En nuestra Cuba: Ojo con los paquetes (I parte)

Entrevista a Arnoldo Fernández Verdecía. Periodista, Escritor y Editor del Blog “Caracol de Agua”

Por Juan Carlos Roque Alonso (Periodista de los servicios informativos de Radio Grito de Baire, Contramaestre, Cuba) 

“Cuba no tiene por qué temer:tiene hijos que sólo la abandonarían cuando cierren los ojos.” (José Martí)

El paquete no es el peligro, el peligro está en que no sepamos educar a nuestra gente en poder escoger atinadamente entre arte y banalidad. Debemos aprender a convivir “en paz y unión” con el paquete, de la misma manera que lo hacemos con los demás sistemas de información y aceptar que ya no son los únicos en ofertar y decidir información.

Periodista (P): ¿Has tenido oportunidad de ver programas de los que se distribuyen en los llamados paquetes aquí en Cuba? 

Arnoldo Fernández Verdecia (AFV): Sí, he tenido oportunidad de ver algunos documentales que es lo que fundamentalmente me interesa. 

P: ¿Crees que los programas que se distribuyen frecuentemente en los paquetes tengan códigos banales? 

A.F.V: Por supuesto que sí, por ejemplo, uno de los programas que más consume la población son los Casos Cerrados y evidentemente que las construcciones que se comparten lo que hacen es ocuparle el tiempo a la gente de manera improductiva, infértil, haciéndole creer historias que es imposible imaginar que sucedan y esos son  programas enraizados en la gente de una forma absurda.

Sucede con las estrellas del cancionero hispano y el cancionero inglés, por ejemplop buscando La voz Kid, es un espacio de los que se ha convertido en un leitmotiv en la población cubana, que busca todo eso en los paquetes para consumirlo llegando a construir el sueño dorado de que es posible llegar a ser una personalidad de la música o de las artes, que de otra manera, ese tipo de modelo de sociedad que le está entrando por ese tipo de propuesta también hace ver la cultura cubana como algo que puede desecharse; eso es lo creíble.

No puedo dejar de mencionar el tipo de humor que se comparte en este tipo de paquete, generalmente es humor Kitsch, envenenado, negro, que se quedó atrapado en el legado del Periodo Especial y de esas fronteras no logra apartarse; es el humor que hace de la cotidianidad del cubano, leña del árbol caído, como por ejemplo la jinetera y la prostituta. Y por otra parte está el reggaetón con figuras que se han entronizado en el gusto popular de una manera casi imposible de quitar, como es el caso de Osmani García, ídolo de las jovencitas, las niñas, ídolo hasta de las mujeres cubanas, y cuando usted revisa sus letras es realmente asombroso que eso suceda. Osmani está prohibido en la radio y la televisión cubana, sin embargo, tiene una popularidad extraordinaria y eso llega a través de los paquetes. 

P: ¿Pudiste ver en alguna oportunidad programas de participación como “Todo el mundo canta” o aquel famoso “Para bailar”, o más recientemente el programa para niños “Cantándole al sol”, por solo ponerte algunos ejemplos.  ¿Crees que en ellos se utilizaron códigos banales? 

A.F.V: Por supuesto que no, en ellos había un deseo de hacer arte, de que las personas se sintieran atadas a lo nuestro, a lo que nos identifica. Yo creo que los que crecimos con esos programas, de una manera u otra, ayudaron a construir nuestra identidad, es por eso que creo que la televisión y la radio nuestra se han llenado de muchos decretos, muchos imposibles, y todo eso ha limitado la creatividad de los artistas para hacer propuestas que realmente sean novedosas, que vayan con los tiempos y que no se conviertan en esto sí, esto no. Cuando usted dice esto sí, esto no, la gente por supuesto que van a consumir lo que se distribuye en los paquetes. 

P: Si eran tan buenos, si realmente se hizo arte en esos programas: ¿Por qué no continuaron estando en la parrilla de programación de la televisión nacional? 

A.F.V: Hay muchas razones que pudieran tenerse en cuenta, primero que nada la televisión es cara, es espectáculo, exige inversión de recursos, tanto materiales como humanos. Con la llegada del Periodo Especial muchos de estos proyectos se fueron por la borda.

Creo que con la situación actual, la cultura cubana como espectáculo está obligada a replantearse numerosos códigos, entre los que incluyen, que pueda convertirse en una especie de empresa que pueda financiarse, generar recursos financieros para poder producir espectáculos con esas características, pero como dice el trovador Silvio Rodríguez, “que lo económico no se los trague, porque si lo económico se los traga, entonces ellos también se convierten en difusores de la banalidad”, como está ocurriendo muchas veces en la televisión y hasta en la propia radio, cayendo en lo cursi, en lo barato, en el melodrama, en las tonterías, pero la gente lo consume y creen que es lo más grande de este mundo.