Por Arnoldo Fernández Verdecia. caracoldeagua@cultstgo.cult.cu
La vida cotidiana de niños, adolescentes y jóvenes en el oriente de Cuba está signada por un pasatiempo ideal: empinar cometas. No hay calle, azotea, campo de deportes o finca que olvide esta práctica recreativa.
Todo comienza con la búsqueda de los güines en los sembrados de caña, esta última produce una flor que tiene un largo tallo; cuando la gramínea está madura, es el momento ideal para cortar el mismo y ponerlo al sol a secar.
Luego elijen el modelo: coronel, picúa, estrella, cubanita o sencillamente la que se pueda inventar, según los recursos disponibles para armarla. Debe tenerse a mano suficiente papel, pegolín e hilo, sea de nylon, saco o cabuya para poder empinarla. Los frenillos tienen que estar bien hechos, porque si no culebrea y se viene abajo. El rabo se hace con recortes de tela; el largo depende del tamaño; al final se le amarra una cuchilla con el fin de combatir otras que pongan en peligro su reinado.
Algo que no puede faltar es el aire, así que el tiempo ideal para empinarlas se enmarca entre diciembre y marzo. Como estamos a enero, florecen muchachos y cometas en Cuba, sobre todo en el cálido oriente, donde es encantador apreciar cómo se pinta el cielo de colores, y familias completas se van a un campo de beisbol a disfrutar junto a sus chicos de ese pasatiempo.
Si
está en algún lugar del mundo y decide venir a pasar unas vacaciones en
Cuba, durante los meses citados, no deje de apreciar las cometas en su
cielo; tal vez se embulle y sea usted otro de nuestros cometeros.
Arnoldo:
ResponderEliminarEn los años 70 empinamos papalotes ilustrados por los creadores del Ejecutivo Nacional de los Pioneros y de el semanario Pionero y la Editora Abril... Fidel llamó, preguntando sobre esa "invasión" en el cielo del Vedado, y cuando le explicamos lo que era, se puso muy contento... Lo extendimos por todas las provincias.