteca Nacional en 1961?

 
Los 3 días de reuniones que en el 1961 dieron pie a lo que se conocería luego como Palabras a los Intelectuales, también fueron por invitación y con una representatividad menor incluso. Era una reunión de la UNEAC en la que Fidel participó y luego tuvo esa significación, pero lo ocurrido en 2007 tuvo un mayor nivel de participación indudablemente.
La participación no se logra haciendo las conferencias en el Carlos Marx sino teniendo muchos más espacios. Lograr que ese espacio de reflexión que ocurrió luego de la Guerra de los Correos, sea un espacio cotidiano. Necesitamos muchos más espacios de este tipo, porque es una necesidad y hay suficientes instituciones culturales con prestigio para ello. Es una asignatura pendiente de la política cultural cubana.

 
Si la demanda sobre las conferencias era altísima: ¿porqué estos acontecimientos estuvieron ajenos a los medios masivos de comunicación?

 
Se publicó un libro que se vendió completamente en la Feria del Libro de ese año y después. En los medios sale la nota en Granma y hubo breves reseñas en algunos medios impresos…Se publicó toda la información en diversos medios digitales.

 
Cierto, pero ¿por qué no se filmaron las conferencias y se exhibieron en la TV para que llegara a un público más amplio? Hemos hecho cosas así por mucho menos que eso.
Debo aclarar que la televisión era parte interesada en el asunto, fue allí donde se realizaron aquellos programas y fue a ella a quien más se atacó por ello. Pudieran haber sido más proactivos pero también comprendo que haya compañeros que no se hayan sentido cómodos, incluso alguno puede haberse sentido ofendido.

 
Como mismo entiendo tu punto de que debió haberse hecho un trabajo de divulgación mayor, entiendo que algunos compañeros debieron haberse sentido muy mal con las cosas que se escribieron por correo. Entiendo las dos cosas. Pero coincido, si el asunto comenzó por la televisión,quizá el desenlace también debió haber sido reflejado por ese medio.

 
¿Qué experiencias nos dejó la Guerra de los Correos?

 
Las circunstancias revelaron las profundas huellas negativas que quedaban en nuestro sector por los acontecimientos y los hechos de una parte de la política cultural de los años 70. Se reveló mucha ignorancia, personas que debían conocer determinados asuntos no tenían ni idea al respecto. Se hizo evidente el hambre de debate, discusión y análisis. Algo por lo que hay que alegrarse.

 
La línea de discusión nos remite inevitablemente al eufemístico Quinquenio Gris: ¿cree usted que los errores cometidos en el Congreso de Educación y Cultura de 1971 estaban refrendados por la opinión pública nacional o era la visión aberrada de algunos funcionarios?

 
El Congreso no iba a ser sobre cultura, Fernando Martínez Heredia lo mencionó recientemente, cómo le colgaron a última hora el cartelito de “cultura”, hubo gente que se sorprendió en las propias salas en que estaban discutiendo. Era un momento de mucha incomodidad por los ataques a Cuba por parte de sectores de la intelectualidad europea, injustificados en su mayoría y bien utilizados por nuestros adversarios. Y en tercer lugar fue una gran oportunidad para el clásico prejuicio anti-intelectual.

 
No todos los funcionarios del sector cultural en aquel momento tenían el nivel adecuado, sus puestos requerían de un nivel que no estaba a su alcance, creo también que se utilizó esa circunstancia para resolver rencillas y envidias personales. En otras secciones del Congreso como la dedicada a los jóvenes se cometieron errores que van incluso más allá de la política cultural, porque llegaron al ataque de las religiones afrocubanas, algo peligrosísimo y anti-cultural por definición que afectaba también a gente muy humilde. Así era el ambiente de la época.

 
Si la Revolución quiere ser mejor tiene que asumir sus propios errores. Es muy importante que aquellas lamentables experiencias no se repitan. Creo que se ha rectificado con creces. Desde hace mucho tiempo promovemos toda la diversidad de la producción intelectual cubana. Hemos avanzado bastante en la promoción de la parte de esa producción que se realiza fuera del país.

 
¿Por qué cuando ocurrió el desenlace de la Guerra de los Correos y se analizó el Quinquenio Gris no se tuvo en cuenta también la visión de los decisores? ¿Nadie se preguntó qué línea de pensamiento lo llevó a tomar tales medidas, no deberíamos aprender de ello para no repetir la experiencia?

