"El país necesita de “los jóvenes menores de 40”, se requiere, al menos en teoría, de la sangre fresca..." |
Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu
Con
el licenciado Alexis Cánovas Fabelo tengo intercambio permanente en las redes
sociales, y es una de las personas que sigue y comenta los post publicados en
Caracol de Agua. Hace varios días me hizo llegar, vía correo electrónico, este
interesante debate, a partir de un texto de Wilma Suárez Barcena. Creo oportuno
y necesario reproducir esta confrontación de opiniones entre cubanos, con ideas
diferentes, sobre lo que ha significado,
en términos generacionales, el proceso
vivido en Cuba a partir de 1959.
A
todos los cubanos en la emigración y la isla, los invito a opinar, sobre estas
interesantes ideas, enfocadas desde experiencias diversas, y recogidas bajo el
título: “La Generación Saltada”.
La
Generación Saltada (Inicio de un debate)
Wilma Suárez Barcena (Médico de la Familia. Master
en Ciencias Médicas)
Las
cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1979 o 1980 ya
tenemos más de 50 años. En más de treinta años de trabajo hemos pasado por dos
rectificaciones de errores, un perfeccionamiento empresarial y ahora por el
reordenamiento laboral.
Las
cubanas y los cubanos que comenzamos a trabajar en 1980, aun compartimos la vivienda con nuestros padres,
incluso con nuestros hermanos y sus hijos, o con mucha suerte tenemos un
apartamento que compartimos con nuestros hijos y sus esposas y los hijos de
nuestros hijos.
Las
cubanas y los cubanos que nos convertimos en trabajadores en 1980, somos ahora
destacados científicos, prestigiosos profesores, experimentados obreros, condecorados
militares, campeones olímpicos, artistas de fama mundial, veteranos de guerras
a miles de kilómetros de nuestras costas, pero no desembarcamos en el Granma ni
estuvimos en La Sierra. Con esa carencia, nuestro papel ha estado bien claro:
trabajar duro, demostrar lo aprendido y agradecer a la Revolución y a sus
dirigentes.
Las
cubanas y los cubanos que comenzamos la vida laboral en 1980, crecimos y
envejecimos, guiados por la misma generación, una generación que enfrentó
responsabilidades y retos que van más allá de nuestra imaginación con menos
edad que la que ahora tenemos nosotros, y que aprendió y ganó experiencia
ensayando en nuestro pellejo por el método de prueba y error.
En
1980, había pasado Playa Girón, la Lucha contra bandidos, la Ofensiva revolucionaria,
la Zafra de los diez millones, la ayuda a los movimientos guerrilleros en
América Latina y la Guerra de Viet Nam.
Las
cubanas y los cubanos que en 1980 nos estrenábamos como trabajadores, nos
habíamos espantado con la explosión de La Coubre, habíamos cantado “Pionero
soy” y el himno de la URSS, en ruso, en el patio de la escuela.
Habíamos
llenado bolsitas de tierra en el Cordón de La Habana, protestado frente a la
embajada de Suiza por el secuestro de los 11 pescadores, cortado caña en las
frías llanuras de Camagüey y tratado de convertir, más de una vez, el revés en
victoria. Pero éramos demasiado jóvenes, nos tocaba trabajar duro, demostrar lo
aprendido y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes. Nosotros, no habíamos
desembarcado en el Granma ni estuvimos en La Sierra Maestra.
Las
cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980, alguna vez
fuimos niños que comimos fritas en el puesto de Pancho, tomamos batidos en el
quiosquito de Manolín o llevamos a arreglar nuestros “colegiales” al viejo
remendón de la esquina, con sus espejuelos sujetos con un cordón de zapatos, su
busto de Martí en la repisa y su buen trato y mejor servicio. Fuimos alguna
vez, niños que llamamos señorita a la maestra, señor al vecino de enfrente y
señora a la mamá de nuestro mejor amiguito, pero ello no nos contaminó con las
pestilentes miasmas imperialistas, ni nos salieron pústulas en la piel.
Las
cubanas y los cubanos que integramos las plantillas en 1980, cantamos “Somos
comunistas palante y palante” contagiados con la euforia de los mayores.
Asistimos a la inauguración de Coppelia, vimos el Salón de Mayo en La Rampa,
escuchamos por primera vez al Grupo de experimentación sonora del ICAIC, no
entendimos nada de la Primavera de Praga, y nos grabamos con letras de fuego
Hasta la victoria siempre. Aunque, no habíamos desembarcado en el Granma ni
estado en La Sierra.
Las
cubanas y los cubanos que empezamos a trabajar en el 80, teníamos 30 años
cuando Carlos Varela proponía probar habilidad con la ballesta y estuvimos de
acuerdo, pero una edición dominical de Juventud Rebelde nos recordó que “los
niños hablan cuando la gallina mea”. Se nos olvidaba que no desembarcamos en el
Granma ni estuvimos en La Sierra, lo que teníamos que hacer era trabajar duro,
demostrar lo aprendido y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes.
