"Barrio de los chinos”, no le llaman así porque entre sus habitantes exista alguien con ascendencia asiática, sino por la cantidad de personas alcohólica... |
Por Eduard Encina (Escritor, UNEAC)
Parece que en Baire, el pueblo donde nací y donde vivo, la historia ya no sucede, o por lo menos, la que sucede padece de silencio, de mucho silencio. En pleno verano las calles desiertas, un parque hermoso y triste, un atardecer por estos días lluvioso.
Aprovecho y me siento a leer debajo de los álamos. Yo soy un espécimen raro que se pregunta ¿dónde está la gente de este pueblo? Solo en los portales asoma una que otra ama de casa, sacudiendo el polvo que deja el olvido y el desencanto. Entonces aparece un rostro que a pesar de estar visiblemente alterado, no deja de parecer conocido. Es X, uno de mis compañeros de clase en la primaria.
“Escritor - me dice-, aquí estoy, borracho para mantenerme en pie”. No pasaron cinco minutos de conversación y supe que estuvo estudiando en Alemania “pero la vida es así, – me aseguró- mírame, la puta vida es así”, también me contó que no quiere tener hijos, ni casa, que la vida había que vivirla ahora que estamos vivos. Un rato después apenas podía articular palabras, por lo que decidí llevarlo al barrio donde supuse que aún residía.
Le dicen El barrio de los mojones, por la insalubridad de una zanja albañal que lo atraviesa, con la que aún, a estas alturas, los vecinos deben convivir. |
Era bastante cerca, solo bajar tres cuadras. Le decían El barrio de los mojones, por la insalubridad de una zanja albañal que lo atraviesa, con la que aún, a estas alturas, los vecinos deben convivir. Sin embargo, desde lo años noventa lo han bautizado con otro nombre: “El barrio de los chinos”. Pero no le llaman así porque entre sus habitantes exista alguien con ascendencia asiática, sino por la cantidad de personas alcohólicas (y por su puesto con el rostro hinchado) que allí se reúnen para beber hasta bien entrada la noche.
Pero vaya sorpresa cuando X decidió sentarse en la acera, frente a la casa de sus padres y se dispuso a terminar su trago junto a otros amigos que como él sudaban al mediodía la borrachera. Lejos de agradecerme dijo: “suéltame y ve a escribir tu porquería”. Una vecina que lo escuchó me conminó en tono despectivo a que lo dejara ahí, pero él ni siquiera levantó la cabeza. Lo dejé por perdido y eché a andar con esa angustia al hombro durante todo el día.
Volví a mi parque de Baire, donde casi siempre bate una brisa suave, que invita a continuar la lectura, sin embargo “borracho para mantenerme en pie” pesaba como un verso o un castigo, en realidad sentí miedo de que otro compañero de la infancia apareciera dispuesto a llevar la botella hasta el fondo, para contarme que estuvo en Tailandia, o Angola.
Y es que isla adentro también hay cubanos, y lo que es peor, personas que necesitan diálogo y espacio para “invertir” el tiempo. Privados de instituciones culturales y de posibilidades para desarrollar proyectos locales que eleven su calidad de vida, en medio de las penurias económicas, son muchos los que hoy se lanzan a beber en forma desmedida, y en no pocas ocasiones, demasiado jóvenes, muchachas casi adolescentes con una botella y un cigarro, lo que se ha convertido no en una práctica libertaria de la sexualidad, sino en símbolo de frustración y desasosiego.
Pero no es el acto de beber lo más preocupante, sino los códigos que la misma sociedad “barrio chino” maneja para sustentar aquel choteo al que Mañach se refería, y que hoy me hace pensar en la necesidad de que surjan a nivel local soluciones alternativas, que no necesariamente tengan que partir de organizaciones o instituciones anquilosadas en esquemas rígidos y verticales, sino de las necesidades propias de la gente. En este barrio, dos alumnos míos, trabajadores sociales y estudiantes de la carrera de Estudios Socioculturales, crearon las bases de un proyecto de reanimación cultural muy interesante, pero quedaron “disponibles” en el reajuste laboral y hoy nadie le dio continuidad al trabajo que realizaron.
En “El barrio de los chinos” también viven escritores del grupo Café Bonaparte que yo coordino. En sus obras se hace inevitable la aparición de personajes y situaciones que tienen su origen en la dura cotidianidad de su entorno social.
He aquí dos textos, uno narrativo, y otro poético, que tal vez ilustren una arista de la marginalidad que compartimos.