 
Yo creo que no tenían ya nada que decir pero no había pensado en ello y resulta una pregunta interesante. Hay quienes piensan que lo ocurrido en el 2007 con la aparición de estas personas en la TV fue algo intencionado, yo me inclino a pensar que fue un accidente. Al mismo tiempo, se reveló cuán inconveniente puede ser un manejo inadecuado de asuntos sensibles, que pueden lastimar injustamente a gente muy valiosa.
(Quizás un epílogo a esta entrevista pudiera ser publicar pronto una entrevista que Armando Quesada me concediera en abril del 2010 y donde dice mucho de sus experiencias como decisor en la arena cultural. Viene siendo hora de sacar esa otra entrevista del “refrigerador”)

 
Abordando una línea más actual: ¿hacia dónde se mueve la cultura cubana: la banalidad o el enriquecimiento?

 
Habría que separar dos cosas: la producción cultural y el consumo cultural. Yo creo que nosotros desde finales de los años 80 y de manera ininterrumpida vivimos un proceso de diversificación, enriquecimiento y acumulación de una obra muy amplia y diversa. Así es la producción artística y literaria de los cubanos donde quiera que estén, no solo de los que viven aquí. Pudiéramos sentirnos insatisfechos por razones de financiamiento o por no ser lo suficientemente eficaces, a veces no sabemos programar bien o no usamos adecuadamente los medios de comunicación masivos.

 
Ya el consumo es otra historia, hay zonas de la recepción y el consumo que presentan evidentes retrocesos. Algunos de esos retrocesos comenzaron en períodos anteriores a este pero estamos en una época en que cada vez se hace más evidente. Esto tiene que ver en primer lugar con nuestras ineficiencias para promover toda esa obra que mencionaba anteriormente, tiene que ver con los medios, la educación, el panorama de la sociedad actual cubana y los aparatos de crítica cultural que actualmente son muy complacientes.

 
¿Qué opinión le merece el reggaetón?

 
No me gusta, pero personas estudiosas a las que le he preguntado al respecto me han dicho que en la base de ese género hay valores culturales de esta parte del mundo. Confieso que no me gusta pero debemos estar dispuestos a entendernos seriamente con él, y a aceptarlo y aún promoverlo. Eso sí, me rebelo ante la grosería, la falta de respeto a la mujer y la promoción de una imagen del cubano que lo demerita. Eso no es imprescindible para disfrutar una música así.

 
¿Cuál es su mirada sobre la experiencia de La Rotilla y el desenlace que tuvo?

 
Es importante decir la verdad al respecto porque las opiniones se han dado de manera muy sesgada, se ha especulado desde todas las posiciones ideológicas. Las personas que organizaban el evento recibían un financiamiento externo y se han mencionado evidencias de que este formaba parte del conjunto de acciones que se realizan para subvertir el orden constitucional en Cuba. Pero es absolutamente cierto que con ese argumento no se procedió nunca para nada que tuviera que ver con ese evento, eso no tuvo nada que ver con el desenlace.

 
En algún momento a las instituciones culturales les pareció mal que los organizadores no tuvieran el amparo de las instituciones y en el año 2010 se produjo un acercamiento entre ellos y las instituciones. Nosotros fijamos un grupo de criterios entonces que consideramos esenciales para ese convenio mutuo, y de los compromisos que tocaban a ambas partes, las instituciones cumplieron con los suyos y los organizadores no. Entonces se interrumpió el diálogo sin que en esto influyera ningún prejuicio, fue simplemente un tema de organización.

 
Al ocurrir esto decidimos hacer un festival con otro nombre (Verano en Jibacoa) y es lo que hemos hecho en los últimos años porque nos parecía que la demanda juvenil de realización de ese festival debía ser satisfecha. Nunca hemos perdido el interés de conversar con los organizadores del festival pero en el 2012 ellos dieron un paso consciente que los aleja de una manera que aunque no sea definitiva, dificulta mucho resolver nuestro diferendo a más corto plazo, porque se fueron a Miami con los enemigos tradicionales de la Revolución, a denostar de las instituciones cubanas.

 
¿Qué papel cumplen los blogs actualmente en el país?