Cuando
al campo socialista europeo le sucedió lo único que le podía suceder al campo
socialista europeo, las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida
laboral en 1980 teníamos más de 30 años y estábamos listos para reaccionar, y sabíamos que la
única salida no era la “opción cero” pero no estábamos políticamente maduros,
nos faltaba la experiencia del Granma y de La Sierra. Nuestra misión seguía
siendo trabajar duro, demostrar lo aprendido y agradecer a la Revolución y a
sus dirigentes.
Las
cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980 ya tenemos 50
años y más de 50 también, y hemos vivido lo suficiente para ver al
administrador estatal del “quiosquito” que fue de Manolín, hacerse indecentemente
rico, como nunca hubiera podido ser Manolín. Hemos visto llenarse los campos de
marabú mientras los noticieros nos enseñan postales idílicas de la abundancia.
Hemos obtenido una amplia cultura de las desgracias del universo, sin podernos
enterar de lo que pasa en nuestro propio municipio. Hemos visto a Hanoi
levantarse de las cenizas de la guerra mientras La Habana se cae a pedazos sin
necesidad de un bombardeo masivo. Hemos visto como se convierte el guajiro en
una especie en peligro de extinción como las vacas o la caña de azúcar, y como
el cine convierte a nuestro padre en el personaje ridículo del filme, con su
vieja boina verde olivo y sus consignas machaconas en el raído pulóver.
Los
nietos de las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980, tienen ahora maestros que
escriben Habana sin “H” y campiña con
“n” y que declaran sin pudor no saber donde nació Antonio Maceo, porque eso no
es materia de su grado.
Las
cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980, hemos visto
proliferar pícaros y farsantes de toda laya en todos los niveles y hacer de la
consigna un método y de la apariencia un culto: “Tenemos la mayor micropresa
del mundo”. Por eso las cubanas y los cubanos que tenemos 50 años, recibimos
regaños en la televisión a través de un anónimo calvito que nos sermonea con
fondo musical de La Guantanamera.
Cargamos
con el Sambenito de las malas decisiones, los caprichos y la megalomanía, y la
prensa nos pide ser austeros, comprensivos y desde luego, seguir trabajando
duro, demostrar lo aprendido y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes.
A
las cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980, nos toca
desde luego, rescatar los albañiles perdidos, los maestros perdidos, la
eficiencia perdida, el quiosquito perdido, incluso el respeto al prójimo
también perdido cuando la palabra “compañero” igualó al trabajador y al vago,
al adulto y al niño, al genio y al bruto, y sembró en la mente de mucha gente
la cómoda fórmula de que todos merecemos lo mismo y no que todos tenemos
iguales oportunidades. Y otra vez se nos recuerda que nos toca seguir
trabajando duro, demostrar lo aprendido y confiar en la Revolución y en sus
dirigentes, porque nosotros no desembarcamos en el Granma ni estuvimos en La
Sierra.
Las
cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980, ahora somos
viejos pero somos de “mala raza” porque no hemos sabido asimilar las enseñanzas
recibidas, hemos engavetado los buenos consejos y no hemos dado un solo líder,
además de la propensión que tenemos todos a la corrupción y al delito. El país
necesita de “los jóvenes menores de 40”, se requiere, al menos en teoría, de la
sangre fresca, pero a nuestra generación, con sesenta años y un poco más y con
unos cuantos años de trabajo todavía por delante, nos tocará seguir trabajando
duro, demostrar lo aprendido y agradecer a la Revolución y a sus dirigentes.
Las
cubanas y los cubanos que comenzamos nuestra vida laboral en 1980 somos ahora
niños viejos, que necesitan una vez más ser regañados y aleccionados por las
mismas personas que desde hace más de medio siglo nos regañan y aleccionan,
porque hay que tener en cuenta que nosotros no desembarcamos en el Granma ni
estuvimos en La Sierra Maestra.
La
Generación Saltada (Réplica 1)
Alexis
Cánovas Fabelo
Mi'ja
Malcriá: ¡Qué bien te criamos con ejemplos!
Precisamente, el día 9 de octubre, un amigo y compañero de cuando
asesoré en el MINBAS, (cuando tu generación comenzó a trabajar), me sugirió que
le escribiera a un periódico digital de Ciego de Ávila, mis vivencias del Che y
la creación de la Juventud y los Pioneros.
Cuando
lo hice, expliqué la fe y la confianza que depositaba el Che en los jóvenes a
los que nos asignó tareas mayores que nosotros mismos, puntualizándonos
detalladamente los objetivos a lograr, y dándonos plenas libertades ejecutivas.
De cómo nos controlaba cumplimientos, explicándonos las posibles vías para
salir de los incumplimientos, y depuraba responsabilidades por los errores y
deficiencias, sancionando ejemplarmente a los que los hicieron por falta de
actitud.
