Por Arnoldo Fernández.
UN POCO DE HISTORIA
Ubicado entre Calle 11 y Carretera Central, primero Bar de la China, sitio de mercado, encuentro, uno de los lugares más visitados aquí por encontrarse en el corazón del pueblo, lo que atrajo un alto flujo de personas al inmueble. La calidad del servicio que allí se prestó, lo convirtió en una de las referencias principales del comercio en la localidad.
Luego de 1959, fue convertido en Academia de Ajedrez, formadora de muchísimos talentos que trascendieron la localidad, la provincia y llegaron hasta el nivel nacional.
Por interés del gobierno, el inmueble fue convertido en Terminal de Ómnibus Nacionales, mientras se construía en América la que sería terminal del pueblo. Fue una decisión transitoria, pero que se postergó durante muchísimos años. El flujo de personas de todo el país por el lugar, alimentó el comercio informal de café en sus sitios aledaños, así como de alimentos, aunque en honor a la verdad, en sitios cercanos como el Baturro y el Sírvase Usted podía satisfacerse el gusto de cualquier comensal de paso por el pueblo. La nueva terminal nunca fue concluida, así que se tomó la decisión de escoger otro sitio donde hacerla, hasta quedar concluida en el espacio que ocupa actualmente. Al inaugurarse la misma, se escuchó el clamor popular de tener un café al estilo de los serranos de Bayamo, aprovechando que éramos un territorio rico en el preciado grano y sitio favorecido por la cultura del café que tenían sus habitantes. Además, estaba el central América Libre que aseguraba el abastecimiento de azúcar para el expendio diario del néctar negro de los dioses.
Y LLEGÓ EL CAFÉ CANTANTE
Finalmente, el objeto social cambió y se construyó un Café Cantante, con mesas y sillas rústicas, ambientado con detalles de la cultura cafetelara. Tenía un menú de excelencia con distintas ofertas, aprovechando las potencialidades de la zona: azúcar, leche, quesos, tabacos, galletas de dulce, sal, licores, entre otros. También se ofertaron diferentes tipos de té, algo que distinguió la culinaria del mismo. El sitio se convirtió en orgullo de los lugareños, que en sus ratos de ocio, durante el día y la noche, acudían a socializar historias, compartir lecturas, valoraciones del acontecer diario, cultural, social, político...
VOLUNTARISMO E IMPROVISACIÓN
Sorprendió a la gente, la decisión de modernizar el Café Cantante con equipos electrodomésticos para la venta de maltas, cervezas, refrescos, etc. También sorprendió que fueran retirados los troncos que servían de asientos y las mesas rústicas. Fue un momento de debates acalorados, las personas creyeron que habían sido despojados de un atributo sin el cual no podía imaginarse la vida del pueblo.
La inversión finalmente fue concluida e incluyó climatización, música grabada, equipos electrodomésticos para colar café, para el consumo de agua potable, nuevo mobiliario y detalles cercanos a la cultura del café.
Por la calidad del servicio, ganó un público adicto a todo lo que se expendía allí.
Artistas y escritores del pueblo negociaron con el administrador de la institución y acordaron la realización de peñas. De aquel acuerdo entre la Asociación Hermanos Saíz, el Centro Provincial del Libro, la Sociedad Cultural José Martí, el contingente Juan Marinello y la dirección del Café, surgió un movimiento que atrajo al sitio lo mejor de la cultura de Contramaestre, la provincia Santiago, de Cuba y del mundo.
Allí se hicieron, por casi una década, las Ferias Internacionales del Libro que llegaron entre 2004-2012. La peña El reino de este mundo fue el imán de las ferias, a la misma asistieron premios nacionales de literatura como Roberto Fernández Retamar, César López, Nancy Morejón, Reinaldo González, Senel Paz; premios nacionales de ciencias sociales e historia como Eduardo Torres Cuevas, Pedro Pablo Rodríguez, Israel Escalona, Olga Portuondo. Premios Casa de las Américas también distinguieron el sitio: Reinaldo García Blanco y Emerio Medina. También asistieron escritores como Margarita Mateo, Aida Barch, Jorge Ángel Pérez, Carlos Augusto Alfonso, Víctor Fowler, Frank Padrón, José Luis Serrano, Ronel González, Frank Castell, Caridad Atencio, Rito Ramón Aroche, Oscar Cruz, Teresa Melo, León Estrada, Duanel Díaz, Félix Julio Alfonso, Joel Cordoví, Emiliano García... También distinguieron el sitio con su presencia activa, trovadores del municipio, la provincia y de todo el país, entre los que sobresalen Eduardo Sosa, Raúl Torres, Felipón, Leonardo García, Freddy Lafita, Ariel Barreiro, Frank Martínez, Ramón David, Orman Cala, Jeni Turiño...
El Café Cantante fue visitado en esos años por el Embajador de Honduras, y delegaciones del Festival del Caribe que incluyeron personas de Uruguay, México, Islas Canarias, España, Canadá, Japón... Los visitantes quedaron muy impactados con la vida cultural del Café Cantante.
Cada mes allí, artistas y escritores del pueblo hacían peñas, entre las que se destacaron el Café con cuerdas, Nombrar las cosas, y En brazos de la patria agradecida, proceso cultural que atrajo al espacio un creciente público que lo consideró alma de la espiritualidad en el territorio.
Sucesos inexplicables para los lugareños ocurrieron, cuando por decisiones administrativas asociadas al ahorro de corriente, determinaron que los efectos electrodomésticos fueran retirados.
El sitio comenzó a perder calidad en la prestación de servicios, varios debates se gestaron en el pueblo que pedía a gritos conservarlo, hasta que llegó la pandemia y se produjo su cierre definitivo.
Luego reabrió con el Ordenamiento y lo hizo con altísimos precios que motivaron intensas críticas de la población. Se mantuvo intermitente durante un breve tiempo, hasta que se produjo el reordenamiento de los servicios de comercio y pasó a ser gestionado por una administración que lo incluía no sólo a él, sino a otras entidades de gastronomía del pueblo.
El Café Cantante empezó a declinar, no había nada que vender allí, el movimiento de peñas desapareció, el sitio perdió el encanto que durante años lo convirtió en uno de los atributos principales de la identidad local.
La Procesadora de Café del territorio anunció que arrendaría el lugar para la venta de la preciada bebida, hecho que creó muchas expectativas, pero no pasó del intento.
El Café Cantante en la actualidad ha mudado su objeto social, ya no es sitio de cultura, entretenimiento e identidad de los lugareños, ahora es un sitio muerto, un alma en pena que añora sus viejos tiempos de gloria.
EL GRAN SUEÑO DE LA GENTE
Devolverle al Café Cantante su objeto social y convertirlo en sitio donde se gesta y socializa la cultura cubana y del municipio.
OTROS SUEÑOS
Gestionar encadenamientos comerciales con Procesadora de Café, Es Azúcar, productores del grano, que permitan situar el consumo de café en el local.
Diseñar, de conjunto con artistas y escritores del municipio, un plan de ofertas culturales que estimule el movimiento artístico del lugar y atraiga diferentes tipos de público al consumo que allí se oferta, tanto gastronómico, como cultural.
Convertir el lugar en centro de la cultura cafetalera del pueblo, al gestionar la presentación de Expoventas, pasarelas de moda, ventas de suvenir, libros, revistas, música cubana, promoción de todo lo vinculado al café, concertación de nuevos negocios a escala local, regional, nacional y fuera de fronteras.
FOTOS
Después de 2020
Antes de 2019
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