Cloaca
Cada año aparecen en mi barrio borrachitos jóvenes
vienen a relevar a los de más experiencia. Son
resistentes al sol, al polvo, recostándose en el aroma
de los perros pulgosos. Lo han perdido todo
hasta el money que no le alcanza para lavarse los pies,
sus pobrecitos pies que se pierden.
Aparecen por temporadas
ciertos borrachos que con lo poco que hacen, se sumergen
en ese espejismo
ahogándose por el vómito grasiento y tuberculoso
que le brota sin remedio.
En mi barrio existe un campo de borrachos
que nadie riega
pero se reproduce.
Onel Pérez Izaguirre
Poeta. Cursa 5to año de Psicología General
AvataresPero vaya sorpresa cuando X decidió sentarse en la acera, frente a la casa de sus padres y se dispuso a terminar su trago junto a otros amigos que como él sudaban al mediodía la borrachera. Lejos de agradecerme dijo: “suéltame y ve a escribir tu porquería”. Una vecina que lo escuchó me conminó en tono despectivo a que lo dejara ahí, pero él ni siquiera levantó la cabeza. Lo dejé por perdido y eché a andar con esa angustia al hombro durante todo el día.
Volví a mi parque de Baire, donde casi siempre bate una brisa suave, que invita a continuar la lectura, sin embargo “borracho para mantenerme en pie” pesaba como un verso o un castigo, en realidad sentí miedo de que otro compañero de la infancia apareciera dispuesto a llevar la botella hasta el fondo, para contarme que estuvo en Tailandia, o Angola.
Y es que isla adentro también hay cubanos, y lo que es peor, personas que necesitan diálogo y espacio para “invertir” el tiempo. Privados de instituciones culturales y de posibilidades para desarrollar proyectos locales que eleven su calidad de vida, en medio de las penurias económicas, son muchos los que hoy se lanzan a beber en forma desmedida, y en no pocas ocasiones, demasiado jóvenes, muchachas casi adolescentes con una botella y un cigarro, lo que se ha convertido no en una práctica libertaria de la sexualidad, sino en símbolo de frustración y desasosiego.
Pero no es el acto de beber lo más preocupante, sino los códigos que la misma sociedad “barrio chino” maneja para sustentar aquel choteo al que Mañach se refería, y que hoy me hace pensar en la necesidad de que surjan a nivel local soluciones alternativas, que no necesariamente tengan que partir de organizaciones o instituciones anquilosadas en esquemas rígidos y verticales, sino de las necesidades propias de la gente. En este barrio, dos alumnos míos, trabajadores sociales y estudiantes de la carrera de Estudios Socioculturales, crearon las bases de un proyecto de reanimación cultural muy interesante, pero quedaron “disponibles” en el reajuste laboral y hoy nadie le dio continuidad al trabajo que realizaron.
En “El barrio de los chinos” también viven escritores del grupo Café Bonaparte que yo coordino. En sus obras se hace inevitable la aparición de personajes y situaciones que tienen su origen en la dura cotidianidad de su entorno social.
He aquí dos textos, uno narrativo, y otro poético, que tal vez ilustren una arista de la marginalidad que compartimos.
Cloaca
Cada año aparecen en mi barrio borrachitos jóvenes
vienen a relevar a los de más experiencia. Son
resistentes al sol, al polvo, recostándose en el aroma
de los perros pulgosos. Lo han perdido todo
hasta el money que no le alcanza para lavarse los pies,
sus pobrecitos pies que se pierden.
Aparecen por temporadas
ciertos borrachos que con lo poco que hacen, se sumergen
en ese espejismo
ahogándose por el vómito grasiento y tuberculoso
que le brota sin remedio.
En mi barrio existe un campo de borrachos
que nadie riega
pero se reproduce.
Onel Pérez Izaguirre
Poeta. Cursa 5to año de Psicología General
Lo ve todo empañado a su alrededor. En un intento por incorporarse, resbala y cae de espaldas. El vómito le quema la boca, se cree morir, la vista se le nubla otra vez, espantosamente.
Para él la infidelidad era asunto de oportunistas, pero toda esa filosofía se fue a bolina cuando apareció la tentación rubia y de seis pies: lo mejor del barrio. Está a punto de estallar, apenas le quedan fuerzas para una mala palabra, el estómago le hierve y le angustia que sus instintos diagnostiquen que está enfermo. Escupe. Los muebles le dan vueltas alrededor de la cabeza, cerca del catre la botella se le agiganta, el vaho del alcohol se mezcla con el viento que abre y cierra la ventana.