Y
hablé sobre cómo veía en los padres y abuelos que imponían la pañoleta azul, la
convicción de formar en esos niños la actitud de mirar a los ojos a la verdad y
a la muerte, como lo hizo el Che en La Higuera... ¡Este escrito que me envías
lo demuestra!
Existen
las verdades relativas, que pueden desaparecer o transformarse en absolutas;
las verdades absolutas que la práctica demuestra que pueden convertirse en relativas; y por encima de ellas, la verdad
objetiva que, la conozcas o no, estés de acuerdo con ella o no, si la violas te
pasa la cuenta irremisiblemente, creando las crisis y las involuciones.
"La
generación saltada" es esa verdad objetiva que tanto admira a nuestra
generación de Playa Girón, la Lucha contra bandidos, la Ofensiva
revolucionaria, la Zafra de los diez millones, la ayuda a los movimientos
guerrilleros en América Latina y la Guerra de Viet Nam, también destacados
científicos, prestigiosos profesores,
experimentados obreros, condecorados militares, campeones olímpicos,
artistas de fama mundial, veteranos de guerras a miles de kilómetros de
nuestras costas que todo lo ha dado, (que motivó a Silvio a componer "Oda
a mi generación"), y está frustrada por el futuro que nunca les llega, y
por ver el drama de la de ustedes.
Recibe
mi gran abrazo, desde Chile, donde defiendo a mi descendencia de sangre, de los
ataques de un seudo comunista formado en la KGB. Como demostró el Che: ¡HASTA
LA VICTORIA SIEMPRE!
La
Generación Saltada (Réplica 2)
Antonio
Gómez Sotolongo
¿Y
es que a eso le podemos llamar vida? ¿Es que a esa disfuncional sociedad se le
puede agradecer algo? ¿Es que podemos agradecerle algo a esos que
experimentaron en nuestro pellejo como si fuéramos conejillos de indias,
mientras ellos se daban la vida que todos hemos querido para nosotros y se nos
ha estado prohibido?
No,
no hay nada que agradecer a quienes se enriquecieron y fueron libres para hacer
con nuestro país y con nosotros lo que les pasó por sus aventureros e insólitos
"cojones". No tenemos nada que agradecer y sí mucho que deplorar, y
botar a la basura de la historia.
Ninguna
filosofía, ninguna religión y ninguna idea valen más que la vida humana, y es
deplorable que en nombre de los ideales se haya destruido un país.
Porque
si durante más de medio siglo de República, los gobernantes indeseables dejaron
en la ruina las arcas del tesoro público, en 1959, comenzaron a dilapidarse
esos pocos fondos públicos pero como nunca antes en la Historia de nuestro
país, los fondos privados, así se demolieron en aventuras de todo tipo las
fortunas, las riquezas, los bienes muebles e inmuebles de una clase adinerada,
que llenó la isla de industrias, de empleos, de riquezas y de viviendas, de
campos de cultivo capaces de llenar las bodegas, de industrias capaces de
llenar las tiendas y de medios de comunicación que convirtieron a nuestra isla,
en menos de medio siglo en una tacita de oro. Él, con la única idea clara de
permanecer en el poder de manera vitalicia, dilapidó lo poco que había, pero
robó, quitó, expropió a todos los que con su trabajo y su talento, erigieron
grandes fortunas.
Si
hubo que sacar a un tirano del poder, no es cierto que era necesario imponer
otro, y otro mucho peor aun, otro que dilapidó todo, hasta el espíritu
emprendedor de los cubanos y mató todas las esperanzas. Ya a estas alturas no
sé si fue necesario sacarle a Cuba algunos males y estuvo justificada la
guerrita de tres años que culminó en 1959 con la huida del tirano de turno,
pero de lo que sí estoy convencido es de que los males que ha provocado el
castrismo durante más de medio siglo han sido peores, ninguno, y compare usted
punto por punto, con la mano en el pecho y sin culpar al
demonio-bloqueo-embargo, y lo podrá comprobar.
En
fin, ni nuestra generación, la que comenzó a trabajar en 1978 ni ninguna otra
ha vivido la vida que se merecía. Ni siquiera los que tuvieron que salirse del
experimento, porque aunque mayoritariamente tenemos todas las necesidades
materiales resueltas, vivimos en un exilio multicolor, en el que sobre nuestras
cabezas pende una espada que nunca se sabe cuándo y dónde caerá.
Así
que parafraseando el bolero, ya el alma ni duele, porque las penas son tantas
que se atropellan y por eso no nos matan, y estamos todos en la capacidad moral
de enrostrarles a esos culpables que hoy tratan de regañarnos como niños
viejos, que son ellos los culpables, que son ellos los que destruyeron la
patria que son ellos los que sobran, que somos nosotros los que estamos en
capacidad de construir por las vías que entendamos pertinentes nuestro futuro,
que sus experimentos fallaron, que tengan la decencia de renunciar antes que la
isla se tenga que bañar de sangre nuevamente.