 
Son actualmente la prensa alternativa que necesitamos, al menos en embrión. A mí me gustaría que hubiera una prensa alternativa, revolucionaria, socialista, comunista, etc. Y como no la tenemos, ese papel lo asumen ahora los blogs. A los blogueros jóvenes les deseo que sigan, y que ojalá por su propia cuenta lleguen a ser revolucionarios, no a cuenta de ninguno de nosotros.

 
Hasta aquí las preguntas más “formales”, quisiéramos terminar con el famoso cuestionario que elaborara Bernard Pívot, a ver si nos muestra algo de quién es Fernando Rojas. Estas son las preguntas:

 
¿Cuál es tu palabra favorita? Decencia

 
¿Cuál es la palabra que menos te gusta? Envidia

 
¿Qué es lo que te enciende (espiritualmente-emocionalmente)? Las situaciones difíciles

 
¿Qué es lo que te desanima?La indiferencia

 
¿Cuál es el sonido o ruido que más placer te produce? La música de Santiago Feliú

 
¿Cuál es el sonido o ruido que aborreces escuchar? El reggaetón

 
Aparte de tu profesión ¿qué otra profesión te hubiese gustado ejercer? Periodista

 
¿Qué profesión nunca ejercerías? Médico

 
Si el Cielo existe…y te encontraras a Dios en la puerta ¿Qué te gustaría que Dios te dijera al llegar? Entra mijo…

viernes, 28 de septiembre de 2012

Una prensa que en verdad no parece cubana


"(...) una prensa que en verdad no parece cubana. Demasiado esquemática, secretista, insípida. No tiene  casi nada que ver con la idiosincrasia del cubano  que se ríe hasta de sus propias desgracias..."

Publicado originalmente con el título: Algunos retos de la prensa cubana

Por Esteban Morales. Unión de Escritores y Artistas Cubanos (UNEAC) 

Todo parece indicar que ya hay dos prensas en Cuba. La que algunos pretenden que todos leamos y otra, al alcance solo de un 10% de la población, pero cuyos resultados se retransmiten por medio de “radio bemba”, que como diría el propio  Raúl  Castro en una ocasión, trasmite mejor que el Instituto Cubano de Radio y Televisión. Solo que desde que el Cro. Raúl  Castro dijo eso, hasta hoy, ya existen  el correo electrónico e internet,  que resultan  medios  muy eficientes  para hacer  circular la información que nuestra prensa aun  no se atreve a publicar. (1)
 
La primera, la prensa escrita, que tiene dos periódicos principales nacionales,    muchas veces lo que hacen es duplicar las noticias, que bastaría con sacarlas en uno de ellos.(2) Una prensa, que el pueblo compra todos los días,  con la esperanza de ver  reflejadas de manera  abierta,  fresca  y  franca, tanto los principales acontecimientos y especialmente  sus preocupaciones. O sea,  lo que todo el mundo habla en la calle. Qué pasa con la corrupción; donde está el cable; cuándo la agricultura va a dar resultados satisfactorios para que bajen los precios; cuándo se  darán los cambios en  las regulaciones migratorias algo tan prometido; cuándo conoceremos  el texto de la ley tributaria; qué pasará con el cúmulo de opiniones negativas que existen sobre las más recientes regulaciones aduanales,  etc. 

Se trata de una prensa que en verdad no parece cubana. Demasiado esquemática, secretista, insípida. No tiene  casi nada que ver con la idiosincrasia del cubano  que se ríe hasta de sus propias desgracias;  una prensa que con tal de sacar lo negativo de Estados Unidos, pone a veces en primera plana noticias de ese país, que no la  reflejaría   ni en  su  décima página el U.S.A Today,  el periódico más popular en los Estados Unidos.
Sin dudas, últimamente, se nota que nuestra  prensa hace un esfuerzo,  pero está muy lejos aún de satisfacer las expectativas del ciudadano medio. Ello se  observa  en alguna medida en  la sección de los viernes de Granma y  con  algunos artículos publicados esporádicamente. El anunciado congreso de la UPEC inevitablemente tendrá que tomar el “toro por los cuernos”, si es que de verdad queremos lograr una prensa acorde con los tiempos que estamos viviendo. Una prensa que se convierta en instrumento eficaz para la crítica,  el perfeccionamiento del modelo económico y el cambio de mentalidad que se ha pedido por la máxima dirección del país.
Pero no obstante, haber modestos avances, es lamentable ver, cómo nuestros periódicos nacionales  van perdiendo adeptos. La población los  compra  casi por inercia, o porque no hay otros, esperando encontrar en ellos algún día sus inquietudes o aquello sobre lo que desea saber e informarse. No es para dudar, que  con una prensa  así,  las batallas a librar están pérdidas de antemano, por las razones siguientes: 
- La población termina por cansarse de leer una prensa que no refleja nuestras realidades, ni  con amplitud lo que  está pasando. 
- La separación entre lo que esa prensa refleja y la realidad introduce la desconfianza.
- El ciudadano se mueve buscando otras alternativas para informarse mejor. Lo cual es muy peligroso. 
- El ciudadano apela a la radio nacional,  que siempre es más espontánea.  De ahí pasa a las emisoras extranjeras que nos rodean, alguna de las cuales transmiten incluso  en español,  estando  muchas de ellas  diseñadas para  intentar que sean  escuchadas en Cuba. La peor de las cuales es la mal llamada Radio Martí. (3)

