Se
dice que el que va a Chicago y no se toma una foto en la Fuente
de Buckingham o pide un deseo, es como si nunca hubiera estado allí. Edward H. Bennett, su creador, se
inspiró para hacerla en el Palacio de Versalles. Los
cuatro caballos que se pueden apreciar en la misma fueron esculpidos por Marcel
Loyau. Es considerada por los expertos, una maravilla de la ingeniería moderna.
La Fuente de Buckingham representa al lago Michigan. Está
ubicada en el Grant Park. Los caballos simbolizan los cuatro Estados que rodean
al Lago: Wisconsin, Illinois, Indiana y Michigan; es algo así como la Tenochtitlán de los
Aztecas, que hicieron del Texcoco la razón de sus vidas, por eso su Ciudad tuvo
una relación especial con el agua. A Chicago le sucede algo parecido.
Buckingham
está hecha de mármol rosado de Georgia. Por sus 85 metros (280 pies) de diámetro es
considerada una de las más grandes del planeta. Tiene 3 bombas principales con
134 fuentes de agua independientes. Cada atardecer, durante la temporada
estival, ofrece una maravillosa e inolvidable coreografía de movimiento, música
y color, empujando el agua hasta casi 50 metros de altura.
Una vez por hora y durante 20 minutos, realiza su exhibición con un flujo central que lanza el agua hasta una altura increíble. Después de oscurecer, la exhibición de la Fuente es acompañada por iluminación y música. Cada año permanece abierta desde abril hasta fines de octubre, en el horario de 10 a.m., a 10 p.m. En invierno cierra sus puertas al público.
Así que el vaya a Chicago y no visite la Fuente de Buckingham, tendrá que reconocer tarde o temprano que se perdió algo sublime. Las aguas esperan a todo forastero que llegue en visita de ocasión, pero también a aquellos turistas del amor, empeñados en encontrar cálidos corazones donde abrigar la soledad de los días.
Una vez por hora y durante 20 minutos, realiza su exhibición con un flujo central que lanza el agua hasta una altura increíble. Después de oscurecer, la exhibición de la Fuente es acompañada por iluminación y música. Cada año permanece abierta desde abril hasta fines de octubre, en el horario de 10 a.m., a 10 p.m. En invierno cierra sus puertas al público.
Así que el vaya a Chicago y no visite la Fuente de Buckingham, tendrá que reconocer tarde o temprano que se perdió algo sublime. Las aguas esperan a todo forastero que llegue en visita de ocasión, pero también a aquellos turistas del amor, empeñados en encontrar cálidos corazones donde abrigar la soledad de los días.
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