Ariel Barreiro es el autor de NIÑA. |
Nota del editor de Caracol de agua: Niña es la canción que me une a una flor especial que hace un buen tiempo está sembrada en mi alma. Niña es nuestra canción de amor. La cantamos a coro mientras hacemos el amor a través de la palabra.
Por
Laura Rodríguez Fuentes.(Vanguardia)
Ariel
Barreiros se conoce por esa bella canción titulada «Niña», que se ha convertido
en ícono gentil e ingenuo de esta generación. Y estoy llenando todas las libretas/ de Cecilines feos,
enamoraos, tristes, y es por ella/ que no me va a volver más nunca del
recreo/que me dejó poner tranquilo y triste el germinal/ que me desvelo, niña...
Así dice su canción más conocida.
El
trovador que vive donde nace: ese es Ariel. Sus letras tan poéticas no reclaman
otro sitio que Aguada de Pasajeros, el pueblito donde ha encontrado todos estos
años la inspiración para sus temas.
Retorna
al «Longina» una vez más y cautiva al público en el Museo de Artes Decorativas.
Cae la noche mientras su voz rompe paredes y sobrecoge el alma con su lira.
«Mi
formación dependió de lo que escuchaba en ese entonces. Un día me invitaron a
este festival, creo que fue el segundo. Descubrí un mundo de trovadores que no
sabía que existieran. Fíjate que en aquel momento a Leonardo García lo llamaban
Cantera de la Asociación Hermanos Saíz.
«En
ese momento empecé a descubrirme. Cuando se acaba el evento siempre regreso a
mi pequeño pueblo y trato de buscarme una vez más. Desde el primer Longina
traté de hacer canciones mejores todos los días. Me enloquecieron los
trovadores que conocí aquí, por eso soy el resultado de eso».
—«Niña»
es la canción tuya más conocida, ¿en qué época la haces y para quién?
—Es
vieja, de esa época de la que hablo. Surgió un año o dos después de ese
Longina. Tiene una historia muy bonita. Se la hice a una muchacha que ahora es
médico. La quería mucho y vivía cerca de mí. Ella me enseñó a dividir en la
escuela. Me costaba mucho trabajo hacerlo y como una niña me mostró lo que
algunos profesores no pudieron.
—¿Cuánto
esperaste para tener tu primer disco A guitarra limpia?
—Fue
con Yunior Navarrete. Creo que es la única huella que queda de ese paso por la
trova junto a ese hermano. Aprendí con él a ser bueno. Nos conocimos un poco
antes del 98. Llegamos «fritos» a este lugar y caminamos juntos, criticándonos,
ayudándonos. Fue mi guía.
—¿Ha
cambiado tu línea respecto a los temas anteriores?
—Mis
canciones son lo que salen desde el día que comienzo a hacerlas. No me propongo
ningún rompimiento, porque no quiero que nada condicione mi obra. Son el
resultado de lo que vivo. Lo demás, resulta producto de la experiencia, y esta
depende de los años, aunque a veces le huyo.
«En
ocasiones, hasta me prohíbo hacer canciones por gusto, porque el público no te
respeta si lo haces así».
—En
algunas entrevistas te han cuestionado el hecho de que vivas en Aguada de
Pasajeros, aunque hubieras podido irte a La Habana.
—Es
como preguntarle a Roly el por qué no se ha ido de Santa Clara. En
otro lugar cuesta mucho estar. No hay que vivir en la capital para darte a
conocer. La trovuntivitis es un ejemplo de esto. La mejor trova que se hace en
Cuba viene de aquí. Si estos muchachos lo hicieron, pues sigo en mi pueblo
cantando.
* Publicado
originalmente con el título: Ariel Barreiros, el trovador de la «Niña» , Tomado
del diario Vanguardia
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