- Se va generando una mentalidad que busca afuera la información que debiera recibir adentro. Regalando muchas veces la inmediatez de las noticias e informaciones. (4)
- El ciudadano se hace  entonces más sensible a las llamadas bolas y a las distorsiones de la información. 
Una sociedad, que en medio de la revolución de la información,   regala los oídos y ojos  de sus ciudadanos no sobrevive. Recuperar la confianza del pueblo  se va tornando  muy difícil. Porque la población reacciona ante la ausencia o calidad  de  la información, como ante algo que le pertenece, que debe recibir  y  que alguien le está robando  o está tomándose la atribución de negarle. 
Ese es un sentimiento que peligrosamente  ya va ganando espacio entre nosotros. Legítimo por demás, porque ha sido la propia  máxima dirección del país, la que ha criticado a la prensa, hablando de sus deficiencias y entre ellas, del secretismo. Ha sido el propio Presidente, el que ha abierto los  canales  de la crítica y ha presionado para que la prensa partidaria le  acompañe. Pero no se produce el cambio y la gente espera cada vez más impacientemente, por lo que no acaba de llegar. 
Sin embargo, una nutrida  intelectualidad revolucionaria  encuentra  espacio en la intranet y  en internet y aunque los que tienen  posibilidades de acceder a ese medio son pocos aun, sus artículos y comentarios, se divulgan internamente a través de los correos electrónicos y llegan a una cantidad de personas mayor que la que se puede suponer. Pero lamentablemente, internet se beneficia de ello, rebotando hacia Cuba las informaciones y comentarios  que el propio país debiera reflejar. Ese es el daño que nos hace el “exceso de celo” con internet, que es más dañino que el propio daño que internet pudiera hacernos. Dentro de este  mundo en que vivimos, para lograr sobrevivir,  es una exigencia  afrontar  los riesgos de estar dentro del.
¿Cómo lograr invertir esa ecuación, donde los medios nacionales también comienzan a perder prestigio internacionalmente? 
Las deficiencias e insuficiencias de la prensa y medios informativos cubanos, tienen también repercusiones negativas en el exterior, donde existe gran interés sobre los acontecimientos y la situación de Cuba, por las propias preocupaciones que la crítica  realidad cubana despierta  y  porque el discurso oficial  las reconoce. Incluso muchos  extranjeros amigos de Cuba, están preocupados por lo que ocurre en la Isla, pero sienten que no reciben información fidedigna y suficiente de nuestras realidades, se percatan de que la prensa cubana no las refleja, y  que es más realista informarse sobre Cuba a través de internet,  la intranet y de otros medios alternativos. 
Los blog,  revolucionarios o no,  las publicaciones digitales, como Espacio Laical, La Ceiba, Observatorio Critico, Moncada, SPD, Café Fuerte, Havana Times, La Joven Cuba   y otros, se mueven hacia delante,  copando la atención  de lectores que fuera de Cuba buscan una información más objetiva, atrevida, critica, en general más acorde con los retos que se sabe por todos  enfrenta el país y que no encuentran en la prensa escrita nacional, que por lo general, presenta una imagen casi idílica, carente de suficientes  críticas, las  dificultades e  inconformidades;   que apenas  refleja  nuestra realidad  y de manera  aun  timorata, secretista  y restringida. Impidiendo por esa vía, que nuestros potenciales amigos fuera de Cuba,   conozcan  lo suficiente, no solo de  cuáles son nuestros problemas, sino también los argumentos para apoyarnos. 
Se trata de un fenómeno, del que no creo la prensa nacional se percate claramente, porque muchas veces esos   amigos,  adolecen de los mismos problemas que nosotros en Cuba: la defensa a ultranza, la autocensura, el  insuficiente  reconocimiento de lo  negativo, la apología, la solidaridad ciega. Vicios que nosotros mismo, los revolucionarios cubanos,  les hemos inoculado desde Cuba  en  no pocas  ocasiones.
¿Cómo salir de ese atolladero desinformativo, para que la defensa de la revolución cubana hoy sea más realista, más consciente, más acorde con los desafíos que ahora enfrenta el país, para que nuestro pueblo confíe en ella y nuestros amigos en el extranjero  nos puedan ayudar más a enfrentar la  avalancha de  la crítica contrarrevolucionaria? 
Crítica contrarrevolucionaria  que  es sin dudas, en estos tiempos¸ más inteligente, más científica, puesto que no se apoya muchas veces en la simple mentira,  la  burda distorsión de los acontecimientos  o  la sobredimensión de nuestros problemas, sino que toma nuestros problemas reales, para presentarlos de manera  más sofisticada, mas finamente manipulada,  buscando el desaliento, la confusión y la desconfianza en  nuestras  soluciones.
Pienso, que existe solo un camino, para que nuestra prensa  termine por  superar esas situaciones. Nuestra Prensa a todos los niveles de su gestión: 
- Debe ser más realista, democrática, abierta, eliminar  definitivamente el secretismo, la autocensura, el discurso viejo, dogmático y  apologético. 
- Debe abrir espacio a la intelectualidad cubana revolucionaria, reflejando   su discurso más realista, crítico abierto e inteligente.  Aliándose con aquellos que enfrentan la crítica contrarrevolucionaria desde posiciones que reconocen nuestras deficiencias, antes de que el enemigo nos las  tire a la cara y las  convierta en armas de una diplomacia subversiva, apoyada por la política del “Cambio de Régimen” preconizada por la administración norteamericana actual. 
- Debe ganar conciencia de que la superioridad técnica del enemigo no tiene por qué ser una desventaja para nosotros,   si sabemos utilizar de manera inteligente las armas de la verdad, la coherencia,  la sistematicidad critica,  y  el valioso potencial científico e intelectual revolucionario de que disponemos. 
Mientras no logremos esa alianza,    cada cual seguirá  por su lado, con  sus arma, algunas muy melladas por cierto   y seremos solo  una tropa dividida por la desconfianza,  el dogmatismo, la apología  y  el elitismo de algunos que adoptan, desde sus   posiciones de poder,  la actitud  de defensores “puros”, mientras consideran  a los otros,  como unos  simples liberales que quieren regalar el discurso de  defensa de la revolución a sus enemigos.
La Habana, 8 de septiembre de 2012 