Ayuda
al dolor del alma (Réplica 3)
Alexis
Mario Cánovas Fabelo.
Mi
hermano:
No
sé qué enorme abuso hayas sufrido, pero, el odio genera odio, y no deja pensar
con claridad.
No
pierdas de vista que la percepción depende del filtro que crean el nivel
cultural; la profesión; las experiencias anteriores personales, familiares y
sociales; los problemas de salud; de los estados de ánimo y otros muchos que
hacen que los hechos sean polisémicos producto de ellos, y que “todo depende
del cristal con que se mire”.
Para
lograr que sea una percepción precisa hay que aplicar los métodos científicos
para determinar las premisas que posibiliten arribar a conclusiones
científicamente demostrables.
Hay
muchas verdades. En su acepción filosófica más amplia, “es el juicio o
proposición que no se puede negar racionalmente”. Por ello, si estamos
convencidos que nada se mantiene sin cambios, se desecha el concepto que es “la
propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación”… Sí
hay Verdades Absolutas que, al ampliarse el límite histórico-social del
conocimiento por el desarrollo de la técnica y la ciencia, pueden pasar a
Relativas. Y hay Verdades Relativas, que por los mismos motivos pueden pasar a
Verdades Absolutas, ejemplo, “no se bebe agua en el mismo río dos veces”, o
desmentirse y desaparecer, ejemplo, “La tierra es plana”.
Si
profundizas en los estudios de la evolución histórica, verás que a todo lo
progresista o progresivo se le impuso la violencia… hasta yo, que soy un “Don
Nadie”, la sufrí en carne propia por querer que se aplicaran rigurosamente las
orientaciones de los padres fundadores del Marxismo-Leninismo.
Nuestro
Héroe Nacional, José Julián Martí Pérez, alertó desde finales del siglo XIX,
“La batalla es de ideas y a ideas tenemos que ganarla”, y para que ello sea
posible lo primero es esclarecer las categorías que dan carácter material a
esas ideas.
Primero
esclarezcamos de dónde salen las ideas marxistas, porque todo indica que se ha
deformado la razón y función de las mismas. El Marxismo surge de la integración
de lo más avanzado del pensamiento anterior a sus fundadores, en lo filosófico,
del materialismo antropológico de Ludwig Feuerbach, y el idealismo dialéctico
de Georg Wilhelm Friedrich Hegel; en lo económico, de las investigaciones de
los economistas ingleses Adam Smith y David Ricardo; y en lo político del
socialismo utópico francés encabezado por el suizo Jean-Jacques Rousseau con
sus obras “Contrato social” y el “Discurso sobre los orígenes de la desigualdad
entre los hombres”.
Esta
integración de lo mejor del pensamiento anterior, críticamente estructurado,
hizo que los fundamentos filosóficos marxistas dejaran de ser contemplativos,
como fueron los pensadores anteriores, y pasara a ser, en lo ontológico y
gnoseológico, transformadores de la realidad estudiada: naturaleza, sociedad y
pensamiento.
Para
cualquiera que estudie las Ciencias Sociales con cientificidad Karl Marx es un
científico, demostrado por su metodología: investigó con profundidad la
evolución histórica los fenómenos y procesos; cotejó los estudios anteriores
sobre los mismos, eliminando sus incongruencias e interrelacionando sus
aciertos; detecta y sigue el hilo direccional de las investigaciones; amplía
las mismas interrelacionando todas las técnicas de investigación; confronta los
resultados y elabora sus Hipótesis; que las convirtió en Tesis aplicándolas a
la práctica de la lucha revolucionaria. Por ello, el Marxismo es una Ciencia,
porque es una guía para la acción transformadora de la realidad.
Todo
estudioso serio sabe, que para arribar a conclusiones serias hay que partir de
premisas serias. Y a eso se dedicó primeramente a dotar, a los luchadores por
transformar la realidad que les tocó vivir, de un instrumento organizativo de
su pensamiento, validado por las demás ciencias que estudian esa realidad…
Porque es innegable que las Tesis Generales Marxistas han sido corroboradas por
el desarrollo de las ciencias particulares, pero, mucho más, por el fracaso de
las revisionistas y anticientíficas aplicaciones que se han hecho a lo largo de
la historia de la humanidad, no solo con el derrumbe del mal llamado
“socialismo real”, o “campo socialista”, o la desunida URSS.
Para
llegar a “conclusiones” tan tajantes se debe dominar la historia y evolución
del mundo desde los momentos en que a los padres fundadores del
Marxismo-Leninismo (porque no se pueden olvidar a Friedrich Engels o Antonio
Labriola) y al principal continuador y aportador; con el estudio del
surgimiento y consolidación de la etapa superior del capitalismo, el
Imperialismo, y el primer aplicador de las ideas sobre la nueva sociedad;
Vladimir Ilich Ulianov, conocido por el seudónimo LENIN.
