Por Arnoldo Fernández Verdecia. arnoldo@gritodebaire.icrt.cu
El pensamiento de José Martí se eleva como cumbre inspiradora en medio de las ráfagas de ideas que iluminan el laberinto del porvenir. “Entraña del mar parece el libro”, dejó expresado el maestro, y así está recogido en uno de sus escritos de 1881y aparece en la “Revista Venezolana” (Obras.Completas.Tomo 7:p. 204).
Cada nuevo libro que sale de la imprenta resulta para el autor uno más de sus hijos, por los cuales se siente natural predilección.
“El horno de la ira” ocupa el cuarto lugar en la relación modesta en la obra publicada de Orlando Concepción. Fue editada por la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba, sin el redundante adjetivo de “nacional”), en su sede de Las Tunas, en coordinación con la de la provincia Granma. Con una tirada de mil ejemplares, la edición estuvo al cuidado de Lucía Muñoz, la corrección de Irma Isabel Puerto Oliver y la obra de cubierta de Julio Eduardo Castañeda, vio finalizada su impresión en noviembre del 2003, y fue presentada, por primera vez, el 2 de marzo del 2004, en el segundo día de la XIII Feria Internacional del Libro. La Sala de Presentaciones de la sede de Bayamo, fue el escenario propicio. El presentador fue el también escritor, Luis Carlos Suárez.
Dos días después, “El horno de la Ira”, decimario de Orlando Concepción, tuvo otra presentación, esta vez, el 4 de marzo, en Contramaestre, que se estrenó como nueva ciudad sede de la Feria del Libro. Las palabras de presentación, estuvieron a cargo de Eduard Encina, escritor y artista de la plástica.
Se trata de una colección de poemas de la forma estrófica de décimas, precedida por un epígrafe de SALMOS 1,3, que dice: “Ese hombre es como un árbol plantado a la orilla de un río, que da su fruto a su tiempo y jamás se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hace, le sale bien!”.
El volumen recoge diez títulos de poemas que abarcan en total 18 páginas. Incluye un poema con 4 décimas, uno con 3 décimas, tres con 2 décimas y cinco con una sola décima.
Las temáticas que sirvieron de fuente de inspiración al poeta fueron la vida, la malignidad, los enemigos, las aspiraciones, el hombre sin precio, el bullicio, la cruz, los tronos, la insumisión y el viento.
La décima que cierra el cuaderno, “Epístola al viento”, en sus versos 3 y 4 expresa: “Mi cuerpo besa al vacío/ en raudo encuentro con Dios”.
El libro fue presentado al público cuando unos elementos sublevados contra las leyes imperantes, no escucharon la voz del poeta en sus dos décimas bajo el título: “Cuida el tejado de vidrio”: “¿Serás el Torpe que abusa/ del triste tejado ajeno?”. En este poema se encuentra implícita una condena “hasta el bípedo que lanza/ su rencor contra otros seres”.
En la tercera de las décimas del poema “Insumisión”, el poeta deja su mensaje de alerta ética: “Silente,/en un parapeto/ destrozo la ineptitud”.
La poesía ha sido, es y siempre será una eficiente arma de combate. Es por ello que ningún poeta digno se pondrá jamás de rodillas, excepto ante la memoria de sus mártires.
miércoles, 14 de octubre de 2009
La poesía en un arma de combate
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