Notas: 
(1) Existen excelentes periodistas como Jorge Gómez, Félix Sautié, Fernando Ravsgber, con cuyos artículos nuestra prensa  ganaría mucho. Sin embargo ninguno  es bienvenido en ella. No pocas veces cuando se publica un artículo de fondo sobre los problemas del mundo actual, se hace con refritos de artículos de  autores  extranjeros, cuando en Cuba sobran quienes puedan publicar sobre esos temas. Observándose un verdadero divorcio entre la llamada prensa oficial y la intelectualidad  del patio. 

(2) Sin dudas hay un problema de personalidad entre los dos periódicos, que afecta fundamentalmente al periódico de la juventud. Que ineludiblemente dedica mucho espacio a  repetir noticias que no le correspondería publicar, si ya han aparecido en el órgano oficial del Partido y muy poco a los problemas de los jóvenes. 
(3) No se habla aquí del fenómeno de la proliferación del CD con programas de todo tipo que circulan en la red nacional. Lo cual responde a un  problema  parecido al de la prensa plana, pero en nuestra televisión, Sumamente criticada y no por falta de recursos, sino de creatividad.
(4) La noche del 9 de septiembre del presente año, una parte importante del país quedo a oscuras  y Radio reloj era incapaz de informar a la población que  estaba pasando. Lo cual hace algunos años no ocurría.




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