Las
Leyes y Categorías de la Dialéctica Materialista fueron aplicadas a la sociedad
y conformaron el Materialismo Histórico, donde la Unidad y Lucha de Contrarios
se denomina Unidad y Lucha de Clases, en Economía Política la fórmula
demostrativa de que es en la producción donde se produce la ganancia
capitalista por medio de la explotación del hombre por el hombre, de la fuerza
de trabajo del proletariado, expresada así C-M-…p…-M’-C’, que permitió a Lenin,
en el Comunismo Científico, perfeccionar la definición de Clase Social
demostrada así: “las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian
entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social
históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con
respecto a los medios de producción (relaciones que en su mayor parte las leyes
refrendan y fortalecen), por el papel que desempeñan en la organización social
del trabajo, y, consiguientemente, por el modo de percibir y la proporción en
que perciben la parte de riqueza social de que disponen.
Las
clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse el trabajo de
otro por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía
social”. Esto lo publicó en su obra “Una Gran Iniciativa”, en julio de 1919,
para enfrentar la labor de zapa que se venía produciendo por los aplicadores de
la tendencias pequeñoburguesas sobre el socialismo en Rusia, de los extremistas
de izquierda encabezados por Josif Vissarionovich Djougatchvili Stalin, y los de derecha liderados por Lev Dadinovich
Trotski, y que todavía les sirve el sayo a todos los tergiversadores actuales
de las vías para la toma del poder por el proletariado, y la transición del
Capitalismo al Socialismo.
Sí
se hicieron atrocidades a nombre de un socialismo deformado y dogmatizado. Solo
se desconocía en las prensas de los países donde se cometieron.
Si
la esencia del Socialismo es la Propiedad Social Socialista sobre los Medios
Fundamentales de Producción, mientras se requiera utilizar formas capitalistas
de propiedad sobre esos medios se está en el Período de Tránsito del Capitalismo
al Socialismo, que Lenin lo definió como Capitalismo Monopolista de Estado, y
no de un estado cualquiera, sino, de un estado de obreros y campesinos,
esclareciendo que es la única manera de crear la base técnico material para la
construcción del Socialismo.
El
Período de Transito está esclarecido por Marx desde que hizo la “Crítica al
Programa de Gotha”, rebatiendo los errores teóricos de los anarquistas.
Si
los que aseguraban que estaban construyendo el Socialismo “Real”, o el Socialismo
Desarrollado sucumbieron por sus propios errores, y los que subsisten utilizan
formas capitalistas de propiedad, ¿qué demuestra que las ideas de Marx sobre
el Comunismo fracasaron? Y ¿qué
demuestra que el capitalismo está destruyendo a la burguesía, por ampliar la
cantidad de pequeños burgueses en sociedades desproporcionadas?
Tal
y como previeron los padres del Marxismo-Leninismo, y sus continuadores, como
Antonio Gramsci, en Italia, José Carlos Mariátegui, en Perú, y Julio Antonio
Mella, en Cuba, el Capitalismo en su etapa Imperialista tiende a su
autodestrucción, y lo malo en el asunto es que está arrastrando con él al mundo
por las acciones traicioneras de los pequeños burgueses, que han renunciado a
su deber de dirigir a las amplias masas desposeídas, ¡pudiéndolo!, por dejarse
comprar por la alta burguesía, con sus “Cantos de Sirena” mediante las Tarjetas
de Créditos y los préstamos bancarios, con la aspiración de ser burgueses sin
poderlo.
Mucho
antes de la traicionada Perestroika y la mal interpretada Glasnost, desde 1895,
Lenin en su obra “Contenido económico del populismo y su crítica en el libro
del señor Struve”, advirtió sobre el origen, función, daños y lo imprescindible
de hacerle constantes depuraciones a la necesaria burocracia, para eliminar su
burocratización al actuar, en el seno del proletariado y en las primeras etapas
de la Formación Económico Social Comunista, como agentes conservadores de las
tradiciones e intereses de la burguesía. Les llamó “…gente burguesa ‘salida del
pueblo’- vinculada a la burguesía con miles de fortísimos hilos”.
Desde
1915, en su obra “La bancarrota de la II Internacional”, alertaba sobre la
necesidad de “la ruptura completa con el oportunismo y la eliminación de este
último de los partidos obreros…”, destacando como, y cito: “Ha madurado toda
una capa social de parlamentarios, periodistas, de funcionarios del movimiento
obrero, empleados privilegiados y de ciertos estratos del proletariado ; esta
capa social se ha fundido con su burguesía nacional, la cual supo apreciarla en
su justo valor y ‘adaptarla’ a sus objetivos”. En El Estado y la Revolución,
Lenin los catalogó como “…personas privilegiadas, divorciadas de las masas,
situadas por encima de las masas”. En su folleto "Tareas de los
social-demócratas rusos" define que la "...burocracia como un sector
particular de persona especializada en la administración y colocado en una
situación privilegiada con respecto al pueblo."
