
Con estas palabras, Eduardo Torres Cuevas, daba comienzo a su conversatorio "La historia en presente", que tuvo lugar en la Sala de Presentaciones Daniel Readigos de esta ciudad durante la XVI Feria Internacional del Libro.
Algunos términos de dudosa aplicación fueron aclarados por el insigne pensador: historia como materia y la materia como historia, recordando al francés Pierre Vilar y su "Introducción al vocabulario histórico".
Señaló que es una redundancia decir memoria histórica, porque decir memoria lo recoge todo, al igual, historia.
Otra cuestión vital sobre la que enfatizó, fue en la necesidad de "sembrar la convicción de conocerse a sí mismo primero, para luego abrirse al mundo y que no le suceda como a muchos de los que se fueron, que comprendieron tardíamente la necesidad de conocerse primero".
La sociedad cubana no puede hacerse desde la improvisación o la emoción. Para ello tiene un gran reto: "Pensar la historia no como pieza arqueológica".
Fue puntual cuando dijo que: "Pensar la Historia de Cuba es un acto de inconformidad con lo que se es. Cuba nunca se ha pensado como algo que es, sino como algo que quiere ser. ¿Qué nos falta para lograrlo? Saberla escribir como es, aceptando que la historia no es una cuestión de buenos y malos, el historiador tiene que estar por encima de esas trivialidades. Tenemos a Cuba, de lo que hagamos con ella, sólo lo decidirá el pueblo y sus intelectuales. Cuba se gana o se pierde en la cultura".
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