Por Eduard Encina. (Editor de Cimarronzuelo Oriental)
“Eso me dará muchos clic”, solía
decir Théo Pereira, el célebre bloguero de Imperio la telenovela brasileña que
recién acaba de ponerse en Cuba. Encuentra el filón para un buen brete, y
enseguida lo suelta como “noticia”, para ganar audiencias por encima de
cualquier eticidad. Ante su conducta no vale razón, ni prudencia, ni sentimientos.
Muchos “clic”, es lo que necesita para ganar la guerra.
Conoce bien su oficio. Husmea con suspicacia
en el trabajo de los demás. Pasa del melodrama al compromiso, la responsabilidad.
Entonces brotan raíces de amargura, frustraciones que se vuelven bumerang.
Siempre una palabra lo delata, un gesto que no puede contener y que el lector
avezado saborea, pero no se lo traga. Hay quien dice que blogueros así son
necesarios y estoy por creer que es verdad, sirven para distinguir entre una
cosa y otra.
Hoy en la isla, Internet y las redes
sociales abren ventanas increíbles. Mucha gente participa en la construcción de
contenidos desde la polémica y la diversidad. Es innegable para los cubanos que
los blogueros amplifican y diversifican la opinión ante un status que no acaba
de ser creíble, y sobre todo los jóvenes, quienes lideran espacios de resistencia.
Pero comienzan a aflorar estos personajes con doble vida, que como dice un
colega “tienen más amigos en Facebook que en el barrio”, porque al parecer se
llevan mejor con las palabras que con su realidad.
Pero en algún momento tendrán que
levantarse. Ojalá todavía les quede una calle por donde caminar y un perro
solitario que no se esconda muerto de miedo al verlos.
Hay muchos Théo Pereira por ahí,
¡cuidado!
Crucessssss queri-do, asumiré que no es conmigo, pero me encantaría saber si ya me lees! Y ojitos eh... yo se bien por dónde piso, solo que me gusta mucho más andar volando y dejando caer mis desechos sobre quienes bien lo merecen. Besi-tos!!!!
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