Para
enfrentar la solapada acción de la burocracia una vez tomado el poder por el
proletariado, Lenin orientó por "Pravda", el 20 de abril de 1917 "...la
estructuración de toda la administración del estado, desde abajo, por las
propias masas, la participación efectiva de éstas en toda la vida del estado,
su papel activo en la dirección. (...) "...no "implantándolo" desde
arriba, sino elevando a las grandes masas de proletarios y semiproletarios
hasta el arte de gobernar el estado y de disponer de TODO el poder."
Tomando
la experiencia de la Comuna de París, de 1871, Marx destacó que "la Comuna
era, no una corporación parlamentaria, sino una corporación de trabajo, que
dictaba leyes y al mismo tiempo las ejecutaba", por lo que en su libro
"El Estado y la Revolución", Lenin demolió a Kautsky al aclarar que
"...la democracia proletaria, que toma inmediatamente medidas para cortar
de raíz el burocratismo y que estará en condiciones de llevar estas medidas
hasta el fin, hasta la completa destrucción del burocratismo, hasta la
implantación completa de la democracia para el pueblo". Y nos exhorta, en
esta obra práctica, a "ampliar la democracia y desarraigar el burocratismo.
Aprendamos de los comuneros la intrepidez revolucionaria, veamos en sus medidas
prácticas en ESBOZO de las medidas prácticas urgentes e inmediatamente
aplicables, y entonces, siguiendo este camino, llegaremos a la destrucción
completa del burocratismo".
Estructurar
un Gobierno de Abajo hacia Arriba es el primer eslabón fundamental de la cadena
de acontecimientos: demostrar prácticamente que el pueblo es el dueño de toda
Cuba, como lo refrendan los tres primeros Artículos de la Constitución de la
República de Cuba, publicada en la Gaceta Oficial de la República de Cuba,
edición extraordinaria número 3 de 31 de enero de 2003.
La
pequeña burguesía es la capa que ha sido históricamente utilizada por la alta
burguesía para desbaratar las acciones revolucionarias de las masas populares,
desde que Oliverio Cromwell los utilizó contra el Partido de Los Cavadores en
la Revolución Burguesa en Inglaterra, no es por gusto que el filósofo inglés
John Gray hace el panegírico a la pequeña burguesía en su artículo de BBC
Mundo.
Desde
antes de que tomáramos el poder, nuestras luchas sufrieron los embates de los
oportunistas, revisionistas y demás "istas" que incluyen a los
anexionistas, los que al nosotros
lograrlo, el 1° de enero de 1959, pasaron a ser los arribistas metamorfoseados
en burócratas que nos vimos forzados a seguir utilizando en puestos
importantes. Unos, ellos mismos se apresuraron a meterle zancadillas al
proceso, desde el Gobierno Provisional que unitariamente los revolucionarios
les permitimos compartir y que, la claridad de nuestro líder, con el apoyo de
nuestro proletariado, los hizo saltar al cubil de sus amos. Otros, tomando
lección de ese ejemplo del pueblo como poder, continuaron su metamorfosis
convirtiéndose en burócratas "moderados", para no decir solapados y,
desde allá, han ido escalando posiciones, tomando como escalera las espaldas de
los revolucionadores que fueron plagiando, difamando y pisoteando desde sus
puestos de "funcionarios" que no saben de lo que dirigen, pero, que
si dominan el "arte de ganar amigos" para, cayendo bien, ir
granjeándose voluntades y posiciones… Verdades inobjetables y demostrables
documental y testificalmente.
Estos
son temas que en Cuba se vienen debatiendo en los círculos de estudios de las
organizaciones políticas, de masas y sociales, y se imparten en las diferentes
escuelas de instrucción revolucionaria, y adecuados, en todos los niveles de
enseñanza desde que nuestro proletariado tomó el poder, con el triunfo de la
lucha insurreccional iniciada en La Demajagua, en 1868, gracias a las
constantes victorias, a pesar de errores y hasta repetidas traiciones. Lo malo
es que basado en “interpretaciones” de manualitos, según los criterios de
pequeñoburgueses revisionistas, impartidos indolentemente, y por ello,
desanimando a los alumnos porque no concordaba con sus vivencias prácticas.
Por
ello, la Cuba de hoy es la prueba de que Marx tuvo la razón al decir que “la
revolución es ininterrumpida”, por lo cual, en cada etapa se alcanzó lo que
permitió el límite histórico social específico. Dolorosas experiencias
demostraron lo caro que han pagado muchos pueblos del mundo el no respetar y
cumplir esta verdad objetiva.
“Que
cada cual aporte según su capacidad, y reciba según la cantidad y calidad de su
trabajo” fue orientado por Marx, en la “Crítica al Programa de Gotha”, para que
se inscribiera en las banderas de las primeras etapas de la Formación Económico
Social Comunista. (Y es lo que demuestra la injusticia del Capitalismo.) Y para
que se fuera fiel a ello, salario nominal y salario real debían estar
equiparados, para evitar una demagogia burocrática oportunista. Ese es el otro
eslabón fundamental de la cadena de acontecimientos, el que resolviéndose, lo demás
se resuelve por sus consecuencias productivas.
El
Che caracterizó y destacó el modo operandi y vivendi de ese proceder, cuando señaló
que “Contrarrevolucionario es todo aquel que lucha contra la Revolución, pero
también es contrarrevolucionario el señor que valido de su influencia consigue
una casa, que después viola el racionamiento, que después tiene lo que no tiene
el pueblo y lo ostenta o no lo ostenta, pero lo tiene. Ese es un contrarrevolucionario, a ese sí que hay que
denunciarlo enseguida. Y el que utilice sus influencias buenas o malas para su
provecho personal o de sus amistades es un contrarrevolucionario y hay que perseguirlo,
pero con saña, perseguirlo y aniquilarlo”. Esos son los gusanos, como les
denominó Martí en su artículo “Nuestra América”, cuando dijo: “Llénense los
barcos de esos gusanos que le roen el hueso a la patria”.
Los
que así actúan son malos ejemplos que destruyen, desde adentro, el trabajo
educativo que se hace para que el factor subjetivo pase a ser el transformador
de la sociedad, no los instintos animales y mezquinos que genera el consumismo
y el “sálvese el que pueda” generado por el egoísmo.
Que
se hable “mierda” de los que hacen las mierdas y sobre ellas, es valor político.
En la Primera Reunión de Producción del Ministerio de Industrias, en agosto de
1961, el Che dijo así aproximadamente,
“Existen los problemas, y hay que corregirlos, los resultados son alentadores,
por lo que no hay que tener miedo a cotejarlos con la realidad, y la única
forma de eliminar los errores es ponerlos a la luz pública, para que se
corrijan.” Eso concuerda con lo que señalaba LENIN en septiembre de 1918, en su
artículo “Cómo deben ser nuestros periódicos”.
Cuando
se criticó a Pablito por lo que dijo en La Florida esclarecí en uno de esos
sitios de debate, y pego: “Dudo que Pablito no haya vertido sus opiniones en
Cuba, como lo hemos hecho todos los que amamos a la Revolución cubana, buscando
evitar que una obra a la que le hemos entregado nuestras vidas, y que ha
costado tantas vidas, se pierda. Para un verdadero REVOLUCIONARIO negar lo mal hecho es TRAICIÓN.”
En
todas las sociedades se manifiesta esa acción solapada y quintacolumnista de la
pequeña burguesía, por ello en crear ese espíritu traicionero pequeñoburgués,
se fundamenta la labor ideológica de la alta burguesía y el imperialismo
mundial.
¿Cómo
pudo surgir la aberración de que se pueda vivir sin trabajar en una sociedad de
trabajadores? ¡Simple!, violando los más
elementales principios de la ética comunista, por el tecnocratismo y la burocratización;
por la desvinculación con las masas; por el uso con sentido pequeño burgués del
ejercicio de la autocrítica y la crítica en el seno del sujeto de dirección de
la sociedad socialista, que a diferencia del de la vieja sociedad burguesa,
está formado por la interrelación del Partido, el Estado y las organizaciones
de masas y sociales, ¡sin ningún divorcio entre ellos!
Sujeto
de dirección que hace realidad lo planteado por Lenin, en su obra “Cartas desde
Lejos”, el que “…los elementos pobres y explotados de la población (…) tomen
directamente en sus manos los organismos del poder del estado y formen ellos
mismos las instituciones de ese poder”, especificando que, “…un poder que se
apoya directamente en la conquista del mismo por vía revolucionaria, en la
iniciativa directa de las masas del pueblo desde abajo y no en la ley
promulgada por el poder centralizado del estado”, como también publicó Lenin en
“Acerca de la dualidad de poder”, en Pravda n.28,del 9 de abril de 1917.
Lo
argumentado hasta aquí permite establecer un orden de prioridades para determinar
lo que denominó Lenin “el (o los)
eslabón fundamental de la cadena de acontecimientos":
1°-
GOBIERNO POR EL PUEBLO y no a nombre del pueblo, el gran aporte de la Comuna de
París de 1871, según Marx, Engels y Lenin.
2°-
DISTRIBUCIÓN CON ARREGLO AL TRABAJO, pero, ¡a rajatabla!, para que se cumpla el
principio bíblico y marxista de que "el que no trabaje que no coma". Que no quiere
decir desamparar al desamparado, sino, cortarle las garras al LADRÓN.
Para
que no siga la situación de que a un propuesto y electo por el pueblo la ley
prevé su revocabilidad en cualquier momento, mientras que, para que a un
gerente, director, funcionario o ministro ineficiente, o que demuestra irrespeto
a que es el pueblo el dueño y que, hasta descuida los bienes a su custodio,
cuesta Dios y ayuda para que sea sustituido.
Las
esencias argumentales que se vienen esgrimiendo por todos los afectados tienen
que ver, fundamentalmente, con los “derechos” sobre la distribución de los
fondos comunitarios, las riquezas producidas social y socialistamente.
Cuestiones que Marx esclareció, desde el inicio de su proyecto de la Formación
Económica Social Comunista, en sus dos etapas iniciales, Período de Tránsito y
Socialismo, cuando explica en su Crítica al Programa de Gotha, las múltiples
causas que hacen que el proletariado salga de la vieja sociedad burguesa con
muchas diferencias entre ellos, y señala que “…ante hombres desiguales, la
distribución tiene que ser desigual, y para que sea justa debe tener un solo
medidor, el trabajo”. Dejando esclarecido que “…el derecho no puede estar por
encima del grado de desarrollo económico alcanzado por la sociedad y la cultura
por este generado”.
Es
una verdad objetiva que “el trabajo es la fuente de todo valor”. También lo es
que el hombre es un animal que se
diferenció de los demás por trabajar comunitariamente en la satisfacción de sus
necesidades materiales y espirituales, constituyendo la condición natural del
hombre, su esencia como ser social.
Y
verdad objetiva lo es, también, que el trabajo, manual e intelectual, es la
práctica como criterio valorativo de la verdad. Lo que no niega que también por
la lógica, más aun la lógica dialéctica, se puede arribar a la verdad objetiva,
a esa que cuando la negamos o la violamos nos machaca despiadadamente. En esa
situación nos encontramos los cubanos, los de adentro y los de afuera, la
verdad objetiva nos está machacando.
Utilicemos
las ciencias, unámonos en su uso, y se desmoronarán los obstáculos para unidos
todos hagamos una Cuba como la pidió Martí, y pide el Artículo 1 de la
Constitución: “Con todos y para el bien de todos”.
Lo que pusiste ilustrando es de mi primo Roberto Fabelo.
ResponderEliminarAlexis Mario Cánovas Fabelo: Arnoldo: Te nació el mejor regalo por el DÍA DE LA CULTURA NACIONAL CUBANA: publicar debates que pueden encauzar los enfoques por el perfeccionamiento de la obra cultural más preciada, NUESTRA Revolución, la que si dejaran de
ResponderEliminaragredirla los de afuera, y de meterle zancadillas los de adentro,
estuviéramos con todos los sueños realizados, CON TODOS Y PARA EL BIEN DE TODOS, como la soñó Martí y pide el Artículo 1 de nuestra Constitución. Como nos pedía constantemente el Che: "SEAMOS PRÁCTICOS, SOÑEMOS LO
IMPOSIBLE". ¡PATRIA VICTORIOSA EN VIDA! ¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
Alexis.
Este tipo de debates son sumamente útiles porque no todo puede resolverse desde la producción de bienes materiales en el Socialismo. En el orden subjetivo y de la conciencia mucho hay que debatir para concertar diálogos productivos para este país que mucho ha servido de ejemplo a partir de su propio experimento. Si algo pudiera aportar es la inmensa gratitud que siento de todos los bienes materiales y espirituales que est Revolución me ha aportado a mis padres, a mí y a mis tres hijos. Todo fuera muy diferente si no fuera por ella. ¿Que todo pudiera ser mejor? Es cierto. ¿Quá hay cosas negativas a barrer? También. Pero la Revolución que sostiene a la mayoría de este pueblo es inmensamente más grandes que los errores de algunos hombres. A ella es a la que hay que preserva por encima de todo. Ojo con eso.
ResponderEliminarMe viene una palabra a la cabeza: Naturalismo burgués.
ResponderEliminarYa cansa tanta queja y debate: actuad!!!
Que los tienen jodidos los "mismos de siempre"? hagan algo!
No veo peor enemigo de la Revolución (o al menos, sus ideales) que los que hoy día la dirigen, los calladamente la toleran, y los que desde el exilio damos de comer a tanta conformidad y falta de valentía.
Exiliado del Montón
Jose Rovira: Desde la optica conceptual, de la logica empresarial, que, con seguridad, aplicada a la politica, en un entorno social, tiene implicaciones directas..mi opinion es tan simple como la de un simple bodeguero..la logica te dice que el siclo, ha sido muy largo, las consecuencias muy graves, la idea Era buena, "Los administradores" en el mejor de Los casos no estaban y siguen sin estar capacitados..
ResponderEliminarHay que cambiar la administracion.