El repentino aguacero limpia la ciudad. A RM le molesta hasta el mínimo tintineo de la lluvia sobre el techo de cinc. Pálido y ojeroso, ni se inmuta cuando ella entra tirando la puerta. ¨ Te vas a morir ¨, le dice y sacude el paraguas con serenidad. Frunce el seño y se tapa la nariz. A pesar de todo lo ama, y se arrodilla, ¨ ¡hasta cuándo!¨, lo zarandea, ¨ Mira como estás, hinchado y apestoso ¨. Lo suelta con desprecio y se levanta. ¨ ¡Cógela con el que te hizo el daño!¨, gruñe RM y deja salir un largo eructo. Trigueñita le da la espalda y va hasta la ventana, la cierra. ¨ No te respetas, le dice, y se despoja de los zapatos, las gangarrias, el vestido. RM apenas puede darse cuenta de cómo el blumer le contornea las caderas.
- Ni me llamaste -replica su esposa-. Yo viajando para resolver los problemas y tú de borracho.
- Cállate, Trigueñita, - se le escapa, temblorosa la voz a RM - mañana te explico y se da un trago casi hasta el fondo, como si se tragara a la rubia.
Ella enciende la otra bombilla y descubre un enjambre de goteras que amenizan el escenario. Desde el suelo, RM le guiña, fingiendo la ternura que ahora no tiene, pues un nuevo eructo lo hace arquear y perder la compostura. ¨ ¡Si viniste a joder te vas!¨, grita y acompaña su lengua tropelosa con una ráfaga de peos que espantan a Trigueñita de su lado. Sentada en el catre se pone un short y un pulóver de RM, a quien le brillan los ojos cuando reconoce que es mejor recordar los senos puntiagudos de la rubia que ver desnuda a Trigueñita. De todas formas le perdonó el haberse puesto sus chancletas, solo por contemplarla modelando frente a él.
Trigueñita intenta ponerlo en pie, solo logra sentarlo en el catre. RM aprovecha y le aprieta un seno, la besa.
- Aparta tu aliento apestoso ¿todavía tomas esa mierda?
- Qué ocurre contigo, deberías estar acostumbrada, le dice RM tratando de sostener la mirada.
Ella lo observa, percibe que su esposo ha entrado en la fase del desvarío, y en breve mostrará su capacidad de iniciar una hipoglicemia. La belleza de Trigueñita es opacada por el hilo de vómito que va refinándose en la boca de RM. Curada de espanto, repasa en su memoria la imagen perdida de un marido cariñoso y atento. Se muerde los labios con la idea de mandarlo bien lejos cuando refresque la embriaguez, suspira de impotencia, ya sin la menor duda de que ahora si lo está perdiendo.
RM envuelto en su baba, presiente la muerte, son demasiado los rumores que han llegado hasta su casa, ¨ ¡Esa perra!¨, dice. Ni siquiera ha consultado al médico y es lo que le angustia, quisiera contárselo a Trigueñita, pero el nombre de la rubia se le tuerce en la garganta. No puede. Mira a Trigueñita con el rabo del ojo y la ve en pie como una esfinge que lo observa amenazante. Se da otro trago, no puede ser, se queja, y ni las lágrimas le salen. La cabeza no le da para más y vuelve a estallar en vómito, intenta levantarse pero las piernas no le dan.
- ¡Cojones! ¿No vas a ayudarme?
Siente un tirón por las piernas que lo arrastra hasta el baño y mientras le abren la pila, el techo aumenta su velocidad y escucha un tropel de insultos que rechinan en sus oídos. Reconoce a Trigueñita, le sonríe, el agua cae de punta como rieles en su espalda. Entreabre un ojo, lo ve todo nublado, una fuerza mayor lo arrastra de nuevo y lo lanza en el catre.
- Ahora vengo, dice Trigueñita.
- Vete, rubia sarnosa, vete.
- ¡Rubia y sarnosa será tu madre! ¿Acaso es cierto que te revolcaste con la puta esa?
El silencio de RM se torna insoportable, no sostiene la cabeza, balbucea, levanta una mano y le deja extendido el dedo mayor. Pero no puede esquivar los taconazos, las palabrotas de su mujer que le cae encima mientras él vuelve a gritarle rubia, enferma de porquería, demonio, hasta que empieza a salirle espuma por la boca, a temblar. Trigueñita se asusta, se aparta. Estoy harta de ti, desgraciado. Intenta agacharse para coger la botella, pero aparece la mano de RM y se la arrebata y la parte contra el piso. ¨ ¡Estás muerta!, te dije que te fueras, que no quiero más rubias en mi vida ¨. Cree tener fuerzas, intenta levantarse y da otro cabezazo contra el vómito y los fragmentos de vidrio se le incrustan en la cara. ¨
¡Perra!¨, insulta, se lanza sobre las piernas de Trigueñita y aunque ella forcejea, cae al piso, le clava las uñas, la rabia, cualquier cosa, ¨ te voy a matar maldito, asqueroso. No puede más. Trigueñita tiene el pico de botella en la mano que le sangra y no sabe si la sangre es de ella o de él, que intenta mantener abiertos los ojos pero pierde fuerzas y apenas logra ver a esa rubia que se levanta, llorando, y se va con el vestido en la mano en dirección a la puerta, mientras en el techo de cinc la lluvia parece que va a derrumbar la casa.
Enrique Matos Aguilera
Narrador y poeta. Es profesor de Secundaria Básica.
Solamente la residencia migratoria de US da mucha más representación y soberanía que la ciudadanía cubana, la haitiana y la dominicana, (las 3 juntas). Cuantos cubanos están en 3eros países languideciendo y esperando el más mínimo momento para seguir viaje para US, su verdadera patria y nación, y no pueden hacerlo por no tener ni la residencia migratoria de US o la ciudadanía de US.
ResponderEliminarRecientemente estamos escuchando el maltrato que están recibiendo los cubanos en las Bahamas. ¿Qué es lo que pasa? No quieren regresarse para Cuba y si continuar viaje para US.
Tanto los cubanos de dentro como fuera de Cuba, en % de populación cubana esta bien extendida la filosofía de “resuelvo yo y mi familia y que los demás se jodan” Si que para mi no es nada sorprendente que se hable y promueva de la independencia y soberanía de Cuba teniendo o la residencia migratoria de US o el pasaporte de US en el bolsillo.
Ahora bien (las nuevas generaciones) esos cubanos dentro de Cuba que hace mas de 54 anos le vienen con el teke, teke, teke de la libertad, independencia y soberanía de Cuba que no es mas nada que un gobierno unipartido, una cúpula llamada Comité Central o Buró político o los altos dirigentes de masa del PCC, que si tiene libertad, independencia y soberanía pero quita libertad, independencia y soberanía al pueblo de Cuba.
El pueblo de Cuba no es bobo, ven el comportamiento de sus otros cubanos y vecinos, ven también que sus flamantes dirigentes se ponen más y más viejos y Chochos.
La solución justa para mi es elecciones pluripartidistas en Cuba y que el pueblo de Cuba que bien mayorcito que esta decida su futuro soberanamente, pero la dictadura en Cuba esta encaprichada en que no existan elecciones pluripartidistas en Cuba.
Mi opinión que Cuba no es la Republica Popular China Comunista por muchas razones por lo tanto el modelo esclavista Chino Comunista no funciona para Cuba.
¿Y que del modelo puñetero Dominicano para Cuba? Ese es otro modelo que a mi entender a estas alturas tampoco funciona para Cuba.
En fin de cuenta por su propio peso en Cuba van haber elecciones pluripartidistas.
Adjunto pongo los nombres de algunos partidos políticos de Cuba
Partido anexionista de Cuba.
Partido Popular de Cuba.
Partido Republicano de Cuba.
Partido de Ultraderecha de Cuba.
Partido Democrático Cristiano de Cuba.
Partido Arco Progresista de Cuba.
Partido Liberal Nacional de Cuba.
Partido Independiente de color.
Partido Socialdemócrata de Cuba.
Partido pro derechos Humanos de Cuba.
Comunidad Autónoma de Cuba.
El Partido Comunista de Cuba en otros países aboga porque le den derechos políticos a participar ejemplo las FARC de Colombia, pero las FARC de Cuba (duplicado perfecto de las FARC de Colombia) no le da derecho a los demás partidos a participar
En Dios confiamos.
E Pluribus Unum.
Simpatizante que Cuba sea un estado mas en la unión de estados de USA.
Carlos Burrowes
Ciudad de Buffalo que hace frontera con el Canadá, NY, USA.
Es facil emboracharse y hacerse alcolico en una sociedad donde no puedes salir adelante donde no importa cuanto te sacrifiques no vas a pasar de un tv y es por eso que lo hacen .....y el gobierno lo hace para mantener al pueblo oprimido....
ResponderEliminarMarilyn Lahera: Cuando el ser humano se agota en la busqueda de su bienestar y todas las puertas se le cierran al progress;,muchos se afectan psicologicamente por lo que se hacen adictos al alcohol,otros a las drogas.Culpa tiene el sistema de gobierno cubano y todos los gobiernos que limitan la libertad a la sociedad.
ResponderEliminarEddy Gil ese es el unico borracho o toda Cuba esta